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El pelinegro miraba a Tweek esperando que en algún momento se fuera a la cafetería a trabajar.
Necesita que se fuera.
El rubio por otro lado apenas y recogía su cabello con cuidado para empezar su día, Craig parecía impaciente.
No le presto mucha atención, probablemente sólo quería que se largará, sabía que el pelinegro disfrutaba de estar a solas y en realidad no era un premio que no pudiera darle.
Sonrió y se acerco a besar su frente suavemente, Craig lo miro igual de sumiso que siempre.
–No se a que hora vuelva, en todo caso... Portate bien ¿si? – dijo con una sonrisa dulce y amorosa.
A cualquier persona ajena a la siguiente situación le habría parecido un gesto sumamente lindo y agradable... Pero a Craig le producía temor.
Le producía temor solo imaginar lo que Tweek era capaz de hacer, le hacía temblar la mandíbula a tal grado que desde hacía un tiempo ya solo contestaba al rubio asintiendo o negando con la cabeza, pensando que podría llegar a decir algo que le molestara.
Tweek salió feliz por la puerta.
Craig lo miro atentamente hasta que dobló en la esquina y se perdió entre las calles y la gente...
Sonrio con alivio y se abrazo a si mismo, saco rápidamente de su bolsillo el trozo de papel.
Al notar la dirección en él, tomó unos dólares y salió de ahí rápidamente.
Volteaba con paranoia pensando en que Tweek o alguno de sus amigos lo vería, le preguntaría por su novio o que es lo que hacía sólo en la calle.
Era sumamente asfixiante aquella situación...
Le daba tanta frustración no poder sentirse normal como antes... Ahora su vida estaba repleta de miedos, de malos presentimientos y cosas que el no quería hacer...
A veces deseaba volver a esos días donde al estar con su madre, se sentía seguro...
Ahora ni siquiera ella podía salvarlo de aquello...
Probablemente hasta estaría de parte de Tweek.
Camino rápido hasta el metro y luego de un viaje considerable, llegó a un barrio algo más popular.
Annie estaba regando sus plantas en el sencillo patio que parecía compartir con una anciana con la que conversaba, lo saludo efusivamente.
–¡Me alegra que estés aquí! –dijo ella abrazandolo, Craig correspondió a aquello con una leve sonrisa...
Al menos ella... Al menos ella parecia una buena persona.
–Después del otro día no quise intervenir más en tu vida pero... Cuando los vi... Dios Craig parece como si tu novio te diera miedo–
–Mi novio me da miedo– susurro con total seriedad aun abrazandola, disimulando su conversación en aquel contacto.
–Craig... ¿Que es lo que esta pasando...? –
–Dejame entrar... Por favor... Dejame entrar el nos verá, el se enterara de que estoy aquí si no me escondo pronto... –
Al mirar la cara pálida de Craig y su mirada asustada... Annie lo condujo hacia su casa.
Aquella tarde descubrió cuan ruin podía ser Tweek y aunque de habérselo dicho alguien más se habría reído, cuando veía los leves temblores de ansiedad en Craig se daba cuenta de que nada ganaría mintiendo le sobre algo así...
–Craig... Tienes que alejarte de él, esto no está bien... –
–¡Quiero hacerlo…! Pensé que si le era infiel podríamos separarnos por fin pero se niega... Me dijo que me haría la vida imposible si lo seguía molestando con eso... Annie, se golpeó a sí mismo para que su historia fuera más creíble... Es un jodido sociopata–
–Tenemos que ir a la policia–
–Ya lo intente... Intente... El no ha hecho nada, no me ha hecho daño físico... Nunca me he resistido a nada y mientras no tenga pruebas de que ha hecho algo malo ellos no pueden ayudar en absolutamente nada, para que hagan algo el maldito tiene que medio matarme–
–Ponle una orden de restricción –
–No puedo hacer nada si no tengo pruebas de sus chantajes o violencia... Y creeme... He intentado, he querido grabarlo pero es como si lo supiera... Me trata de una manera tan amable y dulce mientras me mira con esos ojos psicóticos y perversos... –
Annie miro preocupada a su acompañante, solo pudo acercarse a abrazarlo.
–Quizás... Es momento de huir... – dijo ella con tristeza, Craig revolvió su cabello con ansiedad.
Irse... De la casa... Del pueblo, del estado, quizás del país... Si, sonaba muchísimo mejor...

Punto MuertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora