Capítulo 10

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—Donde está ese imbécil —me miró con seriedad cruzado de brazos.

—Y-yo-

—El te obligó a hacer esto ¿Verdad?

—Darkar… —intenté tomar la palabra.

—Pues ahorita mueves tu culo flácido, nos vamos a casa —afirmó tomando mi brazo para jalarme hacia el exterior.

—¡Detente puta madre! —me deshice de su agarre con un poco de brusquedad mientras el me miraba con asombro—. Y-yo… —suspiré— decidí volver a casa… con Jeff —finalicé clavando mi mirada al suelo.

—Pero… —el me miraba con los ojos completamente abiertos, se podía notar a la perfección lo impresionado que estaba— ¡Pero que putada estúpida! —replicó— ¿¡Es bien pinche fácil para ti no!?

—Haz silencio —murmuré— Jeff está adentro -me miró casi sorprendido.

—¡Pues me vale verga que ese mugroso nos esté oyendo! ¡Que nos escuche todo el pinche barrio si se les da por los putos huevos! ¡Tú no puedes hacer conmigo lo que se te pinches de la gana!  —soltó mirándome con enfado— ¡terminé destripado por defenderte! ¿¡Se te olvida estúpida!?

—Darkar, baja la voz —susurré fulminándolo—. No puede enterarse que estás aquí.

Darkar soltó un suspiro seguido de una risa forzada, y me miró.

—¿Me quieres explicar por qué vergas volviste con el wey si todavía le temes?

—_____, ¿Quién es? —preguntó Jeff desde la sala, mis músculos de inmediato se tensaron, me había quedado inmóvil con tan solo escuchar su temible voz.

—Na-nadie —balbuceo—, es solo una vendedora —inventé rápidamente.

—¿Esto es lo que planeas hacer? —preguntó Darkar en un susurro— ¿Hacer como que nunca nada ocurrió y quedarte con ese imbécil?

—Justamente es lo que estaba haciendo antes de que llegaras, Darkar.

—¿Y tú piensas que puedes llegar a la vida de la gente, usarlas como putas quieras y luego desaparecer?

—No quiero que Jeff te haga daño, ni a Mecoboy, ¿Comprendes?

—Pues que te valga madres estúpida, sé perfectamente como cuidarme sólo.

—Comprende —agaché la mirada en un intento de que el no descubriera cuanto anhelo regresar a su lado—, si algo te pasara por mi culpa no me lo perdonaría.

Un silencio se hizo presente en pocos segundos, comenzaba a incomodarme, resultaba raro que Darkar se mantuviera callado por mas de cinco segundos. Una mano llegó a mí mentón para levantar mi rostro con sutileza, entonces me encontré con sus ojos violáceos que me miraban atentamente, con una chispa en su interior.

Aquella mirada despertó algo en mí, causaba una revolución en mi estómago y ponía mi mente en las nubes. De alguna manera mientras sus ojos se posaban sobre los míos sentí que podía armarme de valor al fin.

—Espérame aquí —susurré—, por favor no vayas hasta que regrese —le pedí, él me asintió para finalmente apartarse de mí.

Tomé una bocanada de aire y la expulsé fuertemente apretando mis puños. Me adentré a paso lento al interior de la casa, recorrí el pasillo principal mientras los nervios recorrían cada fibra de mi ser.

Sin embargo mi cuerpo se relajó al recordar que Darkar estaba allí esperando, el me protegería ante cualquier situación que se presente, no debo preocuparme por ello.

Finalmente di con la sala de estar, lo ví recostado sobre el sofá comiendo frituras mientras cambiaba los canales de la televisión. Su rostro reflejaba aburrimiento hasta que se volteó a mirarme, ladeó su cabeza mientras daba palmadas al cojín del sofá.

—¿Vienes? ¿O piensas quedarte parada ahí? —masculló.

—De hecho iba a salir —solté, intentaba sonar lo más segura posible, no quería que el notara mis nervios e inseguridades.

—Mmh —se limitó a decir dirigiendo su atención nuevamente al televisor— ¿Dónde?

—Me apetece caminar por el parque para tomar aire —me encogí de hombros.

—¿Con quién? —cuestionó. Sus dedos presionaban suavemente las teclas del control remoto cambiando de sintonía. Mientras más tranquilo se veía él más rápido latía mi corazón a causa de la adrenalina.

—Sola —fruncí el seño.

—Es peligro que salgas a estas horas de la noche sin compañía —me miró—, déjame-

—Quiero estar sola, Jeff —me atreví a decir. En mi mente ya podía proyectar las mil y un torturas que Jeff aplicaría en mí luego de haberle respondido de esa manera.

Sin embargo el simplemente me miró.

Se puso de pié y caminó hacia mí, sus manos llegaron hacia mí cabello mientras lo acariciaba con sutileza. Su respiración era tranquila, sus ojos se posaban en mis labios y luego regresaron a mi mirar.

—No vuelvas tarde —más que una órden fue una petición, a lo que sonreí—, hace mucho no compartimos habitación tu y yo —comentó en un tono dulce, agradable.

—Volveré pronto —sonreí tímida.

Jeff me despidió con un corto beso en los labios y se regresó al sofá para continuar con lo suyo.

De nuevo mi corazón se sentía extraño. Ya era extraño tener a Jeff en casa por tantas horas, casi siempre se la pasa fuera pensando seriamente a quien torturar.

Sin embargo esta vez tiene planeado incluso pasar la noche conmigo… quizás realmente esté cambiando.

Si Jeff cambiara y me amara…

Si el demostrara su amor tal y como solía hacerlo antes… yo no necesitaría nada más de este mundo.

Al fin y al cabo yo lo invoque, yo lo llamé.

Lo traje hasta aquí porque lo amo, sin importar el monstruo en el que pueda convertirse. Sin importar lo que he sufrido, lo elegí a él para pasar el resto de mi vida a su lado.

—Lamento si te hice esperar —dije acomodando mi abrigo tras haber salido de casa.



Yo no soy tu pinche amor [Darkar X Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora