3. SUFRIMIENTO- THE VAMPIRE DIARIES

CAPITULO QUINCE

CAPÍTULO QUINCE

Pase la noche con Caroline intentando que los ánimos volviesen, pero sabía que era imposible. Matt me había llamado poniéndome al tanto de lo que había pasado con Rick, gracias al cielo aún estaba vivo

Por la mañana decidí ir a visitar a mi tierno profesor de historia, a pesar de la presencia de Elena, no lo dejaría solo por algo así

— hey...— salude a Matt que se encontraba en una de las incómodas sillas

— Evie...— susurró adormecido— ¿y Care?

— intenta sobrellevarlo— respondí inquieta— fue una dura noche

— ¿vienes a ver a Rick?— pregunto

— si, escuche que ya estaba estable— suspire de alivio sentándome a su lado— tenía miedo de que él también...

— está bien— dijo firme— él está bien

En ese instante la puerta de la habitación de Rick se abrió, dejando ver una Elena igual de demacrada y cansada que yo

—¡Elena!— exclamó Matt levantándose de golpe —¿cómo está el señor Saltzman?

— resignado a pasar la noche en observación— suspiro, al fin deteniendo su mirada en mi— ¿qué tal está Caroline?

— si te digo que bien, estaría mintiendo— dije con lastima

—¿nadie sabe quién puede estar tras los asesinatos?— pregunto Matt

— la sherif lo intenta— masculle— la única sospechosa es Elena.

Salimos por la puerta del hospital, en si no sabía a donde ir. Después de ello, era algo era seguro, no quería quedarme en el hospital

—¿como haces para lidiar con todo esto?— inquirió Elena mirando a Matt —quiero decir, Matt. Siempre estás envuelto en estas cosas

— honestamente, soy un sujeto afortunado— sonrió de lado— la única cosa que tengo que preocuparme es en llegar a mi turno en el Grill— se encogió de hombros

Elena se rio levemente

— gracias por todo lo que has hecho— busco sus llaves— de verdad

—  vuelvan a casa sanas— murmuro

— estaremos bien— asegure

El nos dirigió una última sonrisa antes de irse

Suspire y me dirigí a mi auto

— Evie— me llamo, pero la ignore— Evie, estás actuando de forma infantil

— tú actúas como una zorra y nadie lo critica — refute dándole la cara

— no estás hablando enserio— susurro dolida

— ¿que quieres que te diga?— reí por lo bajo —¿que todo lo qué haces está bien?

— lo siento, no quiero que sigas ignorándome por algo sin importancia—

—¿te parece algo sin importancia? — la mire incrédula— ¿que pasa si es lo contrario? Si fuese yo quien besara a Stefan— hizo una mueca— no es muy diferente, duele pensarlo ¿verdad?

— no puedo creer que estés diciendo esto— refuto dolida

— no me pongas esa cara— la mire con rabia— no puedes simplemente ahora hacerte la víctima. La pobre y dulce Elena— la encare— ¿sabes? A pesar de que siempre nos diferenciaron de Katherine... tú eres idéntica a ella