La cuchilla corto mi piel y unas cuantas gotas de la sangre que comenzó a brotar mancharon la carta que le escribí al amor de mi vida cuando la doble y la dejé sobre el tocador.
Camine a paso lento a la orilla de la cama. La sangre escurría en el suelo y cuando me senté mancho las sábanas. Mi cuerpo comenzaba a sentirse cansado y muy pesado.
Este sería mi fin. Sabía que Vegeta podría llegar a ser feliz sin mí, pero yo jamás podría ser feliz sin poder darle al hombre que amo el hijo que tanto se merecía.
Dejé caer mi cuerpo en la cama. Mi cabeza rebotó un poco por la fuerza con la que me había dejado caer. Todo a mi alrededor se sentía como en cámara lenta. Mis ojos enfocaron el techo blanco de la habitación, que poco a poco se iba apagando volviéndose negro. Mis párpados se mantenían abiertos solo por unos segundos, para después cerrarse oscureciendo todo. Una vez más se abrieron y justo antes de que se cerrarán dejando todo en completa oscuridad lo vi a él. Entró corriendo al cuarto. Su rostro estaba lleno de pánico y dolor, casi hizo que me arrepintiera de lo que había hecho. Una pequeña sonrisa surco mi rostro. El me tomo entre sus brazos a la vez que me gritaba algo una y otra vez. Aunque el quisiera salvarme yo me había hecho los cortes lo bastante profundos y en las venas exactamente. Yo moriría, y él sería libre. Ambos seríamos libres. La oscuridad me envolvió.
Comencé a caminar. Recorría un túnel envuelto en oscuridad. Parecía nunca tener fin. Escuche un sonido largo y constante, varias voces gritaban en la lejanía y diciendo "¡La perdemos!" otra voz masculina gritaba mi nombre "¡Bulma! ¡No! ¡No me dejes mujer!" se oían tan pero tan lejanas de mí. Y de la nada, por un momento pequeño, lo vi. Mis labios se movieron: "Nada puede perdurar" Y después el silencio, el crudo silencio y la oscuridad que en lugar de asustarme me reconfortaban. De pronto una luz comenzó a brillar al final de aquel túnel. Inevitablemente mis ojos se inundaron de lágrimas, yo comencé a correr con desesperación, sentía en mi interior una desesperación enorme, y una tristeza profunda. La luz cada vez se hacía más grande y más intensa. Mis ojos quedaron deslumbrados por tanta luz. Pronto lo único que pude ver fue luz, mucha luz. Y entonces, mi vista poco a poco se fue aclarando, por así decirlo porque era una vista muy débil. Un hombre tomó forma frente a mí, pero...algo estaba mal. Mi vista era borrosa, muy borrosa. El hombre por lo poco que alcanzaba a ver, era un doctor, pues llevaba una bata blanca, pero algo era diferente. Yo no estaba en la cama del hospital.
¡Es una niña! -escuché una voz distorsionada y fue cuando caí en cuenta. Aquel doctor me estaba cargando.
¿Que está pasando? Mis ojos se llenaron de lágrimas. Aspiré profundamente y me solté a llorar. Mi llanto sonaba como el de un bebé recién nacido ¡¿Que estaba ocurriendo?! Mi corazón se partía en dos. Ya no vería jamás a Vegeta, se supone que yo hice esto para descansar en paz, pero...Yo había vuelto a nacer. Había reencarnado o algo por el estilo. El doctor me acerco a una señora rubia. La señora me sostuvo entre sus brazos. Yo dejé de llorar, pues su sonrisa cálida me hacía sentir mejor. Sus brazos rodeándome me reconfortaban.
ESTÁS LEYENDO
Espejismos De Ti +18
Fiksi PenggemarSinopsis Cuando dos corazones están destinados a estar juntos no importan las circunstancias, no importan los problemas. Nada los separará por más difícil que sea la situación; y aunque la muerte les llegue, el destino se encargará de unirlos de nue...