Seis: La cabalgata

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La mañana después del baile en su honor, el emperador y la emperatriz de China lo habían llamado temprano a desayunar

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La mañana después del baile en su honor, el emperador y la emperatriz de China lo habían llamado temprano a desayunar. Una vez presentes todos en la mesa, la emperatriz comenzó con una cómoda conversación mientras los criados llevaban la comida a la mesa.

-Veo que ustedes dos se llevan muy bien. -Comentó mirando primero a su invitado y después a su hijo.


Habían estado juntos durante todo el baile hasta que finalizó, y desde el amanecer hasta ese momento. Se podía palpar la comodidad que ambos sentían ante la presencia del otro.

-El príncipe Chanyeol tiene una agradable personalidad. Dudo que exista alguien que pudiera repudiarle. -Opinó Baekhyun, mientras un sirviente ponía un plato de porcelana frente a él.

-La forma de ser de su hijo no es muy diferente a la mía. Lo que nos diferencía, visiblemente, es su inhumana hermosura. -Respondió Chanyeol y los monarcas no se sorprendieron ante los halagos hacia su hijo, pues toda persona que le conocía opinaba igual acerca del muchacho y no había pudor en hacérselo saber.

-No diga eso. -Replicó el pelirrojo, ante la atenta mirada de sus padres. -Su apariencia es verdaderamente atractiva, Majestad. Es un muchacho encantador y muy apuesto, me atrevo a decir.

-Sin embargo, no hay comparación. Cualquiera caería ante la simpatía de tan adorable ángel. -Cuando lo vio por primera vez dudó en si ser tan atrevido era correcto, tratándose de un joven del cual desconocía sus preferencias; pero al contemplar las reacciones a sus halagos, concluyó que podría tener oportunidad de intentar conquistar los bellos zafiros que el joven tenía por ojos.

-Baekhyun, hijo mío. -Habló la emperatriz, llamando su atención antes de que debieran comenzar a comer. -¿Por qué no llevas a Su Majestad a cabalgar un rato después del desayuno?

-No sé si sea oportuno, madre. ¿Qué opina? -Preguntó al príncipe.

-Sí, eso sería agradable.

-¿Le gustaría conocer los preciosos campos de nuestra propiedad? -Cuestionó el emperador.

-Desde luego, Su Alteza. Me encantaría. Por supuesto, si el principe Baekhyun accede a ser mi guía. -Respondió el invitado mirando primero a la emperatriz y después al joven pelirrojo.

-Pero claro que accedo. No podría negarme a semejante petición. -Aceptó gustoso el más pequeño.

De inmediato el rey llamó a uno de sus sirvientes para pedirle que ensillara dos animales para los jóvenes.

Ambos príncipes salieron del castillo para encontrar que afuera les esperaba una bellísima yegua color beige y un imponente e impecable corcel blanco

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Ambos príncipes salieron del castillo para encontrar que afuera les esperaba una bellísima yegua color beige y un imponente e impecable corcel blanco.

-Ésta es mía, su nombre es Hera. -Mencionó el príncipe Baekhyun acercándose al animal para acariciarle. -Y éste es Harem, el caballo de mi padre. -Añadió señalando al blanco animal. -¿Sabes montar?

-En efecto. -Dijo Chanyeol, acercándose también al corcel. -Mi madre es gran admiradora de los caballos, me enseñó a montar desde los 10 años. Aunque no lo hago con frecuencia.

Ambos subieron a sus respectivos animales y comenzaron a cabalgar, primero lento y acelerando cada vez más, conforme se apartaban hacia los campos de yerba en los terrenos más alejados del castillo.

Mantuvieron el trote de los caballos yendo a la misma distancia, hasta que comenzaron a juguetear avanzando un poco, primero uno y después el otro.

-¿Estás retando la velocidad de Hera? -Cuestionó Baek, con un deje de diversión en su voz.

-No me atrevería. -Sonrió Chanyeol. -Pero en realidad, sí. -Avanzó más rápido dejando atrás a su acompañante, quien no tardó en alcanzarlo.

-Veamos quién llega primero a la orilla del lago. Es por este camino. -Señaló la ruta y comenzó a contar luego de recibir un asentimiento de aceptación. -Uno... Dos... ¡Tres!.

Los dos jóvenes salieron a todo galope hacía la dirección dictada, cuando divisaron la orilla del lago ambos aumentaron la velocidad hasta casi llegar. Poco antes, el príncipe Baekhyun detuvo a su yegua, pero Chanyeol continuó hasta casi entrar al lago, ocasionando que el caballo se detuviera abruptamente e hiciera caer a su jinete al agua.

-¡Chanyeol! -Gritó Baek, alarmado. El pequeño pelirrojo bajó rápidamente a sujetar las riendas del caballo para calmarlo y alejarlo del agua, en un intento por evitar que llegara a pisar al joven rubio que permanecía en el agua sin hundirse demasiado debido a que estaba en la orilla. -Estoy de verdad apenado, Chanyeol. Permíteme ayudarte. -Baekhyun le tendió la mano y éste la tomó, pero, contrario a lo que el pelirrojo esperaba, tiró de ella llevando consigo al delgado joven que también cayó al agua.

Al principio el pelirrojo se alteró un poco al verse completamente mojado, cosa bastante impropia de su parte; pero enseguida comenzó a reír al encontrar al rubio en la misma condición. Comenzaron a reír y a tirarse agua con las manos, hasta que debido al movimiento, ésta comenzó a revolverse con la tierra.

La ropa empapada de ambos se pegó a sus cuerpos, respectivamente, lo que ocasionó cierta transparencia en las prendas superiores.

Baekhyun no prestó mucha atención a ese detalle, a diferencia de Chanyeol, cuya respiración casi se cortó al poder apreciar tan claramente el delgado torso del pelirrojo, marcado con finos músculos y acentuado por la estrecha cintura. 

Apartó la mirada, ruborizándose de forma muy sutil y se dispuso a seguir jugando con el agua, hasta que, unos minutos después, el más pequeño comenzó a temblar de frío.

-Deberíamos ir al palacio ya, o podrías resfriarte. -Sugirió el rubio, levantándose para salir del agua. Le tendió la mano a Baekhyun para ayudarlo, y éste la tomó sin dudar.

Luego de sacudir un poco sus ropas, con el propósito de reducir un poco el agua en éstas, volvieron a subir a los caballos para regresar a casa y poder cambiarse la ropa mojada o quizá incluso tomar un baño caliente.

Continuará...

15/04/22

Mi Príncipe [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora