CAPITULO IV

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Jasper

Estaba en clases cuando el maestro Robert quiso que fuera a la oficina de la secretaria a dejar un documento, cuando me disponía a regresar al salón de clases distinguí una conocida cabellera roja, única en esta escuela.

--¿Qué haces aquí?

De la nada Lexi empieza a llorar lo que debo admitir me sorprende mucho, pensé que esta chica no tenía lágrimas.

--Yo...lo que sucede es que...--hace unas pausas raras debido a los sollozos que se forman en su garganta.

--Tranquila, acompáñame a la cafetería--ella toma mi brazo y sigue llorando, esto es un poco incómodo.

Le pido a la sra Rita un té de manzanilla, que es lo que toma mi madre cuando está nerviosa. Se lo llevo a la mesa y la observo secarse las lágrimas y sonarse los mocos con un pañuelo que le dí.

--Estoy tan avergonzada de que me hayas visto en este estado Gasper.

--Jasper--la corrijo. Aclaro mi garganta y señalo el té.

--Oh, muchas gracias...yo..nunca hemos hablado antes disculpa que no recordara bien tu nombre.

--No pasa nada, es un error común.

--Escucha Jasper, talvez te parezca ridícula esta situación, pero necesitaba desahogarme....esta mañana tuve una discusión muy fuerte con mi padre y no podía concentrarme en clases por eso estaba fuera.

--Entiendo, lo siento mucho--ella me sonríe con dulzura mientras bebe su té. --Seguro todo se arregla.

Asiente ligeramente y toma su mochila dispuesta a irse, cuando su celular suena.

--¿Hola? Tranquila...si estoy bien--pone los ojos en blanco y toda su postura y gestos cambian al de la chica que siempre veo en los pasillos, que no le importa nada.

Parece que su tristeza se esfumó muy pronto, ahora se va sin más.

--Adios--digo para mí mismo, porque ella ya no está.

El resto de las clases transcurren normalmente, no veo a Vico por ningún lado, lo que me da a entender que sigue triste por lo del idiota ese.

Me pregunto qué me diría si supiera que estube consolando a la chica que se metió con su ¿novio?

Mejor que no lo sepa...

--¿Qué tanto haces? Eres el conserje o qué.

Me toma un segundo localizar de donde proviene esa voz y notar que va dirigida hacia mi.

Es la pelirroja, está sentada sobre el capó de su auto rojo, sus largas piernas roban la atención de los que pasan. Ella es muy hermosa, lástima que sea como es.

--¿Disculpa?

--Llevo esperando 10 minutos aquí.

--¿Por qué?

De un salto baja de su lugar y se acerca seductoramente a mi.

--Quiero ir al lago, contigo.

Abro y cierro mi boca sin saber qué decir exactamente, me pone un poco nervioso tenerla tan cerca.

--Cuando encuentres las palabras me dices, mientras subamos al auto.

Acomodo mis lentes y la sigo, aunque no entiendo por qué, debería irme a casa como todos los días, además hoy tengo mucha tarea.

De camino al lago, mi arrepentimiento aumenta al notar que esta chica conduce como una loca, ya se saltó tres semáforos y me sorprende que aún no nos detenga la policía.

Lo peor es que puso música, pero ni siquiera la puedo disfrutar ya que ella canta como una loca, es increíble pero se sabe todas las letras.

--Parece que tu tristeza de hace rato se esfumó por completo.

--¿Qué?--baja el volúmen de la música y su cara hace un puchero--digo, sigo triste OBVIAMENTE, por eso quise venir al lago...eso me relaja.

--Ajam...

Nos estacionamos a pocos metros del lugar y la veo sacar una botella de champagne del auto ¿quien carga eso?

--No tengo mucho tiempo caramelo, así que desnúdate.

--¿Qué?

--¿Te piensas bañar así? Está bien...como quieras.

La veo caminar hasta la orilla y quitarse la ropa, TODA. Si alguien tuviera una cámara y retratara mi rostro sería la burla de muchas generaciones.

No quiero hacerlo pero me quedo viendo su cuerpo mientras hace su camino hasta sumergirse en el agua, su cabello rojizo le llega hasta el final de la espalda, sus caderas son perfectas, no muy anchas ni muy estrechas y su piel es como porcelana...siento la necesidad irracional de tocar su cuerpo..

ESPEREN

Sacudo mi cabeza y miro a otro lado, hay una manta en el suelo así que me acuesto sobre ella, cierro mis ojos y pienso en lo que sea menos en la chica desnuda a pocos metros de mi.

No me meteré al agua, cuando era niño jugaba con un primo a orillas de la piscina de su casa y me resbalé cayendo al agua, luche pero terminé hundiendome, para cuando me sacaron estaba inconsciente y había tragado mucha agua.

Desde ese día no me gusta meterme a piscinas, lagos, el mar ni nada con grandes cantidades de agua. Mis pensamientos son interrumpidos por el sonido del celular.

Es Victoria.

--Hey ¿cómo estás?

--Hola perdedor, estoy bien para tu suerte. Te llamo porque voy a tu casa en media hora para que me ayudes con una tarea.

Levanto mi trasero del suelo apresuradamente, si Vico se entera de que estoy con Lexi me matará.

--De acuerdo, nos vemos en casa...me enviaron al super pero llegaré pronto.

--Ok.

No había notado que la pelirroja ya no está en el agua ¿se ahogó? La busco y la veo vestida, para tranquilidad de mis hormonas, recostada a una piedra bebiendo directo de la botella como si fuera refresco.

--Lexi, me preguntaba si ya nos podemos ir...una..un amigo vendrá a casa.

--Si te tomas la mitad--extiende la botella hacia mí. La tomo porque en serio quiero irme, pero luego de eso me arrepiento ya que nunca he bebido alcohol.

--¿Por qué no bebes? Pensé que tenías prisa.--Siento que huele mi inseguridad, porque se está riendo en mi cara.

--Solo verifico que no tenga muchas babas--levanto la botella y me la tomo de un solo trago.

--Si probaras mis "fluidos"..--limpia la comisura de mis labios con su dedo y lo chupa--..sería lo único que quisieras de ahí en adelante.

Trago fuerte y empiezo a sentirme mareado, no debí caer en sus manipulaciones.

Subimos al auto y me pregunto si será prudente que maneje después de que estuvo bebiendo. Sin embargo, no se ve afectada como yo.

Cuando llegamos a mi casa, bajo rápidamente deseando que nadie me vea con ella, especialmente Victoria.

--¿Así te despides niño? Parece que me tuvieses miedo.

--No es eso, solo que...tengo prisa. Adiós Lexi.

Abro la puerta de mi casa y escucho como acelera el auto, ojalá y no atropelle a alguien.

El problema de lo inevitableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora