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Tony casi azotó la puerta del baño cuando se metió, en su desesperado intento por huir del gimnasio

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Tony casi azotó la puerta del baño cuando se metió, en su desesperado intento por huir del gimnasio.

—Tony Stark, eres un tonto. —Se regañó mirándose en el espejo.

¿Qué había hecho? Dios, Steve lo había besado, sí, eso era correcto. Pero luego reaccionó y se apartó, y Tony simplemente...

Se abalanzó sobre el alfa y no quería dejar de besarlo. Los labios de Steve eran tan deliciosos, y solo dejó a su omega interior actuar, conmocionado.

Comerle la boca a Steve estuvo delicioso.

Tan rico, tan bueno, pero estaba mal, no tenía que haberlo hecho.

«Maldición»

No sería tan complicado si Steve no fuera de la época que era, Tony suponía que para él, esto no era un simple beso que podían pasar de largo. No podía hacer éstas cosas con Steve sin que hubiera consecuencias.

Y el omega ya tenía suficientes problemas como para ahora tener éste más.

Una vez se mojó el rostro y se frotó la cara, tomó una larga y profunda respiración, para luego salir y migrar con mucha prisa hacia la cocina, necesitaba un maldito vaso de agua.

Ahí estaba Rhodey, picando una manzana, con su terno aún puesto.

—¿No tenías que salir?

—Sí, pero la reunión se retrasó un poco, tengo tiempo para picarme una fruta aún.

Stark asintió, en silencio, y caminó tan rápido como pudo hacia el lavabo, necesitaba tomar el vaso de agua para calmarse. James lo observó con sospecha, algo le pasaba, Tony no solía ser tan silencioso.

—Oye Tony...

—Dime.

—Estás pálido. Y luces como si hubieras visto un alma en pena. —Rhodey alzó una ceja, exageradamente, tamborileando sus dedos sobre la alacena—. ¿Sucede algo?

Tony también empezó a tamborilear los dedos sobre su vaso, James conocía muy bien ese gesto. Tony no estaba nervioso, estaba ansioso.

—Tony... —Usó su tonito de reproche suave y regañoso.

Stark pasó saliva, y se sintió un poco acorralado. Entonces, decidió que a Rhodey no podía ocultarle eso, y si era honesto, quería desahogarlo.

—Besé a Steve.

James permaneció quieto por los siguientes diez segundos, antes de girar lentamente hacia Tony, con los ojos bien abiertos de sorpresa y desconcierto.

—¿Qué?

El millonario apretó la mandíbula, enfrentando la mirada de su mejor amigo.

—Solo pasó ¿sí?

Forbidden OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora