Desde hacía días que no he escrito, pero desde la última salida que tuve, mi amigo y la dirección de Celeste he estado preparando una buena excusa para ir visitarla, he ido muy sigilosamente por ese sector, Celeste llega a descansar en su casa todas las tardes a partir de las seis, a veces sola y otras en un auto de su amiga que le viene a dejar, sale de su casa y se encuentra con Vladi y le invita a su aposento, suele a veces a quedarse a dormir, sepa mi inconsciente lo que hacen ellos. Por mi parte después de observarla suelo ir a un café-net y escribir poemas banales sin sentido, soy un forajido, un extranjero en este lugar. Admito, también frecuento al café por la dulce mesera, me gusta y creo que ya lo nota. Un día se acercó a mi mesa, me quedó mirando y me trajo un café, puse la azúcar necesaria y me fijé en su mirada, pensé en lo que me pierdo por mi falta de hablar con ella. Todos los días, desde que no he escrito, después de verla a Celeste, mi refugio era la mesera, con unos buenos días, su sonrisa y mirada ya no era el mismo, y creaba en mi un verano que jamás quisiera salir.
Y sin embargo, el estar observándola a Celeste, me ha traído más que emoción una tristeza, ella es feliz y no necesita de mí, creo que hoy es viernes de un mes cualquiera y debo olvidarla para siempre, si fuera abril me recordara más a ella, si fuera el mes de mayo, quizás en un vasto universo, yo fuera quien saliera de su casa al día siguiente y le llevara flores y rosas, un bueno libro, besos que nunca se dieron, pero este mes recae en la inmensa soledad con la que me traigo, con la inmensa solidez que me ampara y con las ganas de botarlo todo al carajo y largarme de aquí, ese mes es agosto, y efectivamente, debo olvidarla hoy mismo, pero lo que me tarde empezaré contando todo lo que conocí de ella, lo que amé de ella y porque influyó tanto en mí, sus maravillas y creo que son infinitas que se reducen en un número de dos o siete, no sé con lo que salga pero creo que es viernes y escribiré para ella. ¿Y qué hago yo sin mi café?
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"Las siete maravillas de Celeste"
ActionElla estaba sentada frente a mi, le ofrecí de pronto un cigarrillo, me rechazó, tal vez no debo recordar esa parte, pero fue justamente ahí, donde ocurrió un desplome de esperanza y un arcoíris de soledad. Esta novela te invita a recordar un amor...