Mi Príncipe [ChanBaek]

Dos: El hijo del duque

El príncipe Chanyeol había descubierto su orientación sexual a los 14 años, durante uno de los tantos bailes que Sus Majestades solían ofrecer para sus no escasas amistades.

Todos los chicos y chicas de su edad, pertenecientes a la alta sociedad, se reunieron en la habitación contigua al gran salón, ya que el baile no era un evento de mucho interés para ninguno de ellos.

Con el fin de pasar el rato, y divertirse, uno de los adolescentes propuso un inocente juego.

Era algo popular entre los jóvenes plebeyos, por lo que ninguno de los presentes lo había jugado antes, lo que hizo que accedieran a hacerlo esa noche.

Acabaron todos sentados en el suelo formando un círculo (que más que eso parecía un óvalo mal hecho), mientras una botella de vino tinto, hurtada de la bodega real, giraba en el centro, ya medio vacía.

Los primeros castigos para quienes perdían fueron cosas sencillas, como interpretar una canción o algún baile de moda, o besar la mejilla de alguno de los presentes. Pero tomando en cuenta que la mayoría pasaba de los 12 años, decidieron comenzar a "subir de nivel" cuando las cosas se volvieron aburridas.

Fue cuando la princesa Seulgi perdió, le dieron el castigo de besar en los labios a alguno de los chicos, decidiéndose ella por Chanyeol. Ambos se pusieron de pie para cumplir con el castigo, y en el momento en que sus labios se tocaron, ella se sintió flotar mientras las mariposas en su estómago celebraban con alguna clase de danza. Pero él no sintió nada; los labios de la princesa eran bonitos, y ella también, había que admitirlo; pero ni ella, ni sus labios le causaban ninguna clase de emoción. Era extraño que su primer beso se sintiera tan vacío.

Sin decir nada volvieron a sentarse, ella borrando un poco su enorme sonrisa al ver la inexpresividad en el rostro de su amor platónico. La chica hizo girar la botella, deteniéndose ésta cuando apuntaba a Chanyeol.

-¡Que bese a Yongsun! -Sugirió una de las chicas señalando a otra de ellas.

-¡No, que bese de nuevo a Seulgi! -Exclamó alguien más.

-O que se encierren juntos en la otra alcoba.

-Alto, alto, alto. -Dijo el hijo del duque y la duquesa de Busan. -Hagamos esto un poco diferente y que Su Alteza bese a uno de los chicos en lugar de a una chica.

Las princesas gritaron despacio, por alguna razón emocionadas.

-Pues ya que quien lo propone eres tú, creo que a quien debería besar es a ti, Sehun, ¿no creen? -Propuso uno de los chicos, negándose internamente a ser quien debiese besar a alguien de su mismo sexo.

Todos estuvieron de acuerdo, y Sehun, maldiciéndose mentalmente por haber sugerido semejante idea, se puso de pie para cumplir con el castigo del príncipe.

En el momento en que sus labios se tocaron, Sehun sintió las mariposas alocarse en su estómago al no sólo ser su primer beso, sino también el primero con otro chico, cosa que le resultaba una experiencia emocionante debido a que era nueva y diferente.

Pero el príncipe Chanyeol, a quien al principio no le parecía la gran cosa tener que besar a su amigo siendo ambos varones, tuvo también el honor de sentir el festival de las mariposas en su vientre, seguido de una calma que sólo podía compararse con ver el atardecer en soledad sentado a la orilla de la colina.

El beso terminó gustándole más de lo que esperaba; y en lo más mínimo le molestó que el beso que más disfrutara fuera con Sehun y no con la princesa Seulgi.

Luego de ese día, llegó un periodo de confusión, en el que el chico no entendía la razón, aunque tampoco le preocupaba demasiado y mucho menos lo asustaba o inquietaba.

Por fortuna (o quizás mala suerte) tuvo la oportunidad de comprobar su orientación sexual cuando en una de las frecuentes visitas de los duques y luego de que Sehun le confesara sentirse igual, estuvieron deseosos de explorar un poco más y dejándose llevar por el momento, intimaron por primera vez en la habitación del príncipe.

La situación fue algo incómoda y un poco dolorosa debido a la corta edad y la nula experiencia de ambos chicos, pero eso no impidió que lo disfrutarán y repitieran en más de una ocasión, siendo cada vez mejor que la anterior.

Continuaron viéndose, y aunque no había duda alguna de la gran química que tenían, ninguno desarrolló sentimientos románticos por el otro.

Luego de descubrir su orientación sexual, la primera persona a quien se lo contó fue a su hermana mayor, a quien le tenía una confianza tan grande como su cariño, y ella siendo tan inocente, respetuosa y con todo el amor que tenía por su hermano, no lo juzgo ni rechazó, sino que, por el contrario le aceptó y apoyó, impulsándole a contarle a su madre.

Por desgracia, la reina no reaccionó de la misma manera. Ella, en realidad, no tenía ningún problema contra las personas homosexuales; pensaba que era asunto de cada persona lo que hacían con su cuerpo y también de a quién le entregaban su corazón.

No le molestó el hecho de que su hijo tuviese esas preferencias, pero tampoco le entusiasmó. Sobretodo cuando él propuso decírselo a su padre.

A la reina le aterró la idea, ya que era bien sabido que Su Majestad detestaba a las personas diferentes y era un homofóbico hasta los huesos, principalmente debido a que era muy devoto de su religión, que catalogaba ese tipo de comportamiento como uno de los peores pecados.

La reina, en un intento por evitar la furia de su marido, trató, erróneamente, de cambiar a su hijo; pero hasta el momento, sus esfuerzos no estaban dando resultados.

El caos se iba a desatar en el palacio si Chanyeol no lograba resistirse a sus perversas tentaciones

Continuará...

15/04/22