"MIS PAPAS NO ME QUIEREN"

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Esta tarde empujé a mi hermano PEDRO a la fuente. Cayó en ella y comenzó a hacer glu glú con la boca, pero también gritaba y fue oído.

Papá y mamá llegaron corriendo. Mamá lloraba porque creía que PEDRO se había ahogado. Pero no fue así.

Vino el doctor, y PEDRO está muy bien ahora. Pidió pastel de mermelada y mamá se lo dio. Sin embargo, eran las siete, casi hora de acostarse, cuando pidió pastel, y a pesar de eso mamá se lo ha dado igual.

PEDRO estaba muy contento y orgulloso. Todo el mundo le hacía preguntas. Mamá le preguntó cómo había podido caerse, si se había resbalado, y PEDRO dijo que sí, que se tropezó.

Es gentil que haya dicho eso, pero yo sigo detestándolo y volveré a hacerlo en la primera ocasión que tenga.

Por lo demás, no ha dicho que lo empujé yo, quizás sencillamente porque sabe muy bien que a mamá le horrorizan las acusaciones.

El otro día, cuando le apreté el cuello con la cuerda de saltar y fue a quejarse con mamá diciendo: "Laura me hizo esto, mamá le dio una palmada terrible y le dijo : ¡No vuelvas a hacer una cosa así! Y cuando llegó papá, mamá le contó lo sucedido y se puso furioso.

PEDRO se quedó sin postre. Por eso comprendió.

Pero esta vez, como no ha dicho nada, le han dado pastel de mermelada.

A mi me gusta enormemente el pastel de mermelada: se lo pedí a mamá yo también, tres veces, pero ella pone cara de no oírme. ¿Sospechará que fui yo quien empujó a PEDRO?

Antes, yo era buena con PEDRO, porque mamá y papá me festejaban tanto como a él. Cuando él tenía un auto nuevo, yo tenía una muñeca, y jamás le hubieran dado pastel sin darme a mí.

Pero desde hace un mes, papá y mamá han cambiado completamente conmigo. Todo es para PEDRO. A cada momento le hacen regalos. Con esto no mejora su carácter.

Siempre ha sido un poco caprichoso, pero ahora es detestable. Sin parar está pidiendo esto y lo otro, y mamá cede casi siempre.

A decir verdad, creo que en todo un mes solo lo han regañado el día de la cuerda de saltar, y lo raro es que esta vez no era culpa suya.

Me pregunto por qué papá y mamá, que me querían tanto, han dejado de repente de interesarse en mí. Parece que ya no soy su niñita.

Cuando beso a mamá, ella no sonríe. Papá tampoco. Cuando van a pasear, voy con ellos, pero continúan desinteresándose de mí.

Puedo jugar junto a la fuente todo lo que quiera. Les da igual. Sólo PEDRO es gentil conmigo de vez en cuando, pero otras tantas se niega a jugar conmigo.

Le pregunté el otro día por qué mamá se había vuelto así conmigo.

Yo no quería hablarle del asunto, pero no pude evitarlo. Me ha mirado desde arriba, con ese aire burlón que toma adrede para hacerme rabiar, y me dijo que era porque mamá no quiere oír hablar de mí.

Le dije que no era verdad. Él me dijo que sí, que había oído a mamá decirle eso a papá y que le ha dicho: No quiero oír hablar nunca de ella. Ese fue el día que le apreté el cuello con la cuerda.

Después de eso, yo estaba tan furiosa, a pesar de la palmada que él había recibido, que fui a su recámara y le dije que lo mataría.

Esta tarde me ha dicho que mamá, papá y él iban a ir al mar, y que yo no iría. Se rio y me hizo muecas. Entonces lo empujé a la fuente.

Ahora duerme y papá y mamá también. Dentro de un momento iré a su recámara y esta vez no tendrá tiempo de gritar, tengo la cuerda de saltar en las manos. Él la olvidó en el jardín y yo la tomé.

Con esto, se verán obligados a ir al mar sin él. Y luego me iré a acostar sola, al fondo de este maldito jardín, en esa horrible caja blanca, bajo tierra en la que me obligan a dormir desde hace un mes.

Historia de terrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora