Capítulo 23

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Krishna se removía en su cama sin lograr conciliar el sueño

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Krishna se removía en su cama sin lograr conciliar el sueño. La castaña se levantó de golpe y llevó sus manos a su cabeza. Pronto comenzó a llorar de nuevo tirando de su cabello levemente. Grandes sollozos salían de su garganta mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas.
Ya estoy aquí -se escuchó la voz de su hermana quien entró a la habitación sin tocar. La azabache corrió hasta ella y la abrazó con fuerza- Tranquila Krishna... Estoy contigo -la voz de su hermana sonó ahogada. Krishna levantó su rostro y la vio derramando lágrimas igual.
La joven apretó sus manos y cerró sus ojos con fuerza aferrándose a Kaoru- Perdón... -sollozó con mucho dolor.
Shhh... No tienes nada de que pedirme perdón... -dijo Kaoru con la voz quebrada a la vez que acariciaba la cabeza de su hermana.
"Si lo tengo...tengo demasiado de que pedirte perdón" pensó Krishna mientras sollozaba con más fuerza en los brazos de Kaoru.
~Yamcha le había explicado todo su plan. Gokú era un estorbo puesto que alimentaba en Vegeta los ánimos para que buscara a Bulma. Krishna se negó. Yamcha tan sólo la empujó con fuerza contra los casilleros. Un par de alumnos voltearon de inmediato. Yamcha los miró fijo y luego se giró hacia Krishna.
¡Tú harás lo que yo diga! -le gritó con fuerza. Krishna estaba asustada, en shock, y las lágrimas se comenzaban a acumular en sus ojos.
Nos vemos a las 12:00 en el gimnasio -le ordenó a lo que Krishna sólo asintió.
Más tarde, cómo lo había pedido Yamcha, Krishna estaba en el gimnasio. Ella esperaba golpeteando el piso con sus tenis, estaba harta y pensó varias veces en salir corriendo de ahí y contarle todo a Vegeta, pero tan sólo el recordar la mirada siniestra de Yamcha, le hacía temblar las piernas. La joven derramó varias lágrimas.
De pronto alguien llegó y la tomó del cuello desde atrás.
¡Yamcha! ¡Suéltame! ¡Suéltame por favor! -rogó la castaña dirigiendo sus manos a su cuello. Sintió algo frío posarse en su piel y se detuvo de golpe- ¿Q... qué...? -habló con voz queda- ¡¿Qué te pasa?! -gritó después ya llorando a mares.
Yamcha había puesto un cuchillo en su cuello. Krishna estaba entrando en pánico. Él estaba loco.
El chico comenzó a reír- Esto es lo que puede pasar si no obedeces -le explicó a ella sin dejar de reír.
La castaña respiraba errática- Por favor... -suplicó de nuevo. Yamcha la soltó y ella al perder el equilibrio se cayó al suelo.
Bueno, rasguemos tu ropa -dijo Yamcha poniéndose en cuclillas frente a Krishna. La castaña abrió sus ojos de golpe.
¡No! -casi gritó- No quiero hacer esto...por favor... -suplicó estúpidamente.
Los ojos de Yamcha se ensombrecieron.
Si no lo quieres por las buenas... -dijo el peli-negro y entonces jaló a la chica del tobillo.
¡No! -gritó Krishna rasgándose la garganta y tratando de ponerse en pie. Un golpe directo a su rostro la dejó desorientada. De pronto comenzó a sentir las manos de Yamcha.
Sus manos la tocaban. Ella gimió y lloró- ¡No por favor! -suplicaba sin parar "¡No de nuevo, Dios!" rogó en su mente.
Yamcha rasgó la ropa de la chica y se desabrochó los pantalones. Krishna lo empujó, lo mordió haciéndolo enfurecer, lo pateó y como último recurso, aunque sabía que la vez pasada tampoco había funcionado, cerró sus piernas con fuerza en un desesperado intento por evitar que una vez más le robaran su dignidad. Lógicamente nada de lo que ella hizo sirvió. Yamcha comenzó a embestirla brutal. Ella lloraba y sollozaba por el dolor que pensó jamás volvería a sentir. De nuevo la sensación de asco se instaló en su ser, la sensación de dolor físico y emocional, la sensación de culpa, por haberse involucrado con un ser tan despiadado. Lloró rasguñando a Yamcha, y éste por su parte sólo la golpeaba y seguía obteniendo su placer de aquel acto tan atroz.
El peli-negro terminó y se arregló la ropa.
Ahora si no habrá dudas de que fuiste violada -una carcajada salió de sus labios después de sus palabras. Krishna tan solo estaba en el suelo inmóvil- Al menos ahora tengo la satisfacción de saber que me cogí a una de las chicas que tanto le importan al idiota de Ouji -más risas salieron de sus labios- Ahora sólo falta Bulma...
Los ojos de Krishna se abrieron como platos. Las lágrimas brotaban de nuevo de sus ojos. Ella no quería que alguien más sufriera esto- Sabes que hacer, zorra -le gritó el peli-negro para luego patearla en su costado. Krishna se hizo ovillo en el suelo y sollozó asintiendo- Estaré aquí vigilándote...
Yamcha se retiró para esconderse y Krishna sólo se quedó llorando como una niña en el suelo.
A la hora acordada ella soltó aquel grito que llamó la atención de Gokú.~
Krishna se quedó dormida llorando y pidiéndole perdón a Kaoru. La azabache igual no podía dejar de llorar. Ella no entendía, porque su hermana le pedía tanto perdón, pero más aún no entendía, como era posible que el chico que ella conocía desde que tenían 10 años, el chico que ella conocía tan amable, tan alegre, el que ella creyó sería el amor de su vida, pudiera haber hecho algo tan nefasto.
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