Uno: El príncipe chino

255 21 0
                                    

Un jet privado aterrizó en la pista del aeropuerto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Un jet privado aterrizó en la pista del aeropuerto. Cuando la puerta se abrió un joven de rubia cabellera y llamativos ojos cafés, bajó del avión acompañado por un hombre algunos años mayor, quien era su guardaespaldas.

El príncipe Chanyeol, hijo de los monarcas de Corea, volvía de uno de sus tantos viajes. Un lujoso y discreto automóvil lo esperaba a las afueras del aeropuerto para llevarlo de regreso a su hogar: el majestuoso castillo que se alzaba en todo su esplendor sobre la colina. El recorrido de algunos minutos le dio el tiempo para relajarse mientras atravesaban el reino.

Cuando el joven entró al palacio, sus padres lo esperaban contentos por su regreso, y su madre ni bien lo vio entrar al salón principal, se acercó a encontrarlo para estrecharle en un cálido abrazo de bienvenida.

-Hijo mío, que maravilloso es tenerte de vuelta.

-Me alegra que por fin estés en casa. –Habló el rey, una vez hubo saludado a su hijo.

-Es bueno estar en casa, padre. -Sonrió el muchacho, recorriendo disimuladamente el salón con la mirada.- ¿Dónde está Yoora? -Cuestionó curioso al no ver por ningún lado a su hermana dos años mayor que él.

-Ya conoces a tu hermana, seguramente está por los jardines paseando a Toben. -Comentó la reina alegremente. -Pero cuéntanos, ¿cómo fue tu estadía en el Imperio Chino?

-Cariño, creo que no es momento para atosigarlo con preguntas, lo mejor es permitirle descansar. Después de todo fue un viaje largo. -Opinó el rey, con una expresión un poco más seria. -Dejemos esta conversación para más tarde, así también tendremos oportunidad de tocar otros temas que precisa saber. -Su esposa asintió, con un poco de desilusión que logró disimular perfectamente. -Ve a tomar una siesta, Chanyeol.

El más joven de los tres asintió y luego de reverenciar a sus padres, se dirigió a su habitación dispuesto a dormir lo que esperaba fuese una larga siesta.

Mientras tanto, su madre, no tardó en expresar su angustia en cuanto se quedó a solas con su marido.

-¿Crees que lo tomará bien?

-Debe hacerlo. -Respondió el rey, con firmeza.

-Pero… ¿un matrimonio arreglado?, tú bien sabes que nuestro hijo no desea casarse hasta encontrar a alguien a quien realmente ame y… bueno… Yeol ni siquiera conoce a la princesa Sooyoung. Dudo que la acepte.

-Tonterías. Chanyeol es un joven maduro, obediente y responsable. Estoy seguro de que lo aceptará sin recato; además la cena de esta noche es precisamente con el propósito de que se conozcan. -Dicho lo cual, el rey caminó fuera del salón, dando por terminada la conversación y dejando a su esposa, quien soltó un pesado suspiro.

 -Dicho lo cual, el rey caminó fuera del salón, dando por terminada la conversación y dejando a su esposa, quien soltó un pesado suspiro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Una hora.

Dos.

Tres.

Casi cuatro horas fueron lo que duró el imperturbable sueño del joven príncipe. Y habría durado más, de no ser por la hermosa doncella que, al ver a su hermano sobre la cama, se lanzó encima de él, jugueteando con su rostro en un intento exitoso por despertar al durmiente muchacho.

-¡Chanyeol! -La felicidad de la princesa podía reflejarse visiblemente en su pequeño rostro y sus ojos cafés, que se iluminaban dichosos.

El príncipe terminó de abrir los ojos cuando vio a su hermana, sonrió y se enderezó para poder abrazarla, con fuerza, entre sutiles risas.

-Te extrañé mucho, ¡no tienes idea de todo lo que ha pasado mientras no estabas! Papá le regaló a mamá un nuevo corcel, es blanco como las nubes y está precioso, pero ella no ha decidido cómo nombrarlo. Además se casó el ama de llaves, y como se fue de luna de miel, últimamente el castillo está un poco fuera de control. -La joven se encogió un poco de hombros, restándole importancia a su relato. Tenía más cosas que contar, pero prefirió primero saciar su curiosidad. -¿Y a ti cómo te fue en China? ¿es lindo? ¿las personas son amables? ¿me llevarás la próxima vez que vayas? ¿vas a ir otra vez, cierto?

Chanyeol estalló en risas al escuchar a su hermana hablando a una velocidad con la que apenas le fue posible comprender lo que decía. -Oye, relájate. -Dijo con una enorme sonrisa e hizo que su hermana se sentara junto a él. -Sí, China es un lugar muy bello; su gente, en efecto, es muy amable, son hogareños y tienen un gran corazón para recibir cálidamente a los visitantes extranjeros. Planeo ir de nuevo después de mi siguiente viaje a Gran Bretaña, y por supuesto, te llevaré conmigo si nuestros padres lo autorizan.

-¡Sí! -Exclamó Yoora llena de emoción. A pesar de ser la mayor, y gracias al hecho de ser mujer, su hermano era el heredero legítimo al trono, por lo que a veces tenía ciertos privilegios que ella no. Sus constantes viajes eran uno de ellos.

-¿Sabes? Hay alguien de allá que me encantaría que conozcas... aunque, con suerte, no tendrá que ser hasta que vuelva a ir a China.

La sonrisa de la joven se modificó y pasó de ser una alegre a una llena de complicidad. -¿Conociste a alguien que te gustó? -La pregunta hizo que el príncipe se sonrojara ligeramente mientras su sonrisa se volvía cada vez más llena de timidez. -Ah, con que así es... -Comentó la princesa con una sonrisa triunfal. -Cuéntame todo. -Miró con interés a su hermano.

-Tú sabes que los emperadores de China me dieron hospedaje en su palacio durante el tiempo que estuve allá. -Su hermana asintió rápidamente. -Y bueno… su hijo, el príncipe Baekhyun fue… -Suspiró cuando el rostro del susodicho pasó fugazmente por sus pensamientos. –Increíble. Es muy guapo, educado, amable… Tiene una sonrisa preciosa y unos ojos azules que me endulzaron aún más la estadía allá. Jamás había visto a alguien como él, ni siquiera en mis mejores sueños...

-No dudo que tengas tan buen gusto. -Dijo la mayor, sonriendo con emoción y sin dejar de ver a su hermano. -Si pareces tan embelesado, seguramente se trata de un chico muy apuesto.

-Afortunadamente sí. Es un año menor que yo, y también varios centímetros más bajo, pero su pequeña estatura permitía que se acoplara perfectamente a mis brazos cuando mirábamos juntos la luna, sentados en el balcón de su habitación o sobre el césped bajo la sombra de un enorme árbol de roble en los jardines del palacio.

No había forma de negarlo. Se había enamorado, fue correspondido, y dejó su corazón en algún lugar de China, junto con la promesa de volver algún día, no muy lejano, en busca de su amado.

Continuará...

14/04/22 (Re-publicación)

Mi Príncipe [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora