Narra Michael
Me despierto en una cama, ni si quiera sé donde estoy. Es un sitio blanco y frío. Intento moverme pero no puedo, me duele todo el cuerpo. De repente imágenes aparecen por mi cabeza, un coche, un camión, una carretera, ella herida, todo negro. Ella, ¿dónde está?
Veo la puerta abrirse, un hombre con bata blanca aparece tras ella.
- ¿Cómo se encuentra?
- Bien. ¿Dónde está ella? - El médico agacha la cabeza mientras camina hacia mí. - ¿Por qué no me responde? ¡Dónde está!
- Cálmese, está débil y cualquier movimiento puede hacerle daño.
- Me hace daño el no saber donde está.
- Ella está bien, pero todavía no ha despertado. - No puedo evitar ponerme a llorar. Un futuro sin ella me atormenta. - Se va a poner bien.
- Pero.. ¿Y si no despierta?
- Esperemos que lo haga.
- ¿Cuánto tiempo llevo aquí?
- Una semana.
- ¿Seguro que está bien?
- Pensábamos que no despertaríais ninguno de los dos. Solo tiene un brazo roto y algunas heridas que le dejarán alguna que otra cicatriz.
- Necesito verla.
- Está contigo.
- No, quiero verla. - El médico se mueve por la habitación y abre una cortina que se encuentra en entre mi cama y por lo que veo, otra cama. Ella está ahí. No se mueve. Solo respira. Sus ojos están cerrados. No puedo evitar seguir llorando. Tengo miedo de que no despierte. Tiene un brazo escayolado y varias heridas en la cara. No puedo ver nada más ya que una sábana de color blanco, la tapa hasta el pecho.
- Vuestros amigos no han parado de venir desde que supieron del accidente. Creo que debería avisarles de que ha despertado, seguro que se alegran.
- Está bien.
- Les diré que vengan en cuanto puedan. ¿Le parece? - Yo asiento. - Bien. Le dejo un momento. No vaya a moverse de la cama o me veré obligado a cambiarla de habitación. - Asiento de nuevo y el médico sale de la habitación.
No aparto mi mirada de ella. Tengo la esperanza de que despertará. Necesito sentir su respiración, saber que todavía no me ha dejado como me dijo aquel día. No sé cuánto tiempo pasa desde que llevo observándola. El médico vuelve a abrir la puerta haciéndose a un lado. No entiendo muy bien porqué, hasta que veo a Calum entrar por la puerta y acto seguido sentirle abrazándome. Yo sonrío, necesitaba volver a sentir a mis amigos.
- ¿Cómo estás?
- Bien, ¿y tú?
- Preocupado, pensé que no despertarías.
- Vaya, que negativo eres. - Me río y él niega con la cabeza. - ¿Dónde están los demás?
- No tardarán en llegar. - Yo asiento y vuelvo mi mirada a Cris. - ¿Crees que despertará?
- Estoy seguro.
- Esperemos que tengas razón.
- La tengo. Ella me dijo que no me dejaría.
- Ella no elige.
- De momento es lo que menos me importa.
- Lo sé.
*Fin del flashback*
Me siento en el sofá. Me duele pensar que no siente por mí lo mismo que sentía hace un año. Ella me sigue y se sienta a mi lado. Yo la miro a los ojos. Tiene la mirada triste, pero creo que la mía es peor. Me coge de las manos y entonces recuerdo cuando ella intentaba hacerme ver que sólo era mía, cuando yo sentía celos.
- Hoy hace un año del accidente. Hoy haríamos 5 años juntos.
- Lo sé.
- Hoy hace un año que estoy intentando que recuerdes todo. Un año enamorado de ti y lejos.
- También lo sé.
- En fin, ésta fecha ya no significa nada. Eres libre, no tienes porque quedarte aquí, conmigo..
- Para mí sí significa. Y si estoy aquí es porque así lo he elegido yo. - No puedo evitar sonreír. - Solo tienes que darme tiempo. - Yo asiento y ella sonríe. - Pero, no quiero que estés mal, desanimado, triste.. Solo sonríe. - Asiento de nuevo y ella me abraza.
No me veo capaz de sonreír día a día si no la tengo a mi lado de la manera que quiero, pero, por ella, haría cualquier cosa.
- Ésta noche voy a salir. ¿Quieres venir? - Me saca de mis pensamientos. La miro, y niego con la cabeza. Seguramente salga con sus amigas a la discoteca, beberá, y yo no quiero estar ahí para verla, o acabar haciendo algo que ella no quisiera. - Como quieras.
Me levanto del sofá, no sé a donde ir pero tampoco quiero estar con ella ahora. Me es muy difícil mirarla a los ojos y no besarla. Tengo un mal presentimiento y espero que sólo sea una paranoia mía.
Salgo de mi casa, y me siento en el escalón de la entrada de ésta. Ella está viviendo conmigo ya que no recuerda su casa y el doctor me recomendó no dejarla sola en un lugar desconocido. Me levanto y empiezo a caminar sin rumbo fijo, hundido en mis pensamientos. 'Si ella se va, yo me voy detrás' le decía a Calum. Ella sigue aquí, cerca y lejos a la vez. La necesito. Abrazarla por las noches, esperando a que se duerma mientras ella me acaricia el pecho y yo le digo lo feliz que soy por tenerla a mi lado.