BARBERÍA SANGRIENTA.

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Cuando conocí a mi esposa me pareció la mujer más hermosa que había conocido, siempre estaba pensando en ella, moría de ganas por estar a su lado aunque fuera un poquito de tiempo, saber que ella existía me hacía sentir muy feliz. Me decidí a conquistarla y no iba a detenerme así fuera difícil.

Decidido comencé a buscarla y a hacerle detalles bonitos para lograr su atención aunque ella no parecía darle importancia a eso no me iba a rendir por que muy dentro de mi estaba seguro de que algún día me ganaría su corazón. Así que seguí insistiéndole cada vez que fuera posible con detalles e invitaciones a salir.

Tiempo después al fin comenzó a ceder, mostraba más interés por mi a su manera y poco a poco la fui conquistando completamente hasta que logré que me diera una oportunidad de estar a su lado. Nos hicimos novios, todo fue de maravilla aunque con discusiones típicas de noviazgos pero las superábamos rápidamente, mi madre no estaba muy convencida con ella pero debía aceptarla por que era la mujer a quien yo amaba con todo mi corazón.

Después de ganármela a ella ahora faltaba su hijo, yo la aceptaba con el aunque no fuera mío y también quería tener una buena relación con él, así que me di a la tarea de ganarme su confianza. Los visitaba seguido y me sentaba a conversar con él, jugar videojuegos, veíamos películas que les gustarán, salíamos de paseo y así se nos iba el tiempo entre risas y carcajadas como si ya fuéramos una familia. Me sentía querido y aceptado por su hijo también y eso era lo mejor que me podía pasar después de conquistar a quién quería.

Mi sueño siempre fue tener un hijo, deseaba y anhelaba ser padre así que después de un tiempo de novios le propuse matrimonio a mi amada y me aceptó, yo estaba feliz por que había realizado ya uno de mis sueños el cual era casarme. Después nos dimos a la tarea de tener un hijo pero no se nos daba por mas que lo intentábamos, por más veces que lo intentáramos ella no lograba embarazarse hasta dos años después del matrimonio.

Yo trabajaba en una barbería, cierto día me llama mi esposa para decirme que estaba embarazada finalmente, se había hecho pruebas caseras y le habían dado positivas pero era mejor ir al médico para confirmarlo. Una vez confirmada la noticia estaba lleno de mucha felicidad y alegría al saber que iba a tener un hijo después de tantos intentos fallidos.

Pasaban los meses y me sentía cada vez más ansioso por tener en mis brazos a mi hijo, me la pasaba cuidando a mi esposa, yendo a sus controles del embarazo y todo para ver que todo estuviese bien y sin ningún problema para el parto. Toda la familia estaba feliz, preparamos su baby shower pocos meses antes de que el bebé naciera, cuando se llega el día del parto sabía que mi vida cambiaria completamente, me dan la noticia de que no era un hijo, si no una hija, sentí que mi corazón se llenó de amor.

Cuando al fin pude conocerla la vi tan frágil, tan bella y supe que su vida dependería de mi y de todo mi esfuerzo así que frente a mi amada esposa le prometí que iba a ser todo lo posible por que siempre fuera feliz y no le faltara nada. Comencé a trabajar más duro pero yo quería tener algo más que ofrecerle a mi hija, así que decidí juntar mis ahorros y poner mi propia barbería.

Días después de llegar a casa comenzaron a pasar extrañas situaciones. Mi hija no dormía en las noches y lloraba mucho, no entendíamos por qué le pasaba esto, mi esposa la alimentaba a cada momento pero ella siempre tenía hambre. Mi mujer ya con los pechos secos no tenía más que darle, su llanto y sus gritos estaban haciendo que perdiera la razón, le ofrecimos leche artificial pero la rechazaba y comenzaron problemas con mi esposa, la obligaba a que la siguiera amamantando y ella para que me quedara tranquilo la seguía amamantando.

Fue en un momento que sus pechos comenzaron a sangrar, ya no había leche para darle a mi hija, estaba succionando la sangre de mi esposa, ese fue el primer momento en que ella se quedó tranquila y durmió toda esa noche apaciblemente, después de esto mi mujer ya no quería alimentarla, tenía los pechos destrozados. Nuevamente mi hija lloraba de hambre y yo volvía a obligar a mi mujer a que la amamantara y otra vez sus pechos sangraban, su boca se posaba en sus pechos sangrantes para succionar ese rojo elemento que para ella significaba la Vida.

Después de un tiempo ya no sabíamos como satisfacerla, estábamos desesperados. Un día en mi trabajo estaba sumergido en esos pensamientos mientras le arreglaba la barba a un cliente y de repente por estar tan distraído pasé a cortar su cuello, la sangre brotaba a borbotones y yo no sabía que hacer, estaba desesperado viendo como se le iba la vida a mi cliente en mi sillón de barbero.

Pensé en llamar a la policía pero luego vi el retrato que tenía de mi hija en el espejo y supe que no podía poner en peligro mi libertad por que no podría hacer nada más por ella y rompería mi promesa. Oculte el cadáver en el sótano de la barbería pero antes le extraje toda su sangre y se la llevé a mi hija, mi esposa preguntaba de donde sacaba para alimentarla pero yo nunca le decía nada, sólo que era necesario para mantener a nuestra hija y así me iba a convertir en un criminal.

Al día siguiente tuve más clientes que fueron sin compañía, y a todos los asesine, incluyendo niños y oculte sus cuerpos después de sacarles su sangre para llevarle a mi hija y no pasará ni un día con hambre y así pasó mucho tiempo de crimen en crimen hasta que mi hija estaba más grande y fuerte, ya tenía 8 años. Era una niña tan hermosa y se veía feliz, pero luego volvió a tener hambre ya que yo no había podido volver a conseguirle su alimento.

Se había comenzado a correr la voz de que algo raro pasaba dentro de la barbería, ya no tenía manera de seguir matando por que ya habían clientes que no iban solos, siempre iban con algún amigo o familiar, aunque a algunos si los pude matar por que no eran tan fuertes pero no a todos. Mis posibilidades estaban agotadas mientras veo a mi hija llorando de hambre y mi esposa ya no tenía más que darle, como última opción ella le daba de a pocos de su sangre para tratar de calmarla pero esto no fue suficiente.

Tuve que parar de asesinar, pero lo peor estaría por venir, una noche después de terminar mi trabajo cuando llegué a casa me encontré con una sangrienta escena. Encontré en la sala el cuerpo de mi madre en el suelo, tenía el cuello destrozado y se había desangrado, corrí al cuarto de su hermano y lo encontré muerto en su cama con la misma herida, me asusté mucho al pensar en mi esposa y hui a la habitación y justo ahí estaba mi hija con ella, pero mi esposa ya estaba muerta. A todos les había succionado la sangre hasta saciase.

El dolor en ese momento embargo mi corazón, sabía que no había nada más que hacer, vi mi esperanza perdida y con el dolor de mi corazón fui a la cocina y tomé un cuchillo para luego cortar su garganta. Tomo sus cuerpos y las abrazo con todas mis fuerzas por que eran a quienes más amaba.

Han pasado dos días y aún estoy en mi casa con los cadáveres de mi familia sin saber que hacer esperando alguna solución pero sé que eso no pasará, por lo que he tomado la decisión de irme junto con ellas por que sin ellas no podría seguir viviendo. Dejo escritas mis memorias para cuando alguien nos encuentre y sepan el por qué hice todo esto y terminé asesinando a mi hija y luego me quite la vida. FIN.

Autoría: Nana VP, Jacqueline Sandoval, Wendy Carolina.

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