The White Queen And The Black King (Kaname X OC) (Yuuki X Zero)

Twin Blades.

¿A qué se refería con que no soy una simple humana?, ¿Qué quería decir con aquello?

Estaba tirada en mi cama, dando vueltas y vueltas sin poder conciliar el sueño, tenía metido entre ceja y ceja lo que Kaname me había dicho antes de marcharse.

~Flashback~

- ¿Qué es eso de que no soy una simple humana? – le pregunté, hasta ahora, no había notado nada extraño en mí.

- Tu sangre, es diferente a la de cualquier humano... huele diferente, tu aura es diferente, por desgracia, Aidou confirmó el hecho. – Su voz se oscureció al decir lo último, tragué en seco, ahora que lo pensaba, desde que me mordió no lo volví a ver.

Luego de un rato, tratando de analizar toda la información nueva, Kaname se despidió, recomendándome que descansara, pues mañana comenzaría a asistir una vez más a clases, de ello no me salvaría.

~ Fin del Flashback~

- ¿Qué era eso de mi sangre? - me pregunté en voz alta, tratando de hallarle una razón lógica dentro de todo lo increíblemente aterrador que me ha pasado estando en esta academia.

Tenía muchas cosas en mente, encima de ello tenía hambre, luego de pensarlo dos veces, miré el reloj, 5:45, había durado casi tres horas intentando vanamente dormir, ya no tenía caso, saldría afuera, quería dar un paseo y despejarme. Las cosas no se solucionan cuando se tiene hambre.

Me cambié con algo simple, un pantalón, un sweter blanco y unos zapatos cómodos, no volvería a cometer el error de caminar descalza por ahí, mi cabello... será problema de Rima para cuando le toque peinarme. Con cuidado de no despertar a nadie (no tenía caso porque a fin de cuentas los vampiros escuchan cualquier cosa a kilómetros a la redonda, pero ñeh.) salí de los dormitorios hacia la academia.

El sol casi se asomaba, era hermoso de ver, sonreí, no hacía tanto frío, la mañana estaba fresca, a lo lejos divisé una figura que se dirigía a la dirección contraria a la que caminaba, era Jan.

- Hola... - me saludó apenada al llegar frente a mí, estábamos en la entrada de las aulas comunes para ambas clases.

- Hola... - Le respondí, conocía esa expresión avergonzada cuando admitía que había hecho algo mal, algo casi nunca visto en una persona tan orgullosa como lo es Jeannette.

- Es muy temprano... ¿Hacia dónde te diriges? – me preguntó, después de todo, se preocupaba por mí, o eso pienso.

- Sólo camino, necesitaba despejarme, ¿a dónde ibas tú? – Respondí con simpleza.

- Iba justo a visitarte... quería verte antes de marcharme... - Aunque estaba algo molesta con ella, no evité sentir tristeza, ¿tan rápido se iba?

- Milenne... ahora que lo sabes todo, espero que me perdones, quiero que sepas que todo lo que hago, lo hago para protegerte... – Ella se acercó y me dio un abrazo, de inmediato le correspondí, después de todo la quería demasiado como para no perdonarle.

- Te quiero demasiado como para no hacerlo... - sonreí entre sus brazos, me reconfortó el escuchar su risa después de tanto. Luego de un buen rato nos separamos, me confundí al ver el cambio abrupto de su expresión.

- Escucha... te lo dije cuando te fuiste de casa y te lo diré ahora, no podré protegerte estando aquí, de ahora en adelante, tendrás que aprender a defenderte de todos... ese Kuran incluido. – Cambió de estar feliz a estar seria, me separé de ella.