暁 ~Akatsuki [Completa.]

Capítulo 14

«Quedate conmigo»

Cuando llegué toqué la puerta tres veces y al abrirse me recibió Kate, quien aún estaba un tanto dormida.

—Lo siento, ¿está Shohei aquí? —le preguntó en inglés.

—No, el todavía no ha llegado.

—Mmhm, comprendo —hizo una leve reverencia. —Lamento haber molestado a estas horas de la madrugada

Al querer marcharme me detuvo del brazo y me miró desviando su mirada a un lado

—No te enojes con el, el no hizo nada malo...

—¿De qué hablas? —la miró confundido.

—Ryuno lo manipuló para que te mintiera, diciéndote mentiras y fue por eso que Shohei hizo todo aquello.

Me costaba creerle y no se porque pero sentía que ella no me estaba mintiendo. ¿Hay algo de lo que yo debía enterarme?

—¿Qué más sabes?

—Si quieres saber más, ve a verlo y que el te cuente todo. Dijo que iría en donde todo comenzó o algo así...

Tenía un lugar pensado en mente y supuse que el estaría allí, lo presentía. Así que salí de la casa y me dirigí a nuestra antigua escuela primaria muy apresurado. Subí las escaleras que había por afuera del instituto que llevaba a la terraza y en el momento en el que abrí la puerta lo vi a él apoyado en las barandas, mirando el cielo.

—¿Es verdad que Ryu te manipuló?

Giró a verme y luego miró a el cielo nuevamente. Me acerqué más, poniéndome a un lado suyo así pudiendo ver un hermoso amanecer que a penas comenzaba. Recordé que al le encantaban los amaneceres tanto como a mí.

—¿Quién te lo dijo?

—Fue Kate... —lo miró. —¿Sabes? Lo único que quiero saber es lo que paso entre tú y él porque estoy confundido

—¿Acaso no perderás el avión? —lo miró de reojo.

—Cuentame y luego me iré.

***

Le conté todo lo sucedido con Ryu y el porqué fue la razón en el que le dije todo aquello esa vez. Me miró muy extrañado y culpable, como si el hubiese tenido la culpa de todo, parecía un niño confundido pero muy tierno.

—¿Por qué estás con Kate entonces?

—Cuando estuve en Estados Unidos, me había puesto con Kate para poder olvidarte. Pensé que tú serías feliz con alguien más y que te olvidarias de mí...

Kuruto cabizbajo se giró para darse la vuelta e irse

—Pero yo siempre te he amado Kuruto y el este cielo sabe cuánto...

Se detuvo en seco y tiempo después se dio la vuelta para mirarme a los ojos, mientras el viento de la mañana despeinaba su cabello. Sus ojos brillaban como aquella vez que me le declaré.

—¿Dime qué es lo que puedo hacer para que te quedes conmigo? No podría vivir sin ti... —confesó.

—Tú...

—He pasado muchísimos años y ahora siento que si te vas perderé la cabeza por completo.

Kuruto se acercó a mí y me abrazó muy fuertemente, hundiendo su rostro en mi pecho.

—Si así lo deseas, me quedaré.

Levanté su mentón con una mano y lo miré a los ojos, sonriéndole.

—¿Lo harás?

—Sí.

—Pero hay otra cosa que necesito decirte...

Sin más lo besé al ser correspondido por el. Sus labios tan dulces que hacia tiempo anhelaba y deseaba probar, ahora mismo lo estaba haciendo. El aroma de su cabello me recordaba a esos tiempos en los que nos habíamos conocido y su perfume a la primera vez que lo abracé y besé. Era inexplicable.

—Te amo, te amo con toda mi alma...

El me miró a los ojos con lágrimas a lo que sonrió.

—No sabes cuánto tiempo esperé por escuchar eso de tus labios, pues yo también te amo y mucho... —sonrió para luego seguir besándolo en un profundo beso.

El cielo nos volvió a dar nuestra segunda oportunidad. Nos separamos y volvimos a ver el cielo, el hermoso amanecer que yacía comenzado. Mi amor había volvió a renacer.