Eleven había cerrado el portal , los chicos de Hawkins empezaban a disfrutar una vida normal de nuevo, pero que pasara cuando una chica de bellos ojos azules y cabello negro como la noche llegue al pueblo y cautive a todos ¿Acaso ella estará vincul...
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El viaje había durado 20 horas, si 20 horas habían sido de Hawkins, Indiana a Derry, Maine, por suerte la pelinegra había dormido todo el camino; saliendo de la estación de autobuses le echó un vistazo a su antiguo pueblo, si seguía igual que hace 6 meses, entro al baño de damas y se desamarro el pañuelo que adornaba su cabeza para cubrir sus ojos y encontrar a sus amigos; el primero en buscar fue 004.
La luz desapareció y enfrente de ella estaba número 004, se encontraba en el Memorial Park, vestido con su camisa blanca, pulcramente remetida en los shorts recién planchados y sus tenis impecables; haciendo la que había sido su actividad favorita desde los 11 años, observar aves.
Su visión fue interrumpida por los gritos de una mujer afuera del baño
- ¡Apúrate necesito entrar!
- ¡Un momento!- dijo tratando de ser amable
- ¡No tengo un momento, me voy a cagar encima si no abres esa puerta!
"Seguro él sabrá donde están los demás", pensó. Al salir se encontró con una enorme y regordeta mujer, prácticamente una ballena con vestido, su cara estaba roja y aparto a Anya de un empujón
- Muévete niña ¡Debo entrar!- Esperaba no tener que utilizar sus poderes, pero esa mujer había sido grosera con ella
- ¡Alto!- la mujer parpadeo y la miro- Disculpe ¿Qué auto trae?
- Una camioneta- dijo con voz neutra, hipnotizada
- Deme las llaves- la pelinegra extendió sus manos y la mujer entrego las llaves obedientemente
- ¿Cómo llegare a casa?- dijo con una voz un poco triste, como una niña haciendo puchero
- Camine, lo necesita- dijo dedicándole una mirada a la gorda mujer- Por cierto si alguien pregunta le robaron el auto anoche ¿Entendido?
- Si- la mujer asintió y cuando Anya se dio la vuelta la mujer entró al baño, deseo gritarle que era una mocosa maleducada, pero algo se lo impidió.
Tuvo que conducir rato, pues el Memorial Park se encontraba lejos de la estación de autobuses, pero al llegar lo encontró sentando frente al baño para pájaros, sus rizos rebotaban cada vez que alternaba su mirada entre las aves y su libro de aves.
- Creo que es un carpintero- dijo sentándose junto a él en la banca
- Claro que no, es una tanagra escarlata- dijo sin mirarla
- Vaya forma de saludar a tu hermana, te has vuelto muy grosero Stan "el galán"
- No me llames...- alzo la vista y la vio- ¡Anya! ¿Qué haces aquí?
- Vengo en una misión, una muy importante que los involucra
