¿Deseo?

178 11 4
                                    


Desperté de golpe, estaba sudando, mi respiración era agitada, como si hubiera corrido por todo el campus del instituto sin hacer parada alguna, estaba confundida. ¿Qué rayos fue ese sueño? No... fue una pesadilla, una muy horrible.

- ¿Estas bien? – brinqué del susto al escuchar esa voz y una mano acariciar mi cabello, que rápidamente aparte por puro instinto, miré a todas partes antes de fijarme en siquiera la persona sentada a orillas de la cama, ¿Era de tarde ya? ¿Cuánto había dormido?

Esperen... ¿Cómo llegue yo a esta cama?

- ¿Milenne? – me volví a sobresaltar mirando rápidamente a mi lado, reconocí su rostro al segundo, era Kaname, suspiré de alivio, aunque los nervios volvieron a atacarme al ver que era justamente él.

- K-Kaname... - susurré mirándole, no lo pensé dos veces y me lancé a sus brazos, como hacía últimamente cuando me sentía necesitada de, bueno, de protección, a su lado, me sentía segura, a salvo.

- ¿Sucede algo? Por lo que vi te removías incómoda y susurrabas cosas extrañas, ¿Todo está bien? – Le miré, y recordé que en aquel sueño también lo había visto muerto... estaba hecho cenizas, casi como cristales, veía como se desvanecía delante de mis propios ojos...

Negué frenéticamente estrechándolo entre mis brazos, lentamente sentí cómo el pelinegro me abrazaba delicadamente, acariciando mi espalda con sutileza, posando su cabeza en mi clavícula, miré al techo con desesperación, se que era un sueño, pero se sentía tan real, el verlo a todos muertos por mi culpa... ver cómo las cosas que adoraba se derrumbaban delante de mis ojos, y esas dagas... esas cosas...

La respiración silenciosa de Kaname me sacó de mis pensamientos, sentía como subía lentamente desde mi clavícula hasta mi cuello, quise separarme, preguntarle si sucedía algo, pero estaba atrapada entre sus brazos, con una de sus manos me sujetó suavemente de la nuca, me alarmé un poco al sentir su nariz juguetear con una zona en mi cuello particularmente sensible, cosa que me hizo temblar un poco y sonrojarme cual tomate.

- ¿S-sucede a-algo?... ¿Q-que?... – susurré como pude, el pelinegro se acercaba cada vez más a mí, poniéndome los pelos de punta.

El mayor se posó encima de mi tan rápido que no pude ni verlo hasta que ya lo estaba, me encontraba entre la cama y su cuerpo, su cabeza no salía de la zona de mi cuello, olisqueando y rozando su nariz a lo largo del mismo, produciéndome leves cosquilleos, tenía mis manos atrapadas con las suyas mismas que presionaba contra la cama, estaba confundida, no sabía de dónde venía ese comportamiento a menos que...

- ¿T-tienes sed...verdad? – pregunté, temía que me dijera que sí, pues la verdad no había tenido una muy buena experiencia con esto de las mordidas, tampoco era que fueran de lo mejor del mundo, tragué duro al ver como soltaba un suspiro que más bien parecía estar luchando consigo mismo para contenerse.

- Milenne, sé que en mis brazos te sientes segura, y así me he propuesto hacerte sentir con mi vida misma, pero al final de la historia, soy un vampiro más que anhela con una fuerza titánica la sangre, y especialmente la tuya me atrae en sobremasía... - escuché su susurro, su voz se había vuelto un tono más grave, como un suave ronroneo, un sentido de alerta recorrió mi cuerpo completo, aquel no era el Kaname que conocía, pero... él tenía razón...

- Cada vez que me acerco a ti es porque sé que tengo la seguridad de poder controlarme, tu fuerte olor inunda mi ser con la fuerza de un huracán Milenne... pero... esta vez, esta noche, no creo aguantar tanto... - se separó con lentitud, me fijé en esos ojos exóticos, con su característico tono borgoña, volverse lentamente en un rojo carmesí, tan intenso como el de la misma sangre, tan brillantes como un par de Rubíes, que más que miedo, me causaron curiosidad.

- ¿No tienes miedo? – preguntó, me había perdido en ese mar escarlata, a pesar de que desde otra perspectiva tendría miedo sin duda, por alguna razón, era lo menos que sentía ahora, era una atracción peligrosa, pero cautivante.

Negué mirándole directamente a los ojos que brillaban con fuerza, con una intensidad casi arrasadora, con suavidad me solté de su delicado agarre, y suavemente acuné su rostro entre mis manos y sabía que él podía escucharlo perfectamente, no podía dejar de mirarle, y al parecer él tampoco tenía la intención de apartar la mirada, que corría rápida por todo mi cuerpo.

Con lentitud fue acercando su rostro al mío, mis mejillas ardían con fuerza en un notorio sonrojo, la respiración se aceleró al igual que mi corazón, su respiración chocaba suavemente contra mi cara, le deseaba, deseaba que se acercara y que nunca se separara de mí,  sin esperarlo unió suavemente nuestros labios, dejándome atónita, era... era la primera vez que lo hacía, el cuerpo me temblaba con fuerza, reaccionaba ante sus caricias en mis mejillas y suavemente en mi cintura. Inconscientemente le acercaba hacia mí, e inconscientemente le correspondía, no sabía desde cuándo, tampoco el cómo había nacido esta necesidad de tenerle tan cerca, lo único que sabía con certeza era que deseaba con fuerza a este vampiro, le quería, y por más loco que sonase, estaba irremediablemente enamorada de él.

The White Queen And The Black King (Kaname X OC) (Yuuki X Zero)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora