Siento muchísimo la larguísima espera, pero se me han complicado muchísimo las dos últimas semanas y casi no he tenido tiempo, ha sido imposible tener el capítulo listo antes. En compensación, os traigo un capítulo bastante largo que me ha costado mucho conseguir escribir, porque creo que me estaba doliendo demasiado. Puede que sufráis un poquito, pero espero que os guste tanto como a mí. ¡Seguimos y que disfrutéis!
--------------------
La fuente de inspiración: No sin ti - Borja Navarro (https://www.youtube.com/watch?v=JLQ9orNTWnk)
--------------------
Banda sonora: Corazón hambriento - India Martínez & Abel Pintos (https://www.youtube.com/watch?v=LohWK3M33LA)
En la historia: No puedo vivir sin ti - Los Ronaldos (versión de Luis Cepeda & Aitana Ocaña) (https://www.youtube.com/watch?v=kqJw9wdZ_ng)
Aunque no sea conmigo - Celso Piña (https://www.youtube.com/watch?v=GsYCVrII9pI)
--------------------
Ahí iba de nuevo. Pasara lo que pasara, estaba destinada a salvar al mundo. Sin tregua. Sin poder pensar en sí misma. Sin tiempo para curar sus propias heridas. Pero, por suerte o por desgracia, esa era Paulina de la Mora, eso era lo que se le daba bien, y eso era lo que ella sabía hacer.
--------------------
Honestos en nuestro delirio de querer alcanzar estrellas en el aire.
Si no te vas, te hago un sitio en este corazón hambriento,
tengo una vida para amar.
Si no te vas, tengo tardes de domingo y mil inviernos eternos.
Si quieres, pasa adentro.
No demos todo por perdido mientras quede vida en un latido
y un beso que nos salve como antes.
Tres semanas. Tres malditas e infinitas semanas. 21 larguísimos días. 1260 horas, con sus 75600 minutos de infierno. Cada uno de ellos echándoles de menos.
La casa se le caía encima, el silencio la machacaba. No soportaba estar sola, no podía aguantar ni un segundo más de vacío. Su mundo se venía abajo. Imparable, insensible a su dolor. Todo lo que podía ir mal, estaba yendo aún peor. La tensión la estaba matando. Y, además de todo, estaba sola.
"No, Paulina", volvió a repetirle su parte racional. "Ellos están contigo, sólo que un poco más lejos de lo normal, pero es temporal. Van a volver".
Pero no le valía. Ya no era suficiente. No fue suficiente ni siquiera la primera semana. Verlos a través de la pantalla de su móvil a diario no sustituía al abrazo que necesitaba, al beso de su hijo al irse a dormir, a una copa de vino mientras se contaban cómo había ido su día sentadas en el sofá. Paulina era la mujer fuerte, la que resistía el temporal y volvía a poner las cosas en su sitio. Y tenía que seguir siéndolo delante de toda su familia, seguía fingiendo que estaba en su mano cargar con todo y encontrar una solución a los problemas que se les amontonaban. Pero ya no era capaz, no podía más.
Ensayó su mejor sonrisa ante el espejo, de esas que tan bien se le daba fingir ante las cámaras. La que mentía haciendo creer que todo estaba bien y bajo control. Suspiró desesperada. Hoy no podía ni con eso. Colocó sus bucles con sus dedos, que también le parecía que hoy estaban especialmente horribles, y repasó su pintalabios. Miró de reojo el reloj. Las 12. En una hora tenía una reunión con los proveedores del cabaret. Su papá había tenido la delicadeza de dejarla al frente de los asuntos tediosos del negocio, aunque él había tomado la iniciativa en todo lo referente a la economía y la organización. Quería que regatease los precios y el volumen mínimo de suministros, para tratar de reducir aún más sus gastos. El cabaret no podía seguir siendo un agujero negro para el poco dinero del que disponían. Como si eso fuese a ser posible. Los dos sabían que no iba a funcionar, pero, aun así, allí que iría Súper Paulina al rescate de nada, fingiendo poder dirigir el destino del mundo con un solo gesto de su cabeza. Estaba harta, no lo soportaba más. El peso de una responsabilidad forzosa e inaguantable la tenía al borde del colapso. Por más que lo pensase, no alcanzaba a encontrar el momento en el que esa maldición se había convertido en su misión en la vida. En el fondo sabía que se lo había autoimpuesto de alguna forma enrevesada y retorcida, pero ya no lo quería más. Sencillamente, no podía. Y ahora que estaba sola y con el corazón roto por la distancia, menos que nunca. Una lágrima descarada se atrevió a cruzar su rostro de arriba a abajo. La atrapó con rabia. No se lo podía permitir. No ahora, todavía no. Le esperaba un día demasiado largo. La fachada de la indestructible Paulina de la Mora tenía que resistir todas las embestidas que le tuvieran reservadas las próximas horas, y sólo cuando volviera a quedarse sola y nada ni nadie dependiese de ella, en la destructora soledad de su cama, podría concederse caer.

ESTÁS LEYENDO
Querer (No sin ti)
Romance"El latido de su corazón no dejaba de tronar en sus oídos. Apenas podía respirar. Pero la verdad es la verdad, y sólo reconocerla puede liberar a un alma atrapada en el dolor infinito. "La quieres". Y eso era lo único que podía pensar. No podía perm...