Capitulo 2

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Pov's Kenichi:

Después de 8 años de viajes de entrenamiento, de pelear y hacer conocidos y amigos, de superar mis límites, he regresado a mi ciudad natal, a mis raíces. Apesar de que viviré solo hasta acabar la preparatoria, estoy feliz de volver al lugar donde inicio mi camino hacia ser el más fuerte.

De hecho voy camino a la escuela, un lugar aburrido pero dónde puedo descansar mi mente y relajarme. Cierro mis ojos, sigo caminando y por inercia logró parar un golpe de una hermosa chica ... Me recordara, no creo ya a pasado mucho desde que le intercambie ese broche.

Se más cuidadosa no puedes ir golpeando la gente por ahí —La chica me mira unos segundos sorprendida— Es normal golpear a alguien cuando te tienden una emboscada —Explico la chica con una sonrisa— Disculpa, ¿Prácticas algún arte marcial? —La chica me pregunta ... tengo que dar una respuesta— Yo —Mi respuesta se ve interrumpida por el sonido de mi reloj que marca la hora de entrada— Fue un gusto conocerte pero se me hace tarde para llegar a la escuela —Veo un río con algunas piedras por donde saltar, voy a tomar la ruta corta— ¿Podrías dejar de seguirme? —Le pregunté a aquella chica— Yo también voy allá —Me explico aquella chica— Ok —Fue lo único que se me ocurrió decir

Pov's Narrador:

Después de 2 minutos habían llegado a la escuela, en donde buscaron el salón 1° "E", donde Kenichi toco la puerta del aula siendo recibido por el docente, el cual tenía una cara sería y era calvo.

Buenos días jóvenes, ¿Nesesitan algo? —Pregunto el profesor con un toque amargo y amable a la vez— Somos nuevos y esta es la aula que nos asignaron —Aclaro Kenichi con respeto— Oh, en ese caso pasen y presentense, esperen mi señal —Asimismo pasaron y se quedaron parados espernando la señal del educador— Muchachos, como pudieron observar desde hoy tendremos 2 nuevos compañeros en el aula, prensentese primero usted joven — El aula estaba sorprendida de aquellos jóvenes los cuales eran la viva representación de Adonis y Afrodita — Soy Hanma Kenichi un gusto —Ganandose un suspiro de las chicas— Soy Furinji Miu, vengo de la Preparatoria Shigakua —Dejando pensando por qué alguien proveniente de una preparatoria tan prestigiosa en esta, junto a unos jovenes babeando por aquella belleza— Tomen asiento en la parte de atrás al lado de la ventana —Pronuncio el educador para iniciar su clase—

Hací siguieron las clases, las cuales se le hicieron una eternidad a Kenichi ya que al viajar por todo el mundo entrenando no significa que solo entrenaba su cuerpo, si no, para ser el más fuerte debía de entrenar cuerpo, mente y alma un principio Griego y Budista que aprendió en sus viajes.

El tiempo de la clase de Inglés estaba por acabar faltaban 2 minutos, los cuales Kenichi contaba con el pasar de cada segundo hasta que la campana sonó señalando el final de la jornada escolar, donde los alumnos empezaron a levantarse de sus asientos para salir del aula.

Kenichi se levanto de su asiento para dar por terminada la escuela. Antes de salir decidió recorrerla para accidentalmente encontrar el club de Karate donde vio que golpeaban a un chico sin piedad en vez de enseñar los verdaderos principios del Karate.

Sueltenlo, ahora —Exigio Kenichi con una voz sería que hizo temblar a todos los presentes— El gran Daimonchi no quiere, ¿que harás? —Pregunto un idiota con temor pero intentando parecer fuerte— Golpearte —Pronuncio con una voz fria, estremeciendolos— ¡Como te atrevez, te daremos una lección! —Pronuncio aquel gigante con furia.

Así comenzó una lucha un grupo de 15 contra una sola persona la cual su mantenía tranquilo, sin mostrar miedo. Cuando aquel gigante se posicionó frente a nuestro protagonista para darle un golpe fue lanzado al otro lado del dojo por un simple cachetada mientras sus secuaces echaron asi atrás con miedo solo para escuchar unas simples pero grandes palabras de Kenichi "El Karate es un arte no una forma de herir el espíritu del rival, si no, de hacerlo fuerte de la manera correcta", hací Kenichi se fue del dojo enseñando una valiosa lección.

Así siguió caminando por la calle con tranquilidad, hasta que vio a Miu discutir con unos pandilleros por tirar a un anciano cosa que enojo a Kenichi.

¡¿Que has dicho vuelve a repetirlo?! —Le dijo el pandillero a Miu— Date prisa y disculpate con el señor —Ordeno Miu con claro enojo en sus palabras— El tuvo la culpa por ir en medio de la calle —Dijo el líder de los pandilleros arrogantemente— Mejor ven a divertirte con nosotros belleza —Acercandose a mí con intenciones de toquetear a Miu— Ni se te ocurra maldito, pídele disculpas al señor y vete antes de que me arrepienta —Lo detuvo Kenichi antes de que le hiciera algo a Miu, advirtiendo lo que les sucedera en un futuro cercano—

Así el pandillero de un salto alejándose de Kenichi sacando un tantō así como sus compañeros los cuales Kenichi en un segundo arrebato de sus manos, dejando a los pandilleros viendo sus manos sorprendidos por la desaparición de sus armas.

Buscaban esto —Musito Kenichi con gran enfado, mostrando las armas— Disculpense con mi amiga y el anciano, ¡Ahora! —Cosa que asustó a los pandilleros pidiéndole disculpas a Miu y al anciano para correr del demonio Hanma— Gracias Kenichi —Agradeció Miu— Miu, voy a dejarte a tu casa —Declaro Kenichi— No es necesario Kenichi estoy bien con que me hubieras defendido de esos delincuentes —Expreso Miu un poco a vergonzada— Está ciudad es muy peligrosa para ir sola Miu, te podría suceder algo en el trayecto —Explico Kenichi con un poco de pena por ser tan sobreprotector con alguien que conoció hoy—

Así llegaron a la casa de Miu donde antes de irse Kenichi le dieron un beso en la mejilla el cual hizo que se pusiera colorado sin embargo se puso en guardia por qué instinto ya que sintió una gran aura.

Posteriormente Kenichi fue a su casa, la cual era pequeña y simple pero lo suficientemente para una persona.

Posteriormente Kenichi fue a su casa, la cual era pequeña y simple pero lo suficientemente para una persona

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(N/A: Solo que sin los grafitis, tal vez después tenga todos lo grafitis)

Ojalá mi madre y mi hermanita estuvieran aquí —Dijo al aire con un toque melancólico— Después de todo hay que estar felices ya que están de viaje —Dijo con una sonrisa— a abriendo la puerta de su hogar para comenzar a entrenar.

Hasta aquí el capítulo de la semana, el cual estuve esperando escribir ya que quiero desarrollar tanto Kenichi como Baki, fue un gusto y hasta luego \^w^/.

Hanma Kenikhi: El hijo del ogroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora