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Sabía que su relación no iba del todo bien, hacía un par de días que Craig buscaba evitarlo a toda costa y de hecho en la medida de lo posible lo hacía, se aseguraba de estar dormido cuando Tweek se iba a trabajar y cuando volvía por la tarde el se marchaba a trabajar, volvía tarde, apestando a marihuana y a caer dormido junto a él sin decir una palabra.
Las cosas habían sido duras, después de la escuela primaria todo había sido un gran problema, cuando era niños era más fácil fingir una relación pero siendo mayores las cosas comenzaron a complicarse...
Aunque para Tweek estaba bien, Craig seguía sintiendo curiosidad por tener otra pareja, por no encadenarse a su amigo que comenzaba a convertirse alguien a quien odiaba.
No por que el rubio tuviera algo particularmente malo en su persona, si no porque era la razón de ver mermada su libertad de ser un adolescente normal, salir con chicas, enamorarse de verdad...
Tweek sabía que lo que ahora ocurría era su culpa.
Mientras bebía su café americano en aquella cafetería elegante supo que toda esa basura era su culpa.
Si, Craig tenía motivos para odiarlo y el no se lo iba a negar.
¿Como negarle ese derecho?
Después de todo, cuando había posibilidad de separarse Tweek siempre se negaba.
Siempre lloraba y manipulaba como podía a su amigo, hablando sobre el bienestar del pueblo, sobre su reputación, sobre mil y un cosas menos sobre la verdad.
Lo amaba y lo quería a su lado, incluso si era así... Falso.
Ahora que esto había sucedido... ¿Tenía cara siquiera para reclamar su lugar?
No.
Era un dictador en su corazón, no le había dado opciones incluso cuando sabía que Craig no lo amaba y no iba a amarlo nunca.
Pero seguía ahí...
¿Por qué seguía ahí?
Bebió más de su café y sintió que las lágrimas traviesas se deslizaban por sus mejillas.
Bien, Craig lo odiaba y está era su venganza o eso suponia...
Lo había hecho bien, había conseguido romperle el corazón...
Pero de eso a que triunfará... Oh no...
Sonrió secando su rostro.
No, no lo dejaría ganar.
Ese juego podían jugarlo ambos.

Punto MuertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora