Clementine TWD

Una nueva chica

El grupo de tres, llevaba rato caminando, la nueva integrante caminaba sujetando con una mano su bufanda de color rojo y con la otra agarraba firmemente la pistola, mirando de vez en cuando los alrededores.

-entonces ¿te gusta la malteada de chocolate?-preguntó Clementine, mirando a la chica de orbes con tonalidad grisosa.

-sí...-contestó la mayor, apretando más su bufanda, dirigió su mirada a la pequeña-¿cuántos años tienes?-preguntó Mari.

-ocho-contestó canatrina la pequeña, sonriéndole a la castaña-¿y tú?-preguntó curiosa Clementine.

-diez-respondió, formando una sonrisa socorrona-oye Clem ¿te gustan las frutas?.

-emm sip.

-¿no es canibalismo?-preguntó con burla Mari, dejando de agarrar su bufanda y dejando que reposará en su cuello.

-no ¿por qué?-preguntó la pequeña, frunciendo el ceño. Lee sólo negó con la cabeza, formando una pequeña sonrisa.

-ya sabes, una fruta se llama igual que tú-respondió Mari, sonando tan calmada, que provocó una risotada en Lee.

-¡lo sabía!-exclamó Louis, irradiando de felicidad-Mari tiene buen gusto con las bromas.

-pobre Clem, ¿nunca dejarán de burlarse por su nombre?-preguntó Ruby, negando con la cabeza.

-no, nunca-respondió Violet, poniendo sus manos en jarra.

-¡oigan no se rían!-exclamó enojada Clem-Lee-se quejó la chica, cruzando los brazos.

Pero todo chiste se acabó cuando un par de caminantes se aproximó a ellos, Lee protegió a Mari y a Clem, elevando sus pistola. Listo para apuntar, hubiera sido así de no ser porque Mari lo detuvo.

-Lee, ¿su campamento está cerca?-preguntó la pequeña, alzando su pistola.

-no, todavía nos falta un poco, ¿por qué?-preguntó el moreno, lanzando una mirada a la castaña.

-por nada-respodió, comenzando con el tiroteo, siendo seguida por Lee, al acabar con todos Mari lanzó un pequeño suspiro.

-vaya, si que sabe lo que hace-comentó sorprendido AJ, mirando a los caminantes que se encontraban con un agujero en su cabeza.

-ahora entiendo porque el día que llegó a la escuela, supo cómo matar a los caminantes-siguió Assaim, mirando s todos los muertos.

-eres buena, ¿quién te enseñó a disparar?-preguntó Lee.

-nadie, aprendí yo sola-respondió cortante, formando una mueca de melancolía.

-¡eres genial Mari!-alagó Clementine, sonriendo hacia la chica, que sólo compartió una sonrisa.

-gracias.

Los tres llegaron al Motel, en donde los recibió Kenny, luego de unos segundos llegó Lily, con el ceño fruncido al ver a una nueva persona.

-Lee, ¿trajiste a una chica?-preguntó incrédula Lily.

-¡por Dios Lily!-exclamó Kenny-¿qué tiene de malo que Lee traiga a una niña?-preguntó el castaño.

-¡¿qué, qué tiene de malo!?, ¡no hay de comer y esa chica sólo es una boca más que alimentar!-expusó la castaña, frunciendo el ceño.

-la chica sabe defenderse, puede acompañar a alguien en búsqueda de alimentos-habló Lee, tratando de defender a la chica-además yo la cuidaré, por favor Lily.

-al parecer es ella quien toma las decisiones-comentó Ruby, frunciendo el ceño.

-líder desde antes de nacer ¿no?-se burló Louis.

-tengo que aceptar que esa broma fue buena-halagó Violet, dando una pequeña sonrisa.

-fue un placer-respondió el moreno, dando una reverencia. Provocando que todos sacaran una pequeña risa.

-agh bien, pero al primer fallo y se va-aceptó Lily, volviendo a su cueva.

-Lee, tenemos que hacer algo, Lily quiere el control de todo-se quejó Kenny, cruzándose de brazos.

-supongo que tienes razón Kenny-respondió el moreno, negando con la cabeza.

Mientras tanto, Clem estaba con Mari y Duck, este último parloteando por la última media hora, mientras Mari sólo apretaba su bufanda y mantenía su pistola agarrada con fuerza en una de sus manos. Por su parte, Clem estaba metida en sus pensamientos, al parecer nadie quería hacerle caso a Duck, pero este último no lo notó.

-¿Cómo están?-preguntó Lee, agachándose ante las dos chicas.

-bien, supongo-contestó Clem, encogiéndose de hombros. Pero Mari no contestó, sólo se quedó observando el piso.

-¿y tú Mari?-preguntó de nuevo Lee. La castaña sólo se encogió de brazos-supongo que ahora no quieres hablar. Una vez el adulto se fue, la chica de la gorra decidió entablar conversación con Mari.

-no hablas mucho ¿verdad?-interrogó la pequeña, la castaña sólo negó con la cabeza-¿te gusta que te llamen Mari?-interrogó de nuevo, la de la bufanda asintió-por favor háblame-¿te gusta un deporte?-la chica no contestó, ni asintió con la cabeza, sólo se quedó ahí sentada. Decepcionando a Clem por no poder hacer un nuevo amigo.

-Mari  no era muy sociable, ¿verdad Vi?-preguntó AJ, mirando a la chica castaña.

-se parece a cierto chico que conozco, AJ-se burló Violet, sonriendo. Pero sintiendo un nudo en la garganta, por ver a su pequeña novia, decepcionada.

Clem se encontraba pateando un balón, rebotaba contra el pedazo de metal y volvía, la pequeña estaba aburrida, Lee se había ido con Kenny y Mark, en busca de comida. Continuaría así de no ser porque Lily silbó, como si fuera mentira todos se escondieron, guardando silencio. Mari sacaba su pistola y cubría a Duck y a Clem, a la vez que fruncía el ceño.

-eso es genial-habló AJ, siendo secundado por Willy, los dos se miraron y chocaron los cinco.

-chicos-bufó Violet, a la vez que Ruby le daba la razón.

-¡ayuda!-gritó Lee, saliendo de los matorrales, junto a Kenny y Mark, los cuales llevaban a un hombre sangrando y sin una pierna.

-mierda-murmuró Lily, bajando de el camper y corriendo hacia la entrada del lugar.

-¡Lee!-exclamó feliz Clementine, saliendo de su escondite y yendo a abrazar al moreno.

El hombre herido, terminó siendo cuidado por Kata, los demás volvían a trabajar en sus cosas, todo estaba bien.

-hola pequeña-saludó el hombre, agachándose a la altura de la pelinegra.

-hola Lee.

-¿cómo va Mari?-preguntó mirando a la callada chica, Clem negó con la cabeza.

-no me habla, ¿le caigo mal?-interrogó triste.

-aww-emitió Ruby enternecida. Violet sólo sonrió, tratando de ocultar sus celos.

-claro que no, sólo es difícil para ella-respondió Lee, para sorpresa de los dos, Mari dijo tres palabras.

-Me caen bien-habló con voz baja, pero lo suficientemente alta para que los otros dos escucharan.