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Ahí sentada en la mesa me di cuenta que vivo en una casa pero no en un hogar, que vivo con una familia pero no pertenezco a ella. Existe un vacío que con el paso de los años pensé que llenaría estando aquí pero sólo me sirvió para que se hiciera más profundo. Hice todo lo posible por tener a todos contentos que tarde noté que estaba hundida en una tristeza mortal, lo peor fue que los esfuerzos hechos jamás fueron apreciados.

Cada día me pregunto que hice mal, que me faltó lograr, que hice para no merecer ni la más mínima atención o la más débil muestra de amor entonces me doy cuenta que ni los amigos, ni las relaciones que tuve fueron los que me rompieron. Los primeros en romperme fueron las personas que se hacían llamar mi familia.

Espero querido diario que entiendas que la decisión que estoy tomando es justo lo que necesito para acabar con todo y no te preocupes al final del camino estaré en un lugar mejor.

By: Tu Suicida.

El diario de una SuicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora