Capítulo 3

106 41 1
                                    


-No Jaime, no lo haces, tu no me amas. ¡No eres capaz de amar a nadie! Si para ti amar son palizas continuas entonces yo no quiero que me ames. Por favor vete... -dije rendida una vez más.

-No has querido decir eso Dana. -dijo mientras se ponía de pie, su tono era similar al de un psicópata, y me preparé para el golpe.

Me agarró sacándome del sofá y mi cuerpo dio un fuerte impacto contra el suelo. Otra vez esos malditos golpes que ya se habían convertido en rutina.
Una vez, y otra, y otra vez más fuerte.
Mi vista se nubló y sólo me quedó esperar.
Rendida en posición fetal y con el corazón fuera del pecho, apreté mis puños con fuerza y me levanté.

Estaba decidido, no era ningún objeto con el qual pasar el rato, estaba harta de el, del miedo, de los golpes, del control, estaba demasiado harta de todo.

-Jaime -dije sin fuerzas y como pude.

-Pídeme perdón Dana... -su ira seguía ahí.

-No puedo pedirte perdón, Jaime ¿como quieres que te de una última oportunidad? ¡¿Es que acaso no ves lo que acabas de hacer?! ¡No quiero verte más, por favor desaparece! -exploté, y dejé que todo lo que llevaba dentro apareciera.

Dio fuertes golpes y patadas sobre la encimera de la cocina, se estaba volviendo loco y yo tenia mucho miedo, necesitaba a alguien que me ayudara, tenia que irse, no quería volver a verlo.

-¡Me vas a destrozar las casa, Jaime por dios para ya de una puñetera vez! -dije alterada y cabreada aunque muerta de miedo a la vez. -Vete...¡Vete!

-No te vas a librar de mi tan fácilmente pedazo de zorra, tu eres mía, acuérdate de mis palabras. -dijo mientras me agarraba la cara con sus grandes manos.

Mientras sacaba un cigarro de su bolsillo se acercó a la puerta para irse. Me lanzó una mirada de odio y mis ojos sólo expresaban miedo e impotencia. Soltó una pequeña risa, pronunció algún insulto que no logré entender y desapareció.

Las lágrimas no tardaron ni dos minutos en aparecer y enseguida noté un escozor en mi mejilla izquierda, mierda, estaba sangrando.
Fui rápidamente al baño a curarme las heridas pero lo que vi en el espejo me asustó más, mucho más que unos cuantos golpes, y no estoy hablando del corte que atravesaba mi mejilla. Más bien hablaba de la persona que había reflejada en el espejo, no la reconocía, no me reconocía, no era yo. Ese capullo me había dejado bien jodida. Estaba vacía y ya no sabía por lo que luchar.

-Si tan sólo hubiera una persona, sólo una maldita persona ahora mismo aquí conmigo... -dije para mi misma, me sentía muy sola.

Decidí subir al coche y conducir sin rumbo alguno. Dejé que la velocidad se adentrara en mi y lo olvidé todo, pero tuve que frenar, podía causar un accidente y a pesar de todo no me apetecía.
Vi una pequeña cafetería cerca del lago el que tantas veces visitaba cuando sencillamente quería huir.
Bajé del coche y entré decidida, pedí algo caliente y tomé asiento.

El lugar era acogedor y me gustaba observar a las personas, parejas de jóvenes y adultos, amigos, familias... pero sobretodo me encantaba ver a la gente sonreír, era entonces el único momento dónde encontraba un poco de fe y esperanza en la humanidad, que no todo el mundo era tan horrible.

Echaba tanto de menos a mis amigos, el sentirme querida, que no pude contenerme, de un momento a otro ya estaba marcando a Lauren.

-¿Hola? -no respondí. -¿Hay alguien? Malditos números desconocidos. -a punto de colgar decidí responder.

-Lauren... veo que borraste mi número, soy Dana. -me temblaba la voz, pero debía recuperarla.

-Joder Dana, cuanto tiempo. La verdad no me esperaba esta llamada, siento decírtelo pero ni siquiera reconocí tu voz, lo siento. ¿Cómo va todo? Hace tiempo que no hablamos. -parecía algo avergonzada, aunque prefería escucharla así que con el tono con el que me habló la última vez.

-Lo entiendo, ha pasado algo mas de medio año y no hemos sabido nada la una de la otra, lo siento, la culpa fue toda mía. -dije con la voz rota en las últimas palabras, la echaba tanto de menos...

-Si lo sé, es que todo pasó demasiado rápido, ni siquiera pudimos hablar las cosas como personas adultas, creo que la culpa fue de ambas. Y... perdón por la pregunta pero, ¿porqué decidiste llamar ahora? -ahora era ella la de la voz rota, como si hubiera estado esperando este momento desde hacía mucho.

-Pasó algo. En realidad siempre pasó algo y nunca fui capaz de contarlo, a ninguno de vosotros. Os merecéis la verdad, y yo también me la merezco.
-quería contárselo ahí mismo, en un lugar alejado de la realidad a través de una pantalla, pero sabía que no podía hacer eso si no la tenía delante.

-Dana me estas asustando, no creo que deba de ser para tanto, lo que pasó, pasó, y estoy segura que no es algo tan grave. -dijo con un tono calmado, aunque sabía que realmemte era porque había notado la angustia y mi nerviosismo en mi voz.

-Prometo contártelo absolutamente todo, pero no puedo hacerlo en una llamada, y si no es mucho pedir necesito un poco de tiempo, es todo demasiado reciente, juro llamarte en cuanto pueda. -dije sabiendo que seguramente necesitaba más tiempo del que en realidad me gustaría.

-Genial, te echo de menos, adiós Dana. -dijo ella casi en un susurro y colgó antes de poder despedirme de ella.
———————————————————————
Hola queridos lectores, quiero dar las gracias a todos por leer y apoyar la novela y sobretodo a los mensajes que he recibido, sois un amor. Muchas gracias por todo♥️

Treat Me Better Donde viven las historias. Descúbrelo ahora