Pleasure room #10 - Underground Show

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Minhyuk x Yeojoo | 2019.10.26

-Muñeca -murmuró Min Hyuk de pronto.

Cuando ella le escuchó en seguida levantó la mirada, encarándole con una expresión de curiosidad que a Min Hyuk le causó un escalofrío que aterrizó directamente en su entrepierna. El pelo castaño claro de ella estaba recogido en dos coletas bajas y llevaba un bonito vestido azul de manga larga que el mismo Min Hyuk había escogido. Estaba bonita; inocente, con nada de maquillaje en la cara; sus preciosos mofletes de hámster; su expresión dulce y ese vestido. Estaba tan bonita que resultaba tentadora.

Si había algo que Min Hyuk adoraba con todo su ser, eso era Yeo Joo. Esa muchacha era la chica más hermosa, más perfecta que él hubiera contemplado jamás. No solo eso, era pequeña, dulce, dócil, pura. Virginal. Más que cualquier otra cosa Yeo Joo era virginal. Desde la primera vez que la vio, Min Hyuk quiso sentir el interior de ella en torno a su pene, quería oírla gemir, quería ver sus mejillas rojas y sus labios finos abriéndose para emitir gemidos. Quería esos pechos tan grandes que ella tenía moviéndose arriba y abajo mientras él se movía dentro de ella. Cuando descubrió que era virgen, que iba a ser el primero en adentrarse en ella, que iba a ser el único en poder verla correrse, Min Hyuk sintió que podría perder la cabeza por esa chica que superaba por poco el metro y medio y cuya cara era digna de la más hermosa de las modelos.

En los seis meses desde que se acostó con ella por primera vez, Min Hyuk podía decir sin lugar a dudas que se había vuelto adicto a ella. No importaba en cuál de sus orificios se enterrara, durante cuánto tiempo o las veces que ella le hiciera correrse o las veces que él la hiciera correrse a ella, nunca tenía suficiente. Cuanto más se acostaba con ella, más seguro estaba que esa chica era un demonio. Con esa cara tan bonita, tan dispuesta a hacer y disfrutar cualquier cosa que él quisiera hacer con ella. Tan adictiva, como una droga. Min Hyuk lo había probado todo durante su adolescencia. Desde la maría o el alcohol a estimulantes mucho más fuertes. Se había acostado con tantos hombres y con tantas mujeres que creyó haberlo sentido todo. Yeo Joo era tan diferente, tan única.

No podía resistirse a ella, había una fuerza magnética uniéndoles. 

Con una sonrisa en los labios, Min Hyuk se inclinó hacia adelante y apoyó los codos en sus propios muslos mientras veía a Yeo Joo ladear la cabeza mientras no dejaba de mirarle a los ojos, en silencio aunque expectante a lo que su novio deseara decirle.

Estaba sentado con a ella al fondo del vagón, el uno frente al otro en ese set de cuatro asientos separado por otro idéntico que estaba vacío. El resto de personas del vagón estaban a un mínimo de cuatro metros de ellos, distribuidos por los asientos con la mayoría dormitando y otros pocos mirando sus teléfonos. 

Min Hyuk lo había contado y eran diez personas además de ellos, ahora vigilaba que nadie subiera al vagón y que ni esos nuevos pasajeros ni los antiguos se acercaran a donde ellos estaban.

-¿Llevas sujetador?

Yeo Joo le miró con los ojos muy abiertos nada más escuchar la pregunta, cambiando de postura de golpe para poner la espalda recta como hacía cuando alguien le comentaba algo inesperado. Min Hyuk, al verla volver a recostarse contra el respaldo del asiento, pudo ver perfectamente la forma en que se movía su pecho, cómo sus pezones se marcaban en el vestido. 

No necesitaba una contestación, él ya sabía la respuesta mucho antes de preguntarlo. Lo único que quería era ver la reacción y contestación de ella.

-¿Cómo le preguntas eso a una señorita, Minhyukie? -murmuró ella en respuesta. Un bonito puchero se había formado en sus labios, frunciendo el ceño levemente para dar a su expresión un aspecto de berrinche aún mayor. Con sus manos a ambos lados de sus piernas y apoyadas en  el asiento, ella pronto apretó los puños-. ¿Por quién me tomas? Claro que no llevo.

You make me wet by your under  » MONSTA X. KINKTOBERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora