Revelaciones.

192 15 1
                                    


Me desperté de golpe, con la respiración entrecortada, deseaba con todas mis fuerzas que lo que había pasado sólo fuera eso, un mal sueño, pero lamentablemente los milagros no pasan, mucho menos en un momento como éste.

La realidad me golpeó al sentir una fuerte punzada en el cuello, me toqué en el lugar en donde me dolía, e inevitablemente lágrimas comenzaron a salir de mis ojos. No podía creerlo, en verdad no lo hacía... ellos...los vampiros existen...

Y no, no estaba para nada feliz, nada es como las películas, sentí temor, el miedo correr por mis venas en el momento en que sentí como clavaba esas dos agujas en mi... "-Aidou... ese bastardo...- ".

Miré a mi alrededor, estaba en mi habitación, por instinto me hice bolita, lloraba de miedo, pero más que eso, sentí que me habían mentido desde el principio, me sentí aprisionada, traicionada. Y con todo aquello surgió una duda en mi interior... ¿Y si todos eran vampiros?... ¿Y si sólo me querían como comida andante?... ¿Algo fue real siquiera?... Shiki, Rima, Kain, Takuma... ¿Sólo estuvieron fingiendo ser amables conmigo?... Acaso... ¿Kaname también lo hacía?...

La puerta se abrió lentamente, me escondí entre las sábanas de manera infantil, no tenía escapatoria tal vez así quien estuviera allí se diera cuenta de que no quiero ver a nadie y me deje sola...

- Mile-chan... Yo... no sabes cuánto lo siento... no debí dejarte sola... - Era Takuma, le miré por encima de las sabanas, ya no sabía si podía confiar en él, o en alguien más a partir de ahora...

- No... no digas eso pequeña, aunque no lo creas, aquí todos te tomamos un aprecio especial, o bueno, una gran parte sí. – Me sonrió apenado, sin dejar su tono amable y cálido.

– Antes de que preguntes, sí, podemos leer mentes... - su sonrisa se agrandó al ver mi expresión de sorpresa. "- Eso quería decir que todos sabían lo que pensaba? -" Ay Dios...

- ¿Ustedes... n-no me piensan comer... o sí? – pregunté temiendo lo peor, el rubio negó acercándose poco a poco hacia mí, por instinto retrocedí hasta chocar con la esquina de mi cama, su rostro de desilusión hizo que mi corazón se partiera, lamentaba hacerle eso a la primera persona que fue amable conmigo, pero... no quería pasar por lo mismo... no otra vez.

- Por favor, confía en nosotros, sé que es difícil pero no te haremos daño,  Aidou fue severamente castigado y no lo volverá a hacer...  asi que, por favor, solo confía...- Takuma me sonrió, quise confiar en él por alguna razón tenía el pensamiento de que Ichijo no era una mala persona, asi que me desenredé un poco del nudo de sábanas que traía encima, el rubio susurró un gracias. 

Luego de un rato más de charlas e historias contadas por él de cómo se conocieron Kaname y él, sobre los demás y otras cosas, se fue alegando las largas tareas que le asignaron. Y otra vez quedé sola en la habitación. 

Rato después la puerta volvió a abrirse, estaba algo somnolienta ya que me encontraba entre dormida y despierta, sentí como la cama se hundía a mi lado, me espabilé un poco, la verdad no me sorprendí al ver a Kaname, más bien no lo pensé mucho para lanzarme a sus brazos, le necesitaba muchísimo, con él me sentía segura.

El pelinegro no dijo nada, solo me acunó entre sus brazos, acariciando mi despeinado cabello y de vez en cuando mi espalda, estuvimos asi hasta que me calmé un poco más.

- Así que... los vampiros...existen...- Le miré, éste silenciosamente asintió, con esa calma tan característica de él. Apenas me despegué, no quería separarme aún y él al parecer tampoco tenía la intención de hacerlo. Al mirarnos quedamos cara a cara, casi rozándose nuestras narices, esta vez, aquel sentimiento de nervios no se instaló en mí, realmente no sentía nada más alejado de la confusión y la incredulidad.

The White Queen And The Black King (Kaname X OC) (Yuuki X Zero)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora