Capítulo 4

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Amanecí temprano en la mañana, pues debía asistir al colegio, no creo estar preparada para salir afuera aún, pero de veras no deseo retrasarme con los deberes, me costaría mucho ponerme al día.

—Entonces trata de no destruir la casa en lo que ____ y yo no estamos —aconsejó Meco al castaño que se encuentra comiendo chatarra en el sofá.
—Triti di ni distriir li cisi in li qui ____ y yi ni istimis —Balbuceó a modo de burla, Mecoboy suspiró rodando los ojos—, me cagas puta, ya cierra el pinche hocico.
—¡Ya sabes animal! ¡O dejas tu pinche culo quieto o me pagas los doscientos cincuenta mil pesos que me debes pendeja!
—¿Estás comiendo frituras a las ocho de la mañana? —Le cuestioné a Darkar.
—No hay un horario para comer frituras —respondió llevándose una a la boca.
—¿A caso me oíste estúpida? —Exclamó Meco.
—¡Ya pinches cállate!, puta madre... a demás no dije que me quedaría en casa —acotó al levantarse del sofá.
—¿A dónde mierdas irás? —cuestionó.
—Pues voy a acompañar a _____ al instituto.
—¿Q-qué? n-no es necesario que...
—No mames culera, un asesino anda por detrás queriendo pinches descuartizarte, claro que es necesario.
—No puedo creer que voy a decir esto, pero Darkar tiene razón _____. Por el momento será mejor que el te lleve y te recoja.
—Bien... —suspiré, odio sentirme inútil— solo no explotes nada en el camino, en verdad no deseo llegar tarde hoy.
—Me lleva la puta cola, ¿siempre tienen que estar poniéndome condiciones para todo? pinches amargados...

Con Darkar quejándose de que nadie lo deja ser un espíritu libre... al menos no como el quisiera, nos marchamos rumbo a mi instituto.

Cada paso que damos nos deja más lejos de casa, y comienzo a sentirme un tanto paranoica. Siento a Jeff detrás de mi a donde quiera que vaya, es imposible no estar aterrada, me metí con uno de los asesinos más buscados a nivel mundial.

Es que no mames, también me paso de pendeja la verdad.

Realmente mi instituto no queda muy lejos de nuestro hogar, sin embargo el trayecto se me hacía interminable.

—Cálmate —rompió el hielo—, estamos a punto de llegar.
—Aún quedan tres calles, todo puede suceder en ese lapso de tiempo —revatí.
Pinche traumada... —susurró.
—¿Dijiste algo? —pregunté distraída.
—No, nada —ríe nervioso.

Observé incrédula a Darkar, sé perfectamente que dijo algo, pero no conseguí oírlo. Antes de cuestionar sobre el asunto clavé mi mirada en un tipo que se encuentra fuera de una tienda de libros, está de espaldas, viste una sudadera blanca con unos jeans negros y tennis del mismo color.

—Darkar... —le llamé.
—¿Qué? —se volteó a mirar, apunté a aquel sujeto—, ¡Ah no mames!, ¡Que cabrón!
—Estúpido, ¿si quiera sabes a lo que le estoy apuntando? —increpé.
—Pues claro que no estúpida, no es mi culpa que apuntes de la mega verga.
—El de la sudadera que lleva la capucha puesta, es Jeff.
—¿Neta?
—Neta.
—Ya rugiste puto —soltó luego de tronarse los dedos—, quédate ahí —ordenó.
—¡Espera! ¡no! —grité, sin embargo fue inútil, Darkar no iba a escucharme.

Y allí me quedé, viendo como cruza la calle en busca de su muerte.

Narra Darkar (al fin :v) :

Crucé la mugrosa calle para llegar hasta el pinche pederasta asqueroso, culero y putrefacto chupa ortos que antes solía ser novio de la culera traumada que ahoritas debo cuidar.

—Oye, esquinera de dos pesos —tomé a la piruja de un hombro para voltearlo, rodé los ojos enojado al notar que solo perdía mi tiempo—, ¡no mames estúpida! —le grité a _____— ¡es sólo un pinche maniquí!

Me dí la vuelta para verla y que ella notara mi cara de enfado, pero no la ví del otro lado de la calle.
Inspeccione con la mirada toda la cuadra, no conseguía verla.

—No estés mamando, tarada. ¡no es momento de juegos pendeja!

Caminé un par de metros para asegurarme de que la muy imbécil no estuviese jugando, pero sería ilógico, ella misma me ha dicho que no quería llegar tarde a su mugrosa escuela.

Y... ¿si algo le pasó?

No mames, el maniquí...
Volteé a ver ese muñeco...

...


...



¡Era una puta distracción!

—¡Me lleva la verga! —salí corriendo del lugar.

¿Pero a donde pinches chingados pudo habérsela llevado?, ni siquiera puedo alertar a la patrulla porque quién sabe en que clase de asuntos está metida esa culera. Sin ni siquiera una idea de por donde empezar lo único que se me ocurrió fue correr a la escuela de _____.

No estaba lejos del instituto, solo tarde unos minutos, y cuando llegué todos estaban abandonando el edificio.

—¿Que chingados pasó? —pregunté a uno de los escuincles estudiantes.
—Hubo un apagón en todo el edificio, nos regresamos todos a casa —se encogió de hombros y se marchó.

Me lleva la puta cola...

Me hice paso entre todos los morros de secundaria para ingresar al instituto, ya casi no había nadie dentro, y a medida que avanzo todo se vuelve más oscuro.

—Pinches edificios que están construidos de la mega verga, la iluminación aquí evidentemente les vale madres, ¡son las pinches nueve de la mañana y aquí dentro no se ve un chingo! —suspiré para tratar de calmarme, y encendí la linterna de mi celular—, a demás me caga esta pendeja que se mete en problemas a cada hora.

Me alarme al oír un ruido a lo lejos, posiblemente provenga de una de las aulas.
Neta me estoy cagando bien cabrón.

Yo no soy tu pinche amor [Darkar X Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora