Epílogo

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Miraba por la ventana, bastante tranquilo mientras jugaba ocasionalmente con sus manos.
De alguna forma... Había recuperado su vida...
Había suficientes pruebas para saber que el pobre Tucker había sufrido de un abuso que no tenía precedentes en su vida.
Justo en ese momento acababa de estar con su terapeuta y estaba medicandose.
Su rutina era bastante normal, su trabajo, sus amigos y volver a una casa solitaria llena de recuerdos.
Malos recuerdos.
Sentía sus manos temblar levemente cuando encendía la cafetera.
Muchos de sus amigos y su familia habían sugerido alojarlo, le habían dicho que lo mejor era alejarse de ese lugar y no mirar atrás en todo lo que le había pasado.
Pero era imposible.
Para él era algo que no pasaría jamás, ni siquiera se había atrevido a tirar la última camisa de Tweek, colgada en un gancho de madera en el armario...
Tenía su propio espacio.
Tweek siempre tendría su propio espacio.
A veces juraba que por las mañanas lo escuchaba en la cocina preparando el desayuno, cada vez que cocinaba algo se sentía como un intruso en un área que no le correspondía.
Se preguntó qué estaba haciendo con esa vida... Todos le compadecian y argumentaban el como Craig debía estar sumamente feliz... Aunque el suicidio de su pareja era algo horrible, todos intuía que el maltrato, la manipulación, el control... Que todo había acabado.
Pensaban que a Craig le haría feliz tener su libertad pero quizás nadie entendería la gravedad de las cosas jamás...
Era algo realmente gracioso para él...
Todos le decían que Tweek ya no estaba más, que su culpa lo había matado y ahora era libre, que debía sentirse pleno...
Pero... ¿Y si no estaba feliz? ¿Y si aquello que Tweek le daba era lo que lo mantenía cuerdo y operante?
Una parte de él quería que él rubio jamás estuviera en su vida... Nunca más...

"Pero ya sabes que no es así"
–Lo sé cariño–

Su voz... Lo llevaba persiguiendo desde su macabro hallazgo... Y por una parte... Lo había rescatado del abismo de la locura... A tiempo para no derrumbarse por completo...

"Deberías comprar algo de vegetales, solo veo frutas y carne en ese refrigerador"
–Si bebé, lo haré pronto–

Buscó su billetera y comenzó a andar hacia la salida... A veces juraba que lo sentía tras el, caminando serenamente mientras lo observaba atentamente... Sin embargo no era algo que pudiera decir detestara.
De hecho... No se imaginaba la vida sin aquel control estricto de siempre.

"... Estaré viéndote"
–Lo sé... Siempre estás haciéndolo... –
"Portate bien"
–Lo haré... –

Su voz... A veces su aroma.. A veces alucinaciones que tenía con su cuerpo en el armario, amordazado y con la soga encima, con esa expresión tranquila...
Y el sabia que era imposible que su cadáver estuviera ahí... El mismo lo había vestido para su funeral, el mismo había visto esa serenidad en su expresión, había acariciado su rostro y luego lo había visto cuando era enterrado.
Había ido cada semana a dejar flores para él.
Pero aún así lo veía ahí....
Expectante...
A veces dirigiendole una mirada, una sonrisa maliciosa y juguetona que conocía muy bien.

Jamás habló de aquello con nadie... No por temor a ser juzgado como un loco ni por preocuparse por su propia salud mental...
De hecho...
Temia que si se lo contaba a alguien...
Tweek desapareciera.

Sabía... Sabía que él momento en el que dejara de sentir a Tweek con él... Su mente se iría al carajo y no habría nada por lo cual continuar...

Mantendría silencio, en un esfuerzo por que aquel mórbido paisaje que tenía ante sí durará lo suficiente... Durará todo el tiempo que pudiera durar.
Lo necesitaba...
Era su estructura, su única ancla al mundo de los cuerdos...

"No te preocupes... Nunca me iré"

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