✨ 一 ✨ 

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Kim Taehyung, en sus 15 años, nunca había hecho amigos en la escuela. No es que él fuera una especie de asocial o algo parecido, sino que las situaciones no se habían prestado. Desde que nació, su vida se ha resumido en viajar de un lugar a otro. 

Sus padres adoptivos, Kim Namjoon y Kim Seokjin, quienes eran una productor musical, dueño de una disquera y un chef respectivamente, tenían la suficiente fama como para viajar por distintos países constantemente. Taehyung solía ir con su papá a Mougins, Francia a la Etoiles de Mougin, o a las premiaciones a las que su padre era nominado en Estados Unidos, Inglaterra o incluso Japón.

El estilo de vida agitado que llevaba la familia Kim, le costó a Taehyung parte de su educación, pues desde que tenía cinco años el castaño tenía un tutor, en vez de asistir a una escuela como lo haría cualquier chico de su edad. Park Bogum viajaba con él y su familia para darle clases, y fue de ese modo hasta que el castaño cumplió once años y sus padres decidieron parar sus carreras para vivir más tranquilamente con su pequeño.

 En un comienzo estuvieron en Italia, sin embargo una oferta de trabajo en Seúl fue lo suficientemente tentadora como para regresar a Corea y comprar una enorme casa, donde Jin podría empezar a trabajar en su próximo restaurante y Namjoon se haría cargo de una nueva boyband. El único que no estaba contento con el cambio era Kim Taehyung, quien debió de ir por primera vez en su vida a la escuela.

Taehyung odió su primer día de clases, así como odió los días y años siguientes.

Lo único bueno de instalarse en Corea es que sus padres lo inscribieron en una academia de baile, específicamente la academia de Son Sungdeuk. Sí había algo que Tae amara mas que a su perrito Yeotan y a sus padres, definitivamente era la danza. Le encantaba la libertad y fuerza que sentía al bailar, ya que pocas cosas le permitían experimentar esa inmensa cantidad de felicidad, y él lo que más deseaba en la vida era ser igual de feliz como lo eran sus padres, pues desde pequeño veía la gran sonrisa que tenía Jin siempre que cocinaba o la tranquilidad que le otorgaba el componer música a su padre.

En la academia de baile conoció a Jung Hoseok, el pequeño pelirrojo que era dos años mayor que él, a quien le encantaba joderle la existencia.

Podría decirse que se hicieron amigos, a pesar de que Tae ponía todo de su parte para que aquello no ocurriera, pero Jung Hoseok es el tipo de persona que no conoce la palabra rendirse. Se conocieron cuando el menor tenía doce años, y después de un largo tiempo ya habían aprendido a soportarse el uno al otro. Su amistad alcanzó tal nivel que cuando Taehyung cumplió quince años decidieron cambiarlo a la misma escuela que Hoseok, aunque este se negara, tanto Namjoon como Jin pensaron que sería lo mejor.

Y ahí estaba de nuevo, cambiándose de escuela, viviendo el infierno del primer día de clases.

Le incomodaba ser el chico nuevo, tenía que presentarse ante un montón de desconocidos, intentar ser amable e incluso evitar decir comentarios sarcásticos, en pocas palabras era un infierno. Lo peor de todo es que tendría que volver a ese martirio al día siguiente. Era un castigo demasiado grande, ¿Qué había hecho para merecer algo así?

Seguía hundido en sus lamentos cuando sintió que alguien le golpeaba la nuca, sorprendiendolo. Levantando la cabeza de golpe, se encontró con Hoseok sonriendo coquetamente como acostumbraba a hacerlo, mientras sostenía ambas manos en su cintura.

—¿Qué ha sido lo más horrible hasta ahora?

— ¿Además de tu presencia? Definitivamente las estúpidas presentaciones ante la clase y este estúpido horario, en serio, ¿Cómo alguien puede salir a las cuatro de la tarde? — Taehyung refunfuñaba con los brazos cruzados, mirando el pasillo por el que caminaban.

— Vamos, debes de admitir que soy tu salvación, sino estarías solo. Sobre el horario, lo siento, Taehyungie, pero cualquier chico normal sabe que un estudiante suele salir a las cuatro de la tarde.

— Ahí está el problema, no soy un chico normal. Y no me digas Taehyungie, Hobi.— Amenazó Tae con su mirada más intimidante, a lo que Hoseok solo alzó las manos.

–— Animate, te voy a presentar a mis amigos y de seguro te caerán bien.

— Si se parecen a ti, lo dudo.

Poco le importaron las palabras del castaño a Hoseok, pues en cuanto llegaron a la cafetería pudo ver la mesa en la que se encontraban sus compañeros de clase. Tomó el brazo de Taehyung para pasar entre toda la gente sin perderlo, buscando enseguida su almuerzo para ir con los demás. El menor por su parte solo podía pensar en cuánto le gustaría comer Japchae o que su papá le hubiese preparado un bento, sin embargo debió de conformarse con los emparedados que Hoseok ponía en su bandeja, además de un montón de fruta.

Llegaron a una mesa donde habían cuatro personas, un chico castaño bastante lindo junto con uno pelinegro muy parecido a él a su lado, un tipo pequeño con el cabello de color rosa pastel y un chico pálido con el cabello de un color bastante llamativo el cual contrarrestaba con su cara de odiar su existencia.

Sí, definitivamente le caerían bien. Aunque ahora con la bandeja en sus manos y estos chicos frente a él, se siente un poco menos seguro y confiado, sobre todo cuando siente la mirada penetrante del pelimenta sobre él.

Yoongi por su parte había dejado de lado el libro que estaba ojeando, ocupándose en observar al castaño que estaba junto a Hoseok. Le sorprendió la belleza del menor, pero aún más los preciosos ojos avellana que poseía, aquellos mismos ojos que le devolvían la mirada con fiereza, causándole gracia.

5 pasos para enamorar al amigo de Hoseok. [YOONTAE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora