Capítulo 5

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Como el coche estaba vacío y el no se encontraba dentro decidí seguir con mi camino mientras rezaba por poder volver a casa sin ningún percance.

Quise salir corriendo cuando a los pocos metros vi a un Jaime con el labio partido y un ojo morado apoyado en mi coche, liándose un cigarro para variar.
Di media vuelta para huir a dónde fuera pero lejos de el, cuando se percató de mi presencia.

–¡Dana ven aquí inmediatamente!

Mierda Mierda Mierda

–¿Que estás haciendo aquí Jaime? ¿Es que no me expliqué bien al decirte que no quería volver a verte? –dije rápidamente enfrentándome a el.

–Escucha he venido en son de paz, mereces una disculpa. –dijo el levantando los brazos en señal de derrota, no le creía. –Ya sabes, no tendría que haber mandado ese mensaje, lo siento mucho Dana. –intentó agarrarme la muñeca en un intento fallido.

–No te creo nada, y no intentes acercarte a mí más que esto. –dije con los brazos cruzados dando un paso atrás. –Me importa una mierda esa maldita foto, lo mismo que me importas tu ahora mismo. 
–dije sabiendo que estaba siendo cruel, pero ya me daba igual.

Dejó su típica expresión tensa para pasar a una mas relajada. Le temblaba el labio ensangrentado al igual que la mano que sostenía el cigarro.

Noté como intentó decir algo pero no pudo, simplemente se limitó a mirar al suelo.

–¿Vas a apartarte? Verás quiero entrar en el coche y no tenemos nada más de lo que hablar. –dije para apartarlo con mis propias manos.

Su mirada se encontró con la mía, pero esta vez tenía el ceño fruncido con un toque de ira en sus ojos. No lo pensé dos veces y cerré la puerta, pero antes de poner el seguro fue mas rápido que yo y me sacó casi a rastras del interior del coche.

–Te dije que no te ibas a librar de mí tan fácilmente, aunque veo que ya no lo recuerdas.

Su rostro estaba tan cerca del mío que podia notar su respiración acelerada y nerviosa.

–Aléjate de mi Jaime, te lo pido por última vez. –dije en un susurro lo suficientemente audible para que me escuchara.

El puñetazo que dio en el lateral del coche hizo que me sobresaltara, busqué con la mirada a alguien en el estacionamiento que pudiera sacarme de allí, pero todo el mundo seguía con sus cosas. Parecía ser invisible entre la multitud.

–No puedo alejarme de ti Dana. ¡¿Es que no lo ves?! Me siento en la mierda sin ti. –dijo con su mirada fija en mi boca y sus manos agarrándome con fuerza la cintura, estaba paralizada.

–¡No me toques! ¡Déjame en paz de una maldita vez! –me libré de su agarre pero la cosa fue a peor, ahora su mano derecha agarró mis muñecas mientras con la otra trataba de taparme la boca para callar los gritos.

Lo siguiente ocurrió tan deprisa que mi mente no fue capaz de procesarlo con normalidad. La escena era surrealista. De la nada apareció un chico más alto y fuerte que Jaime separándolo de mi.

–¿Te crees que esas son formas de tratar a una mujer? Eres un cobarde chaval, lárgate ahora mismo si no quieres terminar con el otro ojo morado. –dijo el chico con Jaime entre la pared y su cuerpo, con la mano en un puño a la altura de su rostro.

–Esto no quedará así. –habló Jaime con la respiración agitada mientras apartaba al chico y se alejaba a paso firme.

Con la respiración agitada y la mano en el pecho observé al chico de pelo castaño y ojos oscuros, lleno de tatuajes y un aro en su nariz.

–¿Es tu novio? -dijo señalando en su dirección con cara de desprecio.

–Si... No, en realidad lo dejamos hace unos días. –dije aunque no me apetecía explicarle mi vida sentimental a un extraño.

–Pues me alegro que ya no estés con el, ninguna mujer merece ser tratada de esa manera.

Era un chico muy directo pero sabía que tenía toda la razón del mundo.

–No no, no te equivoques, el no... Nunca me ha tratado mal pero entiendo que esté dolido, ya sabes, las rupturas a veces son dolorosas. –mentí, y me sentí muy mal por ello.

–Sigo pensando que no es motivo para tratarte así, por cierto no me he presentado, soy Noel. –dijo extendiéndome la mano, la qual agarré en modo de saludo.

–Soy Dana, amm... oye, muchas gracias por preocuparte por mí pero no deberías haber hecho eso, estoy bien. –dije mientras el me miraba extraño. –Enserio, todo bien.

–Tu cara no decía lo mismo cuándo te tenía acorralada, comprenderás que no iba a quedarme de brazos cruzados, lo habría hecho por cualquiera.

Me moría de la vergüenza y no sabía porque, seguramente por haber causado un numerito en público, delante de muchos de los estudiantes.

–Siento haberte incomodado. No era mi intención pero mucho cuidado con ese tío, ya nos veremos.    
–continuó el, avanzando para irse mientras levantaba una mano en modo de saludo.

–¡Noel! –dije a unos metros de el.

Dio media vuelta y me miró esperando una respuesta.

–Muchas gracias. –dije calmada, seguramente el no sabía lo mucho que significaba para mi que alguien por una vez se hubiese preocupado en una de estas situaciones.

Guiñó un ojo y se marchó.

Ya de vuelta al apartamento pensé en lo que hubiese podido pasar si el chico no llega a intervenir.
¿Jaime era capaz de golpearme en público?
En realidad sabía la respuesta perfectamente, no le importaba lo más mínimo la opinión de los demás, nunca le había importado, ni siquiera en este tipo de situaciones, y esta no iba a ser una excepción.

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Hola holaaa, muchas gracias por todo el apoyo, por vuestros mensajes y el amor que está recibiendo la historia hasta el momento.
En general gracias por animarme a seguir escribiendo y espero que os esté gustando.
Os dejo una foto de Noel al comienzo del capítulo.
Ya sabéis, voten y comenten♥️♥️♥️

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