El Espíritu

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Un día entraste a clase con el en la mano, lo cargabas como si te pesara, mi corazón latió sorprendentemente fuerte cuando horas más tarde te vi salir acompañada de Benito, que al parecer estaba incitándote a leer. Fue en el mismo banco, allí donde tuvimos nuestro primer contacto, y donde ibas a conocer mucho más de mi. Ese libro era mi autobiografía, donde había detallado yo toda mi vida y por supuesto Anita, tu aparecías en él, y lo comprenderías a medida que página a página vayas avanzando.

Hermosa obsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora