Se sentó en el viejo sofá granate de su salón para leer una novela que había captado su atención desde la primera página. Apoyando su espalda en uno de los brazos medio rasguñados del mueble, buscó una postura cómoda para leer a gusto. Abrió la página por la que se había quedado y localizó la línea en la que lo había dejado el día anterior. Entonces retomó su lectura:
"Para no llamar la atención de su víctima, Jack decidió entrar por la puerta trasera. Cruzó todo el jardín hasta encontrar la entrada. El dueño de la casa era suficientemente estúpido como para dejarla abierta. Tan solo empujando un poco el portón de cristal logró entrar en la casa.
Aquella puerta daba a un corto pasillo que desembocaba en la entrada principal de la casa. Lo cruzó haciendo el menor ruido posible y, una vez en la entrada, se escondió tras una pared para observar la sala que se encontraba tras dicha pared. Era un salón lleno de muebles viejos. Allí estaba su presa, sentado en un sillón granate con la espalda apoyada en uno de los brazos medio rasguñados, leyendo de espaldas a la puerta."