- Yoooooo.- dijo un chico desde la segunda fila.
-Dime
- Señorita Lafuente - dijo aguantando la risa- ¿Puedo ir al baño?
La clase estalló en carcajadas.
- ¿Cómo te llamas?- le pregunté.
- David.
-Señorito David- dije imitando la voz del profesor- ¡NO SE PUEDE IR AL BAÑO HASTA EL RECREO SEÑORITO DAVID!- grité entre risas.
Una vez más, se oyeron sonoras carcajadas.
-¿Alguna pregunta más?- dije, deseando poder sentarme de una vez.
Pero una niña de la primera fila levantó la mano. Era morena y risueña, bastante mona.
- Tu cara me suena... ¿has salido en el periódico con tu familia o algo así, verdad?
Hay estaba. Ya habían soltado la bomba. Ahora todos lo averiguarían.
- Sí...- le respondí.
La niña dejó de sonreír.
- Tu... tu familia...- murmuró.
-Puedes sentarte, Carla. -me dijo el profesor.
Asentí, agradecida, y me dirigí a mi lugar.
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El club de los marginados
Teen FictionMe llamo Carla y soy hija de unos famosos mafiosos. Toda mi familia pertenece a la mafia, y, como es de esperar, esto nunca me ha ayudado mucho a hacer amigos...