Drabble VI: Laurel

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El calor del escenario no es confortable ante las inhóspitas sensaciones que se desarrollan en el interior de ambos.

Al frente la doncella alza con delicadeza su brazo izquierdo, repitiendo el movimiento con el otro brazo, formando la pose de bailarina. El curioso Dios aguarda entre los árboles siendo acompañado por la luna, las estrellas y el seductor sonar de un violín.

Ella baila, gira y se mueve con gracia, deslizándose por el escenario dejándose llevar. Serpentean sus brazos hacia el frente inclinando la cintura hacia atrás, volviendo a su posición original sin dejar de mover sus extremidades, llamándolo a venir.

Indra, ven.

Sasuke-kun, ven.

Da un giro hacia dentro, luego otro, deslizándose con lentitud. Él se acerca y la toma de la cintura, a lo cual ella pone sus brazos en posición de noventa grados. El piano se une entonces a la escena y la voltea, haciendo de manera inevitable el temido contacto visual.

Verde contra negro.

Rueda con delicadeza ambas manos y finalmente baja sus extremidades, colocando una sobre su hombro y la otra queda firmemente unida con la de su compañero. Al compás de un tango ambos se unen para ejecutar la representación de una historia de amor que acabó en perdición, girando y moviéndose a través de todas las zonas del escenario, olvidando quienes son bajo las tenues luces.

Ella ya no es Sakura, una bailarina. Él ya no es Sasuke, un actor de teatro.

Abundante de rocas filosas, la relación entre ambos nunca ha sido sencilla, pues son contrarios entre sí. Hermosa primavera contra crudo invierno, en todos sus ensayos han unido sus cuerpos quedando como obstáculo entre ellos el pensamiento.

La toma debajo de los muslos y grácil ella rodea su cintura con sus piernas, inclinando hacia atrás la cabeza. Su vestido blanco en representación de pureza se ondea con los movimientos a la par que su largo cabello, desatando en sí misma la sensación de libertad. Sakura ha intentado desesperadamente fundirse con él ofreciéndole calor, sin embargo, jamás la ha dejado cruzar las barreras de su interior.

Sus corazones laten fuertemente haciéndose notar sobre la música. Sasuke la baja con lentitud, pegándola contra su pecho. Retoman su tango acercándose al triste desenlace dejando en el proceso, sus almas en el tablero.

El rostro de ella es todo un poema al interpretar fieramente su papel, sus ojos representan piedad y sus labios forman una mueca entristecida. Sin verse más, él la sujeta por la cintura y un brazo a la vez que ella va realizando un split con suave sigilo, dejándose morir.

El coro de voces divino canta mientras se le va la vida, acabando así mismo con la bella melodía. Sakura cae sobre su pecho, dando paso a la escena trágica donde el Dios Indra habría de perder a la única mujer que lo logró enamorar y que le llegó a amar.

Sasuke hunde la nariz en su desnudo cuello, inspirando fuertemente el aroma a laurel que porta la doncella entre sus brazos, y maldice enormemente.

—¡No!

En su tiempo Indra no lo creía ni lo quería creer y tal como una etérea maldición, ha caído bajo la misma neblina.

.

Contra todo pronóstico, ha caído enamorado al danzar con una bella flor, la cual ha caído marchita.

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