Contenido adulto los personajes no me pertenecen.
Seguir las reglas, poder estar a tono con lo que hay alrededor cumplir con el trabajo. Ser un ejemplo a seguir, en eso se resume la vida de la Doctora Sakura Haruno; sin embargo todo cambia cuando po...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
. . . Después de su partida quise dejar todo a un lado, salir corriendo a sus brazos y remediar todo lo sucedido acabando con el sufrimiento de los dos sin embargo preferí callar por su bienestar, no soportaría el echo de saber que Madara fuese capaz de hacer algo en su contra, prefería mil veces tenerlo lejos y en buen estado que herido o muerto por la insensatez de ése Uchiha.
A la final escogí el vestido de diseño exclusivo ese mismo con el que él me vio, por lo menos ese sería mi último recuerdo de nuestra despedida y lo conservaría como una reliquia en su nombre, aquel sobre que Indra me entregó entre tantos descuidos y desconcierto no recuerdo donde lo perdí, solo me lamentaba una y otra vez el no saber su paradero, la incertidumbre me carcomia ¿que podría contener aquel sobre? ¿sería una carta, su despedida? ¿O quizás una propuesta descabellada de huir los dos lejos de todo? Miles de preguntas y todas sin respuestas atormentaban mi cabeza, las asesoras de la boutique quedaron de enviarme el vestido con todos los accesorios a mi apartamento el día siguiente en horas de la tarde. . . . Narradora . . A la mañana siguiente la pelirosa se levantó con pesadez tomo una ducha caliente, se vistió y salió rumbo a su trabajo como era de esperarse otra vez no probó bocado, al llegar entro al consultorio empezando así su rutina diaria, la directora de la clínica al saber que la doctora Haruno se encontraba de turno entro a su consultorio con dos tasas de café.
--Tsunade. ¿Sakura hija que sucede contigo?
Sakura al verla entrar con preocupación sonrió débilmente, no quería involucrar a nadie en sus problemas personales, pero su condición física la delataba su peso bajaba considerablemente.
--Tsunade. ¡Mirate mi niña tienes unas ojeras como si no hubieses dormido noches enteras!
Se acercó para brindarle uno de los dos cafés cargados, Sakura suspiro y colocó una mano en su mejilla recibiendo la bebida, echo dos de azúcar y lo mezcló.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
--Sakura. No hay de que preocuparse, solo que no he tenido buenas noticias últimamente.
Tsudane se acomodó en uno de los sillones del frente y cruzó las piernas una encima de la otra tomando el café y analizando las palabras de su alumna.
