La ultima marcha

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Antes  de que los errantes  comprendieran como se desarrollaba el tiempo todo era mas difícil y complicado , las estaciones transcurrían de manera fortuita, en Helldom no había un orden aparente ni secuencia alguna entre  estación y estación, solo...

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Antes  de que los errantes  comprendieran como se desarrollaba el tiempo todo era mas difícil y complicado , las estaciones transcurrían de manera fortuita, en Helldom no había un orden aparente ni secuencia alguna entre  estación y estación, solo kaos y temor una eterna carrera contra el invierno que siempre  parecía estar  cerca.

Grandes manadas rumiantes se desplazaban por todo Helldom como por instinto cuando sentían venir las repentinas heladas, Quizas de allí los errantes adoptaron las costumbres migratorias, que algunos aun conservan.      

Los errantes son criaturas muy inteligentes y observadoras, aprenden con facilidad las cosas que los ayudan a sobrevivir, tienen mucha afinidad con la naturaleza, no obstante a esto, en aquella época eran una especie conformista y simple, no requerían de mucho para estar bien, con tener comida y abrigo podían vivir, su vida era bastante sencilla, pasaban la mayor parte del tiempo andando de un lugar a otro tras las grandes manadas y rara ves se detenían en un lugar mas de lo necesario, no habían monturas o carros de carga que facilitaran el trabajo, los errantes era fuertes y toscos, de aspecto sucio y descuidado por las miserias de haber vivir a la intemperie de los elementos durante tantos ciclos.     

Estaban tan habituados a seguir las grandes manadas que olían como ellas, y se podría decir que en parte pensaban como ellas. respondían con gran violencia ante cualquier cosa que se pudiera considerar una amenaza, su gran fortaleza física y agilidad suponían un gran peligro para cualquiera.

Si bien los errantes habían  andado el mundo de Helldom mas que la mayoría de las otras especies, en raras ocasiones durante sus largas marchas se llegaron a encontrar con otras especies.

Los asentamientos aun eran escasos se estima que no habían mas de 100 en ese periodo y los peligros estaban a la orden del día, hasta donde se sabe solo algunos asentamientos elfos tenían mapas de sus rutas habituales, aun es un misterio como los errantes sobrevivieron en el mundo abierto tanto tiempo sabiendo tan poco de el.

La tierra era amplia y espaciosa, los ríos grandes y llenos de peces, los pastos abundantes y los valles fértiles, la principal fuente de alimento era la carne obtenida de las cacerías o de la carroña, solo una de las especies mas antiguas cultivaba, un antiguo cantar recita así: las hordas no eran tan grandes, siempre mas de 10 nunca mas de 30, 6 de los 10 se marcharon y 3 de los 6 ya no están, los 3 que no están se perdieron, hace mucho se los llevo el viento, se los llevo silbando en una fría cacería invernal, o eso dijo el bardo.

cuando los 10 errantes aun recorrían la tierra, Unut el primero se alzo sobre los otros príncipes,y se asentó en el monte Arit como por un golpe del destino.

En aquellos días el valle del rey rebosaba de bestias y pequeñas arboledas bordeaban los ríos, los ojos se perdían fácilmente en la inmensidad del paraje, sin duda era un hermoso lugar, uno como pocos en todo Helldom, los errantes se maravillaron con su calidez y esplendor.     Aunque Helldom es gigantesco, gran parte del planeta esta cubierto de grandes estepas, miles y miles de kilómetros de llanura.

los 10  errantes habían andado la tierra durante varios ciclos sin detenerse, guiando a sus hordas a salvo a través del peligro. se dice que entre el 56 y 85 antes de Unut incluso llegaron a las montañas que encierran el mar del este. 

 Luego de haber andado durante unos 145 siclos, los 10 llegaron al monte Arit.    Nunca antes los errantes habían visto las nieves perpetuas, casi todo era nuevo para ellos.     Las hordas temblaron solo de mirar la blanca muerte que pendía sobre los altos picos del monte Arit.    

Habían pasado muchos ciclos desde aquella fatal helada que casi termina con la Sexta era,en sus inicios, pero aun las hordas temerían al invierno mucho tiempo mas, la nieve era considerada como el emisario de la muerte por los errantes, y verla siempre era un mal augurio para aquellos que huían del invierno.

Esa noche el consejo de las hordas se reunió para echar suerte, a fin de saber cual de los príncipes cazaría esa noche,resulto que por jugadas caprichosas del destino, la estrella  señalo el camino de  Unut el pequeño ,y como dictaba la costumbre debía salir esa noche en busca de alimento para las hordas.     

Pasada ya la hora del cazador, Unut salio en busca del alimento con los suyos , las manadas siempre se reunían en los grandes valles o en las estepas, donde el agua y los pastos son abundantes, y podían mantenerse unidas, sabiendo esto  el grupo de caza se dirigió hacia el valle del rey pero este, estaba cubierto de una espesa nube de vapor y en toda esa noche no lograron ver nada mas que niebla.      A pesar de ser buenos cazadores, resultaba imposible ver algo en aquel mar de tinieblas, cuando apenas faltaban  2 horas para el amanecer Unut quien nunca había vuelto sin nada, se aventuro por primera vez a subir al monte Arit.

los Errantes no acostumbraban subir a los montes a no ser que fuera en caso de vida o muerte ya que temían a la voz dioses que habitaban los montes altos .     Se dice Unut subió aquella noche con su grupo de caza a las laderas del monte Arit, buscando quizás tener una mejor vista del valle,nunca sabremos en realidad que lo impulso a Subir,  su temeridad fue en vano, la niebla cubría el valle hasta donde la vista alcanzaba a mirar.     

la horda de Unut se detuvo unos instantes en un saliente ,mientras buscaban divisar alguna cosa entre la bruma que cubría el valle, en ese momento, un estruendo poderoso sacudió los cimientos del monte, un tropel atronador hacia temblar la tierra mientras derribaba arboles y bestias por igual, ni aun las grandes manadas cuando faltaba el agua en verano podían generar tal alboroto, las hordas de errantes y de animales, corrieron por doquier y algunos de la horda murieron en la confusión,aplastados por sus compañeros o por las bestias que huían del valle.

Allí esa noche en el valle del Rey los destinos de Helldom cambiarían para siempre...

Allí esa noche en el valle del Rey los destinos de Helldom cambiarían para siempre

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Helldom (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora