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Hoy es uno de esos días en los que quiero desaparecer, irme lejos y olvidarme de todo. Y con lo reemplazable que soy nadie se daría cuenta de mi ausencia.

El sentimiento de decepción de que estés dando lo que te queda y que no lo aprecien es terrible. Ver cómo eligen otra persona en tu cara te parte en mil pedazos sin contar que ya no quedaba nada entero en ti, pero se supone que debes seguir con tu vida después de eso. El problema aquí es que cuando no te quedan muchas ganas de luchar y la última cosa que te podría dar esperanzas también se esfuma es cuando finalmente sabes que ya no queda nada.

Dicen que todos tenemos un interruptor con el que podemos apagar los sentimientos, es momento de que le de click al mío. Si me voy me iré sin sentir nada por nadie ni nada. Así me aseguró de no querer volver ni de que me arrepentire en el proceso.

By: Tu suicida

El diario de una SuicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora