Toqué la puerta y me abrió un señor, supongo que mi profesor de matemáticas, o puede que mi tutor. Era alto, tenia el pelo marrón y me miraba, sereno.
-Buenos días. Debes de ser la nueva. Yo soy tu tutor, me llamo Miguel. Eres la primera en llegar, puedes elegir pupitre.- me dijo con una sonrisa amable.
Asentí y entré en la clase. Rápidamente me senté en uno de los pupitres de la última fila. No me gusta llamar la atención, así que aquel era el sitio perfecto. ¿Sabéis esa chica que se sienta al fondo, y se pasa la clase cabizbaja? Supongo que esa soy yo.
Estaba metida en mis pensamientos cuando de pronto... llegaron. Veintiocho niños de trece años entraron corriendo, charlando y riendo. Algunos se fijaban en mí y me miraban, curiosos; la mayoría seguía a lo suyo sin darse cuenta si quiera de mi presencia. Y lo agradecía. Y había incluso algunos que me saludaron. "Esos saludos durarán solo hasta que sepan lo de mi familia"-pensé.
Las dos horas siguientes fueron el típico sermón rollazo del tutor presentando el curso y bla bla bla. Nada raro. Hasta que...
- Señorita Lafuente, ¿puede levantarse y presentarse, por favor?
Mentiría si dijera que no acaricie la idea de decirle que no, pero finalmente le respondí:
- Por supuesto.
Me levante y me puse delante de la pizarra, ya no se cuantas veces he hecho esto.
- Hola, me llamo Carla Lafuente Martín, tengo trece años y voy a acompañaros durante este curso. ¿Alguna pregunta?
Hubo un momento de sonoros murmullos hasta que...
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El club de los marginados
Teen FictionMe llamo Carla y soy hija de unos famosos mafiosos. Toda mi familia pertenece a la mafia, y, como es de esperar, esto nunca me ha ayudado mucho a hacer amigos...
