Pasión De Gavilanes- Klance

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El sol ya iluminaba casi en su totalidad la habitación, se colaba por entre las cortinas de la ventana. Despertó con el horrible tono de su alarma mientras un enorme texto blanco parpadeaba y se leía "levántate, inútil. Tienes que ir al puto zoológico" en él. Deslizó su dedo por la pantalla del aparato, haciendo que éste dejará de sonar y vibrar.

-¡Keith! Despierta, ya es tarde y aún debes desayunar -su madre, como todos los días, terminaba de despertarlo con un grito desde la cocina- ¡Acuérdate que ahora vas al zoológico!

-Ya voy, voy a vestirme -correspondió con un grito ligeramente más bajo.

Se sentó en la cama y se puso sus pantuflas de león, caminó hacia su armario sacando de éste una camiseta gris, un pantalón negro y su característica sudadera roja.
Cambió su pijama por la ropa y bajó las escaleras para encontrarse con su madre en la cocina, preparando hot cakes.

-Buenos días, bello durmiente

-Buenos días, mamá -estiró los brazos hacia arriba, estirándose, mientras su boca formaba un bostezo lleno de cansancio.

-Come esto rápido -dijo mientras le servía un plato con tres hot cakes apilados y mantequilla derritiéndose sobre ellos- ya casi es hora de irse.

-mhm -asintió mientras veía su plato con disgusto- no... No tengo hambre.

-¿Y eso por qué? Tienes que comer, hijo, no vas a aguantar toda la tarde si no comes. Al menos come uno.

-Está bien -contestó con cierta irritación en su voz.

Habían pasado cinco minutos ya y su plato seguía intacto, en el transcurso de ese tiempo, Keith solo había estado picoteando el hot cake con su tenedor. Kosmo, su perro, pasaba justo en ese momento, entonces aprovechó y le dió uno de los hot cakes por debajo de la mesa. Por supuesto, el perro lo devoró de inmediato.

-Terminé

-¿Seguro que no quieres más? ¿Al menos la mitad del otro?

-Estoy lleno ahora, mamá. ¿Podemos irnos ya?

-Bien, ve súbiendote al auto mientras voy por las llaves y mi bolso.

Keith obedeció la orden, fue por su mochila y se dirigió al auto que estaba por el patio.

-¡Hola, Keith!

Lo que menos quería era encontrarse con ella, menos en un día como este. De por sí ya era uno de los peores como para agregarle toparsele.

-Hola, Pidge -respondió de mala gana, su madre ya le había regañado veces anteriores por ignorar a su vecina.

-¿A dónde vas? Si se puede saber -mostraba verdadera curiosidad pues su vecino no salía mucho.

-A queti

-¿Queti?

-Qué te importa

-Vete a la mierda, Keith. Estoy intentando ser amable con mi vecino depresivo para que al menos tenga un puto amigo y me sales con estas cosas, chinga a tu madre -le gritó mientras le enseñaba su dedo medio y se marchaba hacia su casa.

-¡Voy al zoológico! -respondió sin interés.

-¿Qué dijiste, hijo? -cuestionó su madre mientras salía de la casa.

-No es nada, estaba hablando con Pidge.

Ella solo asintió y subió al auto, Keith aventó su mochila al asiento trasero y subió en el copiloto, se abrochó el cinturón y se dispuso a ver por la ventana.
Encendió la radio y buscó una canción que le gustará entre las estaciones encontrándose decepcionado al no encontrar ninguna y pasar el tiempo en silencio.
Fueron 10 minutos los que transcurrieron antes de llegar a su destino. El auto paró y la puerta del copiloto se abrió.

-Cuidate mucho, cariño. Toma -le tendió una bolsa de papel con su almuerzo-, ya que no desayunaste bien.

-Si, mamá. Gracias, mamá -abrió la puerta trasera, tomó su mochila y la cerró de un portazo- Adiós.

-Te amo

-...-su respuesta tardó en llegar hasta que sus labios al fin se abrieron- yo también.

Se dió la vuelta, frente a él se encontraba el enorme recinto. Dudó en avanzar, pero siempre cumplía su palabra así que caminó hasta el portón abierto, metió la bolsa en su mochila y entró a lo que sería su futuro infierno.

Quedó bien qlero, i know. Pero me vale verga y si quiero escribir, escribo B) ah nocierto espero y les guste mi mierda <333

Me siento re falsa escribiendo esto porque nunca uso ese tipo de palabras como "auto" "bolso" "almuerzo" etc :^)