Besos de Mermelada » Min Yoongi [Completa] ✔️

Capítulo 45 🖤

Camino al estacionamiento nos encontramos al papá y a la hermana de Min; Hye. Puedo ver la gran sonrisa que ella revela tan pronto nos ve acercándonos tomados de las manos.

—¡Qué emoción! —exlclama en lo que se acerca, parece una fanática enamorada. Es tan adorable... Y al parecer ruidosa—. Al fin los veo juntos de nuevo. Hola, Seonmi. —Sacude su mano frenéticamente, soriéndome muy amena.

—Hola. —La saludo de la misma manera. Le doy una miradita rápida al papá de Yoongi y lo saludo con más educación. Hace un gesto de asentimiento agradable.

—¿Que no se habían ido ya? —cuestiona Min. Probablemente ellos lo acompañaron a revisar las pruebas de Adn. Sin embargo, ¿qué fue de Yuna? Ella debió estar aquí, ¿no?

La sonrisa de Hye de inmediato pasa a ser una expresión resentida y adorable. Le da un golpecito en la barriga.

—Idiota. Esta vez tuviste suerte, la próxima vez procura usar condón para estar más seguro.

Uh, esa palabra nunca me gustó, suena tan desagradable y fea. No me gusta. No me gusta.

—Como sea, eso lo decido yo. Te veo después. —Sin más entra a la camioneta.

La chica repara en mí muy sonriente. Yo también le devuelvo el gesto.

—Nos vemos después. Dile al idiota de mi hermano que te lleve a casa, eres muy agradable.

¡Dijo agradable! ¡Dijo agradable!

—Gracias, se lo dire. Tú también eres agradable.

—No hace falta, ya lo escuché. Vamonos, Seonmi —dice el rubio.

Me despido con mi mano mientras camino a la camioneta, también me despido de su padre, el cual también lo hace muy atento. Hye se asoma por un momento en la ventana, Min le da un golpecito en la frente. Supongo que es su modo despedirse.

Él y su padre se miran por un segundo que me parece bastante largo. Min simplemente hace un gesto con la mano muy seco para a continuación salir de el estacionamiento, en cambio su padre esboza una sonrisa. Creo que Yoongi ni siquiera se tomó el tiempo de verla.

Bueno, algo es algo.

—¿Cómo van las cosas con tu papá? —le pregunto.

—Me sorprendió que sepa dar consejos sobre la responsabilidad. Qué irónico. —Bufa, llevando una de sus comisuras hacia arriba—. Pero me gustó que lo hiciera —dice luego de un largo minuto.

Me saca una sonrisa, sin embargo, él se quedó muy serio.

Decido no indagar más sobre aquello, pues tampoco quiero parecer una molestia. Tiempo al tiempo.

Unos minutos después estaciona su camioneta frente a su casa. Me desabrocho el cinturón y bajo de un salto. Rodeo el vehículo y tomo su mano mientras nos dirigimos a la entrada. Aún tengo que hacer más preguntas.