Viñeta: Ser

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Sakura es fastidiosa. Es lo primero que se le viene a la mente cuando en el trayecto a casa, la chica de cabello extravagante y grandes ojos verdes los sigue (a Itachi y a él) saliendo del colegio. El mayor por supuesto, le regala una sonrisa afable y le pregunta acerca de su día, pues él es el caballeroso, el apuesto prodigio y nunca va perder la oportunidad de ser amable. Sasuke en cambio, se considera más como un muchacho arisco, reservado y si no está de más, rudo.

Si pueden ser peor las cosas, Mikoto (su madre) la adora enormemente y no cesa de alabarla por su lindura y sencillez, haciéndole más de una invitación para cenar en la casa. La casa de Sakura está a una calle después de los Uchiha y la relación con los padres de esta ha sido cordial desde el día que se mudaron. Sasuke reconoce que estar con ellas solía ser divertido (solía) pues jugaban en el callejón de la colonia con su hermano a todo tipo de juegos, a los cuales se unía un hiperactivo rubio con ganas de ser su amigo, y no había ninguna brecha entre ellos.

Sin embargo, un día Sakura comenzó a sonrojarse en su presencia, oler (apestar) a perfume, tener una extraña obsesión por tener el cabello larguísimo y entonces nada (¡Nada!) fue lo mismo. Sakura ya no era su amiga, era una extraña.

Las cosas dan un giro en el momento en que Itachi se marcha a la universidad, el gran hombre Uchiha se separa del colegio y el regreso a casa ya sólo queda en él (y ella).

—¿Qué no te puedes regresar con Yamanaka? —espeta cruzado de brazos y gesto impaciente.

—Sasuke-kun, Ino vive al otro lado de la colonia... —murmura jugando (odiosamente) con sus manos. Sus mejillas lucen ruborizadas.

No dice algo más, ni siquiera cuando Sakura se toma el atrevimiento de caminar a su lado. Sakura entonces se hace más fastidiosa aún y todos los días intenta pegársele, traerle el almuerzo, ayudarle con las tareas y caminar lo más cerca posible con él. Sus esfuerzos son en vano pues todos los días está presente la misma tensión de siempre.

En un maldito (demoniaco) día ocurre lo más inesperado, a su mejor amigo le pareció divertido subirse arriba de su pupitre, desencadenando que al caer cayera precisamente sobre él, peor aún, pegando sus labios en el proceso. El regreso a casa con Sakura bajo el cielo azul transcurre en absoluto silencio (como siempre), sin embargo, el destino también tiene ideas.

—Estúpida gente fastidiosa... —bisbisea al recordar las burlas que precedieron a aquel beso (si acaso eso fue uno).

—Sasuke-kun-

No, hoy no. Sakura Haruno es un agregado más a la lista de personas denominadas fastidiosas y no quiere escuchar a nadie.

—Cállate.

Sus facciones de muñeca se entristecen ante su rechazo. La culpa amenaza con expandirse a través de su cuerpo por su comportamiento mas se queda sin palabras al ver un acontecimiento extraño (imposible). Sakura Haruno está furiosa, pero allí no radica lo anormal, sino que el blanco de su ira es él en este momento. Sus cejas rosas se fruncen y a pasos agigantados lo hace retroceder incrédulo.

—¿Qué te pa...?

—¡Estoy cansada de que nunca me mires! ¡De que siempre me trates de manera tan injusta!

Sasuke suspira y coloca su mejor mirada de indiferencia, no (de verdad no) va a perder el tiempo con el berrinche de una mujer.

—Y ahí vas, a ignorarme. ¿Sabes? Ya estoy entendiendo todo.

Él aguarda atento, siguiendo sagazmente cada movimiento de su cuerpo con la mirada.

—Bien, explícame. —escupe, ahora él haciéndola retroceder. Nada (ni nadie) va a intimidarlo. —¿Qué es lo que entiendes?

Un silencio mortalmente largo se prolonga entre los dos por algunos instantes, hasta que Sakura dispara y espera reacción.

—Me rechazas, rechazas a todas, por la simple razón de que no te gustamos. ¡Te gustan los niños y has de haber gozado mucho el beso de hoy con Naruto!

Más silencio mortal. En su rostro se dibuja una expresión horrorizada (asqueada) sin dejar de observar su cabello rosa libre al viento y sus orbes de cristal. La consciencia le llega de un disparo cuando ya la ha tomado de la cintura y ha estampado sus labios con los de esa muñeca fastidiosa.

Sakura es irritante, Sakura es amable, Sakura es...

Sus labios se siente como algodón, su estómago siente retorcijones y ahí es cuando sospecha que está enfermo (¡embrujado!). Nadie hace un movimiento más, en realidad, sólo se mantiene pegados unos cuantos segundos. Sasuke se separa de ella con brusquedad y para sorpresa de ella, le regala una sonrisa burlona (máscara). Sakura ha atacado su virilidad y aquello es algo que no iba a tolerar.

—Para que no digas que apunto del otro lado.

Sasuke es frío, Sasuke es arrogante, Sasuke es...

—¿Ya somos novios? —murmura ella moviendo sus delgadas piernas de manera ansiosa.

El rostro de él se deforma en una mueca contrariada.

—No.

—Entonces devuélveme mi beso.

Sakura toma con suavidad su mano y une sus labios nuevamente por algunos segundos tomándolo por sorpresa, pues Sasuke no hace intento alguno por evitarla. Haciéndose la enojada (de verdad lo intenta) se da media vuelta y retoma su camino, siendo seguida por el muchacho confundido.

.

Sakura es bonita.

Sasuke es a quien quiere.

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