La profesora Jenner salió de la sala de profesores al momento que sonó la campana del final de la primera hora de clase, el reloj marcaba las nueve y veinticinco y los chicos de la universidad solo tenían cinco minutos para conversar con los alumnos de otras clases o ir al baño, pero cuando la profesora llegaba a clase todos tenían que entrar de inmediato porque se meterían en problemas.
No era la primera vez que la señorita Jenner había castigado a unos chicos por llegar cinco minutos tarde. Mayormente la clase que le tocaba ahora había dos de esos alumnos que siempre llegaban tarde, no sabía si lo hacían a propósito para disfrutar viéndola enfadada o les gustaba demasiado venir los miércoles por la tarde castigados. Pero lo que no sabía y se preguntaba a la misma vez era si solamente lo hacían en su clase.
Sus tacones resonaban sobre todo el bullicio que se instalaba día tras día al cambio de clase, intentando pasar por la multitud que se paraban a conversar y los que intentaban caminar para ir a su próxima clase. Con los libros en la mano consiguió buscar las llaves de la aula en su estuche, algunas veces no hacían falta pero por si acaso las sacó, al pasar por al lado de algunos chicos les sonrió y dijo con voz autoritaria.
-Bieber y Butler, a clase.
Y dicho esto siguió caminando contoneando las caderas bajo todas las miradas del grupo de chicos a los que se dirigió. Colocó la llave en la ranura y abrió la puerta dejándola abierta para que los alumnos fueran entrando poco a poco. Caminando hasta su escritorio habitual, dejó todas las cosas que sostenía en las manos y se dirigió a la pizarra para empezar a poner el índice de lo que se trataría la clase de hoy. Los alumnos entraban y se colocaban en sus respectivos asientos.
Cinco minutos después acabó de escribir en la pizarra, cerró la puerta y claramente al darse la vuelta vio los dos sitios vacíos en los que cada día les echaba el ojo. Ni con una advertencia antes de entrar les hacía caso y eso la enfadó y excitó a la misma vez. Se sentía como si estuviera todavía en el instituto, porque todavía le excitaban los chicos malos aunque tuviese veintiséis años y no sabía si preocuparse por eso, quién la escuchara dirían que todavía no había madurado.
¿Pero estaban en lo cierto?
Diez minutos después cuando ella comenzó a dar la lección de hoy la puerta sonó cuando los nudillos entraron en contacto con ella y se abrió segundos después mostrando a los chicos que le cortaban la respiración cada mañana.
-¿Podemos pasar? -Preguntó Justin asomando la cabeza por la puerta.
Ella carraspeó la garganta antes de contestar. -No sé si debería dejaros pasar…
Él le mostró su sonrisa rompedora y abrió la puerta dejando ver a Ryan detrás de él con la misma sonrisa que su amigo. Ella suspiró cansada de sus mismas actitudes.
-Pasad. Pero que sea la última vez que llegáis tarde, si no conseguiré que os expulsen. -Informó sentándose en la silla para poder pasar lista, él hizo una mueca y susurró algunas maldiciones contra ella. -Has dicho algo? -Preguntó ella con su mirada en él.
Él se sentó en su puesto y negó con la cabeza.
-Solo que estoy al dato. -Sonrió, guiñándole el ojo.
Ella retuvo un suspiro y siguió dando clase tranquilamente, sin ninguna interrupción. Minutos después ella mandó algunos ejercicios para que pudieran corregirlos dentro de unos quince minutos y se levantó de su asiento al ver la mano de un alumno levantada pidiendo ayuda. Ella caminó hasta su pupitre y se agachó para que le susurra su duda para que no molestara a sus otros compañeros. Justin se encontraba justo a un lado de ella y dejó expuesto su trasero cubierto por unos tejanos ajustados encima de sus narices, ante su pervertida mirada.
Ryan y Justin se miraron con complicidad y sonrieron divertidos. Justin hizo gestos con sus manos con la intención de tocar su trasero aunque realmente ni lo rozaba, Ryan se tuvo que tapar la boca para que una carcajada no saliera de su boca. Sus compañeros eran ajenos a lo que pasaba, menos los que giraban sus caras y se mordían el labio para no reírse, también.
-Menudo culo, joder. -Susurró Justin a Ryan quién asintió en acuerdo.
____________ se puso derecha y se giró a ellos oyéndolos cuchichear.
-¿Algo que compartir a la clase? -Preguntó cruzándose de brazos.
Justin mostró su sonrisa y asintió. -Que tienes un culo de escándalo. -Repitió ante la clase sin ningún descaro. Todos se quedaron sorprendidos, algunos cuchicheaban de lo ocurrido y otros miraban con diversión la escena.
-¿Perdona? -Preguntó conmocionada y mostrando que se encontraba algo ofendida, aunque en el fondo saltaba de alegría por su comentario.
-¿De verdad quieres que te lo vuelva a repetir? -Preguntó arqueando una ceja, cruzándose de brazos también.
Ella suspiró y caminó hasta su escritorio. -Bieber estás castigado, esta tarde te quiero aquí, si no te presentas vendrás dos tardes. Tú elección.
Ryan abrió los brazos. -Solo decía la verdad. ¿Por qué lo castiga? -Comentó.
-¿Tú también quieres venir esta tarde? Pues bien, los dos estáis castigados. Y ningún comentario más.
Justin y Ryan se miraron entre si y chocaron sus manos, como si lo que les confesó ella fuera a importarles lo más mínimo.
*~*
Aquí tenéis el primer capítulo. asdfghjklñ
Espero que os haya gustado y espero muchos coments y votos así subo antes el próximo capítulo. Que terminará con algo fuerte. Ah. Os dejé con la duda. Pronto empieza la verdadera acción.
Bye xx