CAPÍTULO VII

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Desconocido

Me encuentro en el club del pueblo, como es común los caballeros junto a mi hablan de sus empresas y el dinero que despilfarran. A pesar de ser un club para forrados en dinero, yo también pertenezco, gracias a un gran amigo del lugar.

Tengo el dinero suficiente para subsistir, pero esa noche en "Mastur Bar" gasté una cifra exagerada, debo admitir que quería impresionar a esa zorra, desde que mis ojos se posaron en su cuerpo no he parada de imaginarme follándola. Aún así no lo hice porque deseo el paquete completo y sus ojos con ese gran antifaz no es algo que quiero ver cuando la tenga debajo de mi.

Ese solo pensamiento me hace desesperar, siempre he sido un hombre paciente, pero con ella me gana un estímulo que no es normal.

La quiero para mi, hasta que me canse y después disfrutare ver como agoniza. Para eso necesito información.

El idiota de Hugo no quiso darme ningún dato sobre ella por más que insistí, o la aprecia demasiado o en realidad el tampoco sabe nada. De todas formas planeo descubrirlo, jamás he dejado ir a una presa.

--¿Me estás escuchando?

--Por supuesto, por lo que me cuentas hay que recurrir a financiamiento externo o pronto te encontrarás en problemas con los de impuestos.

--Eso haré.--Guarda sus documentos y se va, es Jonas uno de los tipos que asesoro.

Espero con ansias que sea lunes para verla de nuevo y esta vez no se podrá resistir.

Lexi

La música suena a todo volúmen y yo estoy más ebria de lo normal, siento como Augusto me agarra las caderas para que bailemos mas pegados pero lo aparto de un solo empujón.

Prefiero bailar sola. En la fiesta anterior nos enredamos un poco pero fue solo porque estaba aburrida, en realidad el tipo no me interesa en lo mínimo.

Al principio estaba con las chicas, hasta que cada una encontró acompañante, yo al contrario prefiero disfrutar sin tener a alguien pegado como chicle. Siento sed y me dirijo a la cocina en busca del vodka con naranja que prepararon hace unas horas.

Me sirvo un vaso y lo bebo de un solo trago para seguir bailando, de pronto veo entre el montón a cierto imbécil de lentes y decido ir por él. Me tambaleo hasta encontrarnos a la mitad de la gran sala de Augusto, él lleva una camisa azul de mangas largas con unos jeans oscuros. Se ve bien para ser el nerd.

--¡Lexi! ¡Hola! Yo quería....--poso mis dedos sobre sus labios gruesos y lo tomo de la cintura invitándolo a bailar, pero él no parece querer moverse.

--¿Qué pasa? Ahora ni siquiera soy digna de que bailes conmigo señor perfecto.

--Oh, no es eso, solo que no sé cómo hacerlo, me veré torpe.

Suelto una carcajada de ebria y me volteo pegando mis caderas a su entrepierna.

--¿Más torpe que ahora? Lo dudo...solo baila.

Entonces alguien me hala del brazo pegándose a mi para bailar, es Charly uno de los amigos del anfitrión, en mi estado ya no me importa así que solo me muevo junto a él.

Sorpresivamente Jasper me aparta de él y empieza a moverse, de una forma graciosa, junto a mi. Esto provoca una mala cara en Charly que de la nada le da un puñetazo.

--¡Rayos!

--¿Qué te crees imbécil?--me sitúo entre un Jasper tirado en el suelo y un Charly rojo del coraje.--Ella no está a tu nivel nerd.

--Estaba bailando conmigo--Replica Jaser.

--¿Y? Lexi es la zorra de todos aquí.

Jasper se levanta del suelo y veo como su rostro adopta una expresión fría que nunca habia visto y que pone nervioso hasta a Charly.

--¿Sabes qué viejo? Solo vete de la fiesta, no es lugar para ti.--Hace un ademán de irse pero el chico de lentes le da un puñetazo en toda la nariz, gracias al silencio que se ha formado puedo escuchar como el sonido de un hueso rompiéndose nos deja a todos sin respiración.

Ahora está en el suelo tratando de no llorar y casi inconsciente por el golpe; entonces me acerco y le doy una patada.

--Lo que te ha molestado desde siempre querido Charly, es que a pesar de que me consideres una zorra, YO JAMÁS ESTARÍA CONTIGO.

Tomo del brazo a Jasper y salimos del lugar con todas las miradas posadas en nosotros. Una vez fuera en el frío de la noche, él suelta un estornudo.

--¿Qué pasó?

Mis carcajadas se escuchan seguro por toda la cuadra pero no me importa, es increíble.

--No entiendo nada ¿de qué te ríes Lexi?

--¿Estás bromeando acaso? Acabas de romperle la nariz a uno de los "bravucones" de la preparatoria y luego tú.....--mis carcajadas siguen incontrolables--..tú estornudas por el frío y...actúas como si nada.

--¿Que yo hice qué? Te juro que no estoy actuando Lexi, no entiendo qué me pasó.

Vaya, el en serio parece confundido. Cómo no va a recordarlo, pasó hace minutos apenas.

--Tal vez fue una descarga de adrenalina, en fin. Vámonos a casa y en el camino me cuentas que hacías aquí.

Pongo música suave de fondo mientras salimos de la ciudadela, es un lugar bastante bonito y elegante, como la casa de Jasper.

--Yo nunca había estado en una fiesta.

--No te creo--pero cuando lo miro está serio así que dice la verdad--¿Por qué nunca habías ido?

--No lo sé, solo no tuve ganas de ir antes y ahora fui porque quería verte para pedirte disculpas por lo que dije en la cafetería. Fue grosero e inadecuado.

Un peso en mi estómago se asienta al oír sus palabras, ya me habían dicho cosas peores pero viniendo de él por algún motivo me dolió.

--Es la verdad después de todo, no tienes que disculparte.

--Pero yo no te conozco realmente Lexy, por lo que ni yo ni nadie debería asegurar cosas de ti que no sabemos realmente.

Aparco frente a su casa y desabrocho mi cinturón para poder voltearme y verlo mejor. Sus ojos son muy bonitos, parecen esos caramelos de miel que me daba mi abuela de niña.

Me acerco despacio e inhalo su aroma, es suave, agradable como él. No sé si es producto del alcohol pero lo beso. Con fuerza al principio pero el me toma de los hombros y lo suaviza. Cuando el sonido de un claxon nos asusta a ambos, nos separamos.

--Maldición. Es Francis, mi padre.

Lo veo acomodar sus lentes que están ligeramente empañados ahora. El hombre en el auto de atrás no se baja, al parecer espera que me vaya para meter el auto al garage.

--Te veo mañana Jasper.

--Eso espero Lexi.

Arranco con una sonrisa en los labios, cuando soy consciente de ello me pongo seria. Estoy actuando como estúpida, nunca más bebo tanto.

El problema de lo inevitableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora