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Lo que no decimos se nos acumula en el cuerpo, se convierte en insomnio, en nudos en la garganta, en nostalgia, en error; en duda, en tristeza. Lo que no decimos no se muere, lo que no decimos nos mata.

Tarde comprendí que callarme las cosas era uno de mis problemas y el disparo que me terminaría matando. Cuando quise sacarlo de mi no quedaba nadie que me escuchará, ni muchas posibilidades de que ayudará haberlo hecho.

Todos tenemos diferentes formas de matarnos y esa era la mía.
By: Tu suicida

El diario de una SuicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora