Remus caminaba por los desiertos pasillos del séptimo piso. Todo estaba tranquilo, salvo por él. Parecía ser que no hubiera ni un solo alumno en el colegio. Aunque en verdad estaban todos en el campo de Quiddittch. Ese día era el partido de Gryffindor contra Ravenclaw. Era un partido decisivo, porque el ganador pasaba directamente a la final. A sí que...¿Porque no estaba Remus apoyando a su equipo? Pues lo cierto es que últimamente, Lupin se notaba muy extraño. Al principio, creyó que era por su cambio. El día de su cumpleaños número 17 había pasado a ser, oficialmente, un lobo adulto. Eso había provocado muchos cambios en él. Sobre todo, físicos. Sus hombros se habían ensanchado, sus músculos habían aumentado y su piel había dejado su permanente color pálido. Seguía sin asemejarse a los bien estructurados cuerpos de jugadores de Quiddittch que poseían James y Sirius. Pero al menos ya no era un chiquillo escuálido y enfermo. Las primeras semanas había permanecido muy nervioso. No sabía cómo sería su primera luna como adulto. Pero al final, el único cambio de su lobo, fue su tamaño. Había pasado, de un lobo del tamaño de un perro grande, como Sirius. A superar en altura a James transformado en ciervo. Remus creyó que todo pasaría después de eso, pero no fue así. Sus nervios fueron aumentando con las semanas. Permaneciendo en un estado de actividad intensa. Llegando a dormir tan solo dos horas al día. Por si fuera poco, también sufría de cambios de humor repentinos. Podía pasar, de contento a deprimido, en solo segundos. O pasar, de su estado común de tranquilidad, a uno de ira total. Sus amigos bromeaban con que parecía una mujer embarazada.
--¿Y de quien es él bebe Lunático?—bromeo Sirius una tarde. Remus acababa de echar a insultos a un grupo de Hufflepuffs de séptimo, para después ponerse a llorar sin motivo. El castaño miro a su amigo, con unas ganas terribles de asesinarlo. Y sin saber muy bien porque, lo insulto, para después salir de la biblioteca furioso. Todos los presentes, incluyendo a Madame Pince y un grupo de Ravenclaws, vieron al licántropo con sorpresa. No era común ver a Lupin alterado, y menos aún, gritándole improperios a uno de sus amigos. Después de eso todo empeoro aún más. Remus pasó a gritarle a cualquiera, ya fuera amigo o no. No había un solo día en que no huyera desesperado de alguien, solo porque no soportaba su presencia. Los Merodeadores habían desistido de preguntarle, y Remus intentaba no tomarla con ellos. Aunque con uno en específico era casi imposible. Sirius parecía ser el único con el que el licántropo no podía evitar enfadarse. Se pelean y se gritaban prácticamente todos los días. James intentaba hacer todo lo posible para que se llevaran bien. Incluso Peter los había intentado reconciliar, pero no había manera. Remus sentía un explicable odio y frustración por el animago. Cada vez que una chica se acercaba al peli negro, sus instintos lo llevaban hasta allí y lo hacían echar a la susodicha de mala manera. Pero después, cuando Sirius le preguntaba por qué, el salía huyendo. ¿Por qué? Esa era una buena pregunta. ¿Por qué le pasaba eso? ¿Y porque específicamente con Sirius? No lo entendía. Otras muchas situaciones como aquella sucedían uno y otro día durante los dos meses después de su cambió. El licántropo ya no sabía si era por eso o por otra cosa que se comportaba así con su amigo.
Remus caminó hasta el cuadro de la Dama Gorda. Dijo la contraseña y entro bajo la mirada recelosa de la pintura. Se sentó en su sillón, ese que él, Lily y los Merodeadores habían adoptado como suyo. Faltaban dos días para luna llena y se sentía horriblemente mal. Ya no era solo agotamiento físico, si no mental. Se había pasado horas y días pensando en su problema, pero no había conseguido nada. Sabía que tenía la solución delante de sus narices, pero no era capaz de encontrarla. Se pasó las siguientes horas allí, sin ganas de moverse. No quería ir al partido porque Sirius estaría jugando, y ya ni verlo, quería él.
A las dos horas, Remus escucho como un tumulto de voces se acercaban. Parecían todos emocionados y llenos de júbilo. Pero, antes de que su equipo entrara a la Sala común para celebrar la victoria, él se fue a su cuarto. Ni 20 segundos después un grupo de jóvenes entro gritando en la torre. Todos coreaban el nombre de su casa con felicidad. Había sido un partido duro y largo. El resultado final había sido 370-350 a favor de Gryffindor. Eso significaba que pasaban directamente a la final contra Slytherin. Y todo, gracias a que James había conseguido atrapar la snitch, salvando así el juego. Los jugadores estuvieron festejando unas dos horas hasta que la profesora McGonagall fue a llamarles la atención. Entre quejas y vítores Sirius y James subieron a su habitación.
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WOLFSTAR - CRACKS, ONE-SHOTS, FAN ARTS Y DEMÁS
De TodoAqui os traigo una serie de Cracks, One-Shots, Fan Arts y demás de mi pareja favorita de toda la saga de Harry Potter. ¡WOLFSTAR! Remus Lupin x Sirius Black También incluye contenido de los Merodeadores y Lily entre otros personajes de la primera ge...