Pleasure Room #01 - Big Obsessions

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Shownu x Wonhee | 2019.10.01




-Won Hee... por favor... Déjame correrme, te lo suplico...

A Won Hee no le importaban sus súplicas. No le importaban en absoluto porque se lo había advertido no una ni dos, sino mil veces. Pero Hyun Woo seguía siendo un irresponsable y a ella le importaba poco que fuera su marido o que fuera incluso algo mayor que ella. Won Hee podía parecer y ser en general una persona frágil, sumisa y dócil, pero en la cama y cuando se trataba de Hyun Woo, las cosas eran muy distintas.

Todo aquello no estaría pasado si Hyun Woo hubiera tenido un poco más de cuidado con su fijación en los pechos de su mujer. En general, Won Hee siempre dejó que su marido agarrara, pellizcara, lamiera y mordiera sus pechos cuanto quisiera, pero masturbarse con sus senos era un capricho que le daba solo cuando se portaba bien, cuando se portaba bien y siempre y cuando su semen no la salpicara en la cara.

Una vez cada dos semanas, a veces cada tres, ella le dejaba sentarse sobre sus costillas y arremeter una y otra vez entre sus senos, a apretar aquellos pechos tan grandes, tan blancos y tan suaves que Won Hee poseía en torno a la extensión de su erección, una y otra vez hasta correrse mientras ella le metía los dedos y él frotaba con sus pulgares los pezones rosados y siempre erectos de su esposa.

Aquella vez, aunque se corrió con el glande bien apretado entre los pechos de ella y casi todo cayó allí, que Won Hee estuviera todavía penetrándole sin parar con cuatro dígitos, golpeando directamente contra su próstata, le hizo sacudirse y terminar empujando las caderas hacia adelante, haciendo que las últimas gotas de su corrida terminaran en la barbilla y labios de ella.

Había suplicado durante un rato cuando ella se lo recriminó, cuando fue consciente del error que había cometido. Se había bajado de encima de ella para lamer hasta el último resto de semen que hubiera en su cuerpo, con la cabeza hundida en su pecho repitiendo una y otra vez que había sido sin querer y que le perdonara.

Sin embargo, ni los preciosos pucheros que tanto adoraba ella ni sus disculpas la hicieron cambiar de idea. Le hizo ir a buscar el dildo más grande que había en la casa y, después de hacerle sentarse sobre éste y enterrar en sus entrañas hasta el último centímetro de ese juguete que ocupaba algo más que el ancho del puño de ella, le había atado las piernas a las patas de la silla para que no pudiera cerrarlas y las manos a la espalda para que no pudiera tocarse ni tocarla a ella.

Así llevaban cerca de media hora, con ella apretando y estimulando con la planta de su pies sobre el pene ajeno y ese enorme juguete abarcando y distendiendo las entrañas de Hyun Woo.

-Won Hee por favor...

-No -contestó ella con rotundidad.

Él solo alcanzó a gimotear mientras movía las caderas tratando de liberarse de la presión que la otra ejercía con la planta de sus zapatos contra toda la extensión de su miembro.

-Won Hee, Won Hee...no puedo... no puedo más... En serio, te lo ruego... Déjame...

No hubo respuesta, solo un aumento de la velocidad con la que ella le torturaba con los pies y una mirada de indiferencia que Hyun Woo supo que era otra negativa.

-Los buenos chicos no le dan órdenes a sus dueñas, mi amor -le aclaró en seguida, dejando de tocarle en el acto.

El cuerpo de él se relajó de golpe ante la ausencia de estimulación en su erección, jadeando y respirando hondo mientras movía las caderas para que las protuberancias del juguete que tenía dentro le estimularan un poco. Estaba demasiado necesitado, demasiado desesperado. Podría correrse sin que nadie tocara su pene si ella le daba permiso.

You make me wet by your under  » MONSTA X. KINKTOBERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora