4 // Lo he matado yo. Firmado: JeongIn.

129 23 10
                                    

A Hyunjin le pesaba todo el cuerpo mientras corría. Corría y seguía corriendo sin un final. Cruzaba la carretera a toda velocidad sin tener en cuenta a los coches que pasaban, como si estuviese solo en el mundo.
Se ahogaba intentando respirar cuando finalmente llegó a la casa de Jeongin. Entró ㅡcon la copia de las llaves que el menor le había dadoㅡ dando un sonoro portazo que llamó la atención de la madre del pequeño. Después, tomó aire de manera profunda y lo soltó aliviado.
La mujer de la casa salió del salón para encontrarle en el recibidor. Ambos con una expresión de susto mortal se miraron sin decir una palabra. Ella le miraba de forma extraña. Habían pasado por lo menos tres semanas desde que conoció al muchacho y ya le había visto hacer demasiadas cosas raras.

-Está en su habitación ㅡle indicó para después irse y dejar que Hwang fuese con su hijo.

Y así hizo, subió rápido las escaleras con toda confianza y se encerró en el cuarto de Jeongin, asustándolo también a él. Yang le cuestionó a su novio por qué razón estaba tan alterado. Más se alteró él cuando, sin ninguna preocupación de repente, el mayor apartó la manga de su chaqueta y le enseñó una herida fresca, aún con sangre.
Poco después, Hyunjin se quejaba por el alcohol que se adentraba en la raja y hacía que su interior ardiese. Casi podía sentir el líquido escurrirse hacia lo más profundo del corte. Mientras sentía el fuego hacerse en su piel lastimada apretaba fuerte la mano entrelazada a la suya de Yang, quien hacía que la herida quemase al curarle con aquel producto.
Aún su pequeño novio no le había preguntado por qué narices tenía eso o cómo se lo había hecho, aunque In no paraba de preguntarse eso en su mente. Finalmente, reacciona ante el hecho de que le tiene en frente y puede preguntarle sin rodeos.

-¡¿Qué te han hecho?! ㅡSoltó.

No dio detalles. Tan solo dijo que la calle no era segura para ninguno de los dos, que no saliese. Eso le hizo llegar a la conclusión de que se refería a que la calle era peligrosa siempre y ya está, que no se lo decía del todo en serio y solo le advertía de que tuviese cuidado. Asintió pues.

-No es seguro que estés conmigo.

Y eso a JeongIn ya no le cuadraba tanto. Correspondió al apasionado beso que su novio dejó sobre la comisura de sus labios. Fue largo pero a él le pareció algo fugaz, como si dejase una estela en sus labios que fuese desapareciendo a la vez que Hwang se iba de la habitación dejándolo aún más pensativo.

Y pasaron dos días sin saber nada de Hwang HyunJin. El primero le pasó sin darse cuenta, se empezó a preocupar un poco cuando anochecía y aún no respondía sus mensajes. El segundo día fue mucho peor, Yang estaba un poco desesperado por saber algo de él. Con una simple señal le valía. Tal vez estaba exagerando al preocuparse solo por eso. O tal vez no.
No después de la última confesión que le hizo justo antes de desaparecer.
Llegó a su casa cansado de darle vueltas a lo mismo. Aunque aún no había acabado ese sufrimiento, pues su madre estaba dispuesta a revolver un poco más el tema "HyunJin" con la charla que estaba a punto de darle.
Cuando su hijo estaba estudiando, tal y como ella le había mandado, aprovechó para entrar y sentarse sobre el borde de la cama. Suspiró ante la mirada de Jeongin, que se extrañaba por la presencia de su progenitora. La mujer no quería parecer demasiado exigente con la propuesta que haría, pero quería dejarlo claro y que el joven le hiciese caso.
Tras decirle que no quería que se juntase nunca más con Hwang HyunJin, este se giró rápidamente hacia su dirección para cuestionarle el por qué y si sabía algo de él, a lo que ella negó. Explicó que al principio le había caído bien, pero que varias veces le había visto vagando por alrededor de la casa, en parques abandonados mientras era horario de clase, entrando a la casa como si fuese suya y asustándola o incluso hablando con gente encapuchada que no le daba ninguna buena vibra. Le explicó que no quería que resultase una mala influencia para él, que iba demasiado bien en sus cosas y no debía desviarse. El menor frunció su ceño explicándole a la señora que HyunJin no era como él y debía respetarle. Antes de que ella volviese a hablar, asintió para que no lo hiciera. Era obvio que no iba a separarse de Hwang. No solo porque le amase, sino porque también era su amigo.

DRUG★DEALERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora