karma; jimsu

9.

YoonGi caminaba tranquilo por lo pasillos de la Universidad, era un lunes por la tarde.

Caminaba pensando en todo lo que había sucedido el viernes.

Sin duda había sido fantástico.

Los estudiantes se retiraban mientras hablaban animadamente, risas suaves se oían, era todo realmente relajante. Por las ventanas ya se podía ver el jóven atardecer.

Tenía sus libros de geográfia pegados al pecho, mientras los abrazaba con ambos brazos. Y la mochila colgada sobre uno de sus hombros.
Su paso era lento, y la música de sus auriculares llegaba a sus oídos de forma agradable.

Aún no creía que estába en Seoul.

De nuevo allí.

Su infancia después de todo.

Cuando casi llegaba a la salida de la Universidad, dispuesto a dirigirse a su departamento, observó un cartel grande y llamativo en una de las paredes blancas.

Notó que era nuevo, ya que jamás lo había visto antes, algunos estudiantes lo señalaban, otros se detenían para verlo y más tarde continuar su camino.

YoonGi, siendo vencido por la curiosidad, se acercó a verlo.

Actividades extraescolares...

Su mirada seguía las letras allí escritas, leyendo las distintas cosas que los universitarios podían hacer.

Eran interesantes.

Ajedrez, guitarra, teatro, fútbol...

Entre otras.

Iba a continuar su paso justo cuando leyó una más.

Piano.

Sintió escalofríos al leer.

Una especie de sensación de euforia y adrenalina le llegó de repente.

Cerró los ojos y suspiró, para luego negar con la cabeza.

No lo haría, eran solo pérdidas de tiempo.

Continuó su camino, pero tan solo pudo dar tres pasos porque una mano sobre su muñeca lo detuvo.

─ Hyung.

Se giró y observó al estúpido que le había parado.

─ Jimin.

─ Hola.

─ Ve al grano Park.

─ Hyung, está es su oportunidad.

─ ¿Eh...? No sé de que hablas.

─ Ya sabes, YoonGi. ─ Vió la clara cara de confusión del pálido y bufó frustado. ─ Piano, hyung, piano.

─ Oh, eso, sí... Hum, no. No lo haré, ahora déjame, HoSeok me debe de estar esperando, puedes acompañarme sí quieres.

─ Si quiero pero... No me cambies de tema. Yo sé que ama tocar el piano, hyung, escuche, siempre admiré el entusiasmo con el que lo hacía. Amaría volver a verte así, YoonGi.

─ No, Jimin, no insistas. Me lo pensaré, pero no ahora.

Jimin suspiró pero asintió después. ─ De acuerdo...

─ Venga, vamos.

Y así comenzaron a caminar hasta la salida, allí lograron divisar a HoSeok y Taehyung.

─ A buenas horas. Oh, hola Jimin.

─ Hola. ─ Le sonrió.

─Lo siento HoSeok, pero Jimin me distrajo con sus estupideces.