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Hay palabras que duelen más que miles de golpes, que por más que intentes borrarlas no puedes, siempre estarán ahí torturando tu mente y tu ser, haciéndote trizas hasta que al final ya no queda nada de lo que una vez fuiste.

Quizás deberíamos ser más cuidadosos al hablar ojal referirnos a alguien porque no sabemos lo que está pasando esa persona en su día a día.

Que mal que a mi me tocó ser la que se destruye con las palabras que le dijeron y no la que trata de cuidar sus palabras.

Hasta pronto querido diario, iré a lidiar con mi estado de animo de hoy que no se realmente como esta.
By: Una Suicida

El diario de una SuicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora