capítulo 4 En Carretera

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Narra Camila

Salimos del lugar riendo de las anécdotas que vivió Santiago en su adolescencia y cuando llegamos a su auto terminamos las risas con un suspiro y luego nos quedamos viendo unos segundos, me debilitó mirarlo, mientras sus ojos castaños casi negros me miraban así, mi mente se puso en blanco, y sentí el escalofrío encerrado en el pecho que jamás antes había sentido, lamentablemente las manos no me ayudaron, estaban sudando mis palmas y cuando bajó su mirada a mis labios reaccioné, sonreí y me despedí rápidamente con un beso en la mejilla, saqué mis llaves mientras caminé hacía mi Jeep Patriot plateada, sin voltear caminé lo más rápido posible, aún sintiendo su mirada sentía mi sangre acelerada y unos nervios como si fuera a entregar un proyecto en la oficina... Subí y antes de encender el motor una sonrisa brotó de mis labios instantáneamente. Maneje cautelosa y pensativa, su mirada quería decirme algo y sus labios se secaron, no sé realmente porque Santiago llegó a mi vida, pero parece como si ya existiera en mí desde hace mucho tiempo, me dió miedo y a la vez... Tal vez solo era todo lo que he pasado, sí eso es!

Llegué a mi casa y le dije a mis padres que viajaré a la cabaña, pues necesito unos días de descanso, sin más mi madre que es de pocas palabras solo me sonrió en muestra de aprobación y mi papá se quejó, cómo siempre...
- Camila, no puedes pasar al menos tus días de descanso en casa? Te la pasas trabajando y viajando, sino en el gimnasio o con Yess-
- papito ya sabes que soy inquieta, por favor me he sentido algo agotada y unos días sola no me caerán mal, te prometo que me voy a desconectar del trabajo- puse carita tierna y mis manos en modo de súplica, aunque obviamente no me iba a contradecir y así fue, me abrazó y finjio cara de enojado para después sonreír. Subí a mí habitación y preparé una maleta con artículos personales, mi computadora, una pequeña bocina que media 20 centímetros de largo y 10 centímetros de ancho, otra maleta con ropa, zapatos y artículos de higiene personal. Mi papá me ayudó a subirlas a la camioneta y yo solo cargué mi bolso con dinero, identificaciones y las llaves, todo listo.
Pasé por Yess y ella ya estaba lista, subimos todo su gran equipaje en la cajuela y pasamos al supermercado por comida, vinos, artículos de limpieza para el hogar, veneno y con lo histérica que es Yess tuve que comprar gas lacrimógeno, sé que vamos a estar completamente solas, pero a 5 kilómetros hay un pueblo y en medio del bosque hay otras 5 cabañas, no es taaaan solitario después de todo... Pero en fin.

Pasé a casa de Santiago para entregarle sus libros y al ver que no estaba dejé una hoja bajo su puerta y los libros en medio de unas macetas.

Todo el camino escuchamos música de todos los géneros, reímos y cantamos como locas hicimos dos paradas, una a comer y otra a poner gasolina, aproveché y compre un galón extra que guardé en la cajuela, me gusta estar prevenida. 5 horas de camino y llegamos casi al anochecer, acomodamos todo adentro y al terminar tomamos un poco de vino, con música de fondo y una larga plática de amigas. Lo sorprendente llegó en la mañana cuando...

Que es lo que pasará? Jaja Gracias por leer, espero sus hermosos votos para que más personas lean y sus opiniones en los comentarios, prometo seguir a todos los que comenten.
Publicaré lo más seguido posible<3

Un solo corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora